La mañana había comenzado,un hermoso sábado recibía con los brazos abiertos a Ayano,quién se encontraba en la cocina preparando un sabroso plato de arroz con pollo para ella sola. Con algo de música puesta y tarareando la canción mientras se servía para comer.
De repente,su celular dejo de sonar la música,ella lo miro extrañada y se dirigió a dónde estaba a ver qué había provocado la pausa repentina de la música pero se encontró con una llamada entrante de Hanako,su compañero de la escuela y nuevo pequeño amigo.
– Hola,buenos días ¿Qué pasa Hanako-kun? – pregunto mientras tomaba el teléfono colocándolo en su oreja.
El chico le informo que necesitaba ayuda para comprar algunas cosas para él,pero,como no era tan experto en ropa se le hacía algo difícil. La chica acepto inmediatamente,le hacía falta salir a tomar aire y caminar.
...
– Hace algo de frío– dijo. Miraba por la ventana abierta el vecindario.
Estaba en pleno otoño,en noviembre,ya casi se acerca invierno,en un mes. Las grandes brisas no se hacían esperar. La chica volvió a su habitación y de allí saco un abrigo y una bufanda de color rojo.
Escucho como tocaban su puerta abajo y descendió por las escaleras hasta llegar y abrir la puerta.
– Oh,lo siento si tarde Hanak...– frenó su habla al ver que quien estaba delante de su puerta era uno de estas personas que llevan los paquetes a las casas.
– ¿Ayano Aishi,verdad?– preguntó el señor.
Ella asintió.
– Esto es para usted–le paso un paquete–firme aquí y aquí– y señaló el documento.
La azabache hizo el procedimiento indicado y se adentro a su casa con el paquete entre sus manos. Lo meneo un poco para poder tener una idea más o menos de que se trataba. Pudo escuchar el leve sonido de un cristal chocando y algo más duro,así que decidió abrirlo.
Al abrirlo,pudo encontrar una foto encuadrada de ella y su padre con un lindo cristal adelante en forma de decoración.
Ella recordaba ese día de pequeña, probablemente el día que su madre comenzó a ver qué nada con su hija estaría "bien". Pues este día la chica pudo sonreír con naturalidad y genuinamente para una foto junto a su padre,el primer día donde sintió algo y ese algo fue felicidad al pasar una tarde en la playa junto a su padre,como debía ser una familia normal. Ella también recordaba con cuánto reencor miraba su madre la escena,absetiendose a tomarse una foto junto a su marido y su hija en ese momento con el pretexto de decir que estaba "desareglada",cuando ya sabemos que si se trataba de salir con su esposo,la señora Aishi jamás iría desareglada.
Ella lentamente paso la yema de sus dedos por la cara de su padre sonriente y la cara de ella de pequeña sonriendo como un sol,viendo cómo sus rayos se reflejaban en sus lindos dientes (en los que había,claro,a esa edad le faltaban los dos dientes delanteros de la parte de arriba de la boca). Sintió nostalgia.
<<Como desearía que volvieran esos días,dónde solo podíamos ser papá y yo>>. Pensó con una pequeña sonrisa.
Sintió sus manos entumecer,como si algo casi seco se apegara a sus dedos que sostenían el marco de la foto,entonces,los miró. Lo que vio la sorprendió, tenía manchas rojas en sus dedos,algo pegaso. Se asusto y pensando lo peor acercó sus dedos a su nariz.
Pero,por mas que olía,no se sentía nada de olor,más bien olía solo la madera nueva que tenía la foto de marco. Luego, giró la foto para poder ver mejor de dónde provenía aquellas manchas y solo encontró que era pintura saliéndose de la parte trasera del marco de la imagen. Suspiró aliviada.
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𝐏𝐫𝐞𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐏𝐫𝐞𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫𝐭𝐞,𝐀𝐲𝐚𝐧𝐨 - Male Rivals.
Mystery / ThrillerUn día más en la vida de la azabache, sentada bajo el cerezo con un sobre hecho trizas en sus manos. Tiene lágrimas que salen de sus brillantes ojos negros. Había sido rechazada por su primer amor. - Tranquila, Aya, encontrarás alguien mejor. El mun...