Adele:
— Puedo asegurar con firmeza que estoy pasando una de las peores semanas de mi vida, la primera sigue siendo el día que me dijeron que estaba embarazada.— No es normalmente escucharte hablar de derrota.
— No lo hago.
— Pero te quejas, y es comprensible.
— No sé qué estoy haciendo ni qué es lo que haré, Laura.
— Yo tampoco, estás atrapada — alentador — ¿Quieres algo en particular?
— A Angelo, bajo cualquier cosa. Pero también a Colomba.
— ¿Le has preguntado si ella te quiere a ti? Digo, así sabes si es conveniente luchar.
Me puse de pie y la dejé sola en la cocina porque no quería escucharla. Siempre hacía lo mismo.
— Entiendo, me callo. ¿Quieres salir? Podemos ir a algún café.
— No saldré a ningún lado así, ¿me ves la cara? Con suerte se me ven los ojos, tengo el rostro desfigurada tanto llorar y la boca parece que me reventará.
— Nada que no se pueda arreglar, vamos, sube.
Me llevó a la rastra hacia el segundo piso, me metió a la ducha con el agua helada, al salir me tenía sobre el tocador una botella con agua y dos eyes patch. Me mandó a vestir, con lentitud lo hice porque el cuerpo me pesaba y abrochándome el pantalón me detuve frente al espejo a preguntarme qué estaba haciendo. Yo no quería salir.
— Laura, no quiero salir de casa.
— Termina de vestirte.
Dos horas con los parches sobre los párpados, parches que lograron que mis ojos se deshincharan y volvieran a estar normales, milagrosamente. Me maquillé, con énfasis en las ojeras moradas que tenía y en mi piel enrojecida, mientras Laura me secaba el cabello y lo ondulaba, una vez lista me puso el abrigo sobre los hombros, acomodó mi reloj en mi muñeca, aros en las orejas, la cartera en un antebrazo y sonrió, pero rápido dejó de hacerlo con pena.
— Tu mamá se seguirá moviendo si ve que todo esto que ella ocasiona te tiene afectada, así que saldrás de esta casa con la mejor cara posible. Puedes con esto y con más. Aunque sea difícil, disimula.
Asentí, porque últimamente a cualquier cosa que me dijeran, así reaccionaba. Salimos de ahí y me hizo manejar para mantenerme ocupada sin espacio a la depresión, me estacioné afuera de una cafetería italiana que frecuentábamos por lo tranquila que era, Laura me guió hasta una mesa y me senté acomodando mis lentes de sol.
— Puedo ver a Colomba desde aquí.
— Nos vamos entonces — me incorporé.
— Por supuesto que no.
Se acomodó cruzando sus brazos y sonriendo, eso me alimentaba a no quitarme los anteojos. Así que me quedé quieta de piernas cruzadas y el rostro serio. Pedí una copa de vino a pesar de la mirada reprochadora de Laura, pero la ignoré escuchándola hablar; hasta que por la puerta principal entró sonriente la mejor amiga de mi mamá que supo reconocerme y me hizo un pequeño movimiento de cabeza. Pero así como se movía, no dejaba de mirarme y al sentarse al lado de una mujer de cabeza blanca, ambas se giraron a escanearme mientras hablaban en susurros. Evidentemente ya sabía lo que sucedía y eso me hizo enderezar la espalda, me tocaba aparentar, aún más.
Escuché a Laura hablar por minutos seguidos, agradecía y apreciaba su intento por distraerme, pero no le estaba funcionando. Divagaba, en cada palabra pensaba en Angelo viviendo con Simon, él con la custodia completa, Colomba en la cárcel o yo anulada como abogada en el país.
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I found A girl
FanfictionEn un mundo a veces demasiado caótico y triste, existen personas que hacen la diferencia. Personas que hablan con su actuar y no solo con las palabras, que no te dan una mano, te dan las dos. Personas que se conmueven frente al dolor ajeno, que abr...