Sus delgados dedos temblaban, su respiración estaba acelerada y su pecho subía y bajaba rápidamente ¿Cómo no? Con esa llamada que tuvo su mundo se puso al revés. Ahora estaba de esa forma patética (ya que ella misma se nombra así), al lado de Budo mientras se cubría con fuerza la cara al llorar.
Budo apenas entendía lo que pasaba pero su mente lo obligó a consolarla, además, su corazón se comprimía al verla tan dolida y era aún más confuso cuando la razón le era desconocida.
– Ayano... – le apegó a su pecho y acaricio su pelo – Joder, Ayano por favor dime... ¿Qué pasó?–.
– E-el me llamo y me dijo que me tiene vigilada– sollozó.
– ¿Taro?– apretó su puño – Ese desgraciado... Lo tendré que buscar yo mismo y romperle el trasero– frunció el ceño – Si te tiene vigilada realmente hm... Creo que tengo una idea pero deberás darme una respuesta rápida–.
¿Que momento tan inoportuno,no? Para hacer preguntas. Ayano le aruño el brazo levemente.
– ¡Ay!– se hecho hacia atrás al sentir las uñas de la chica en su piel – ¡Ayano! ¡No estoy bromeando con tu situación!– se soba el lugar afectado – Primero escúchame–.
Ella se apartó de él y se sentó mirándolo fulminante.
– Escucha. Yo estoy dispuesto a quedarme contigo todas las noches después del trabajo– después quiso arreglar lo dicho– Yo sé que eres fuerte y puedes, pero nadie sabe si ese loco anda armado–.
A pesar de que era una buena oferta Ayano no se sentía segura. Es decir, no tenía una cama disponible dónde Budo pueda dormir cómodamente.
– Y además, dormir en el mueble me resulta no tan incómodo – dijo.
Ella negó con la cabeza – Budo, por favor no vuelvas a pedirme eso. Podría aceptar que vayas a la panadería como siempre pero ¿Aquí? Budo, tienes tu cómoda casa y...–.
– Te dije que no es tan incómodo aqui–.
– ¿Y que? Yo solo no quiero que estés ni un poco incómodo– aclaró – Yo... Creo que puedo con esto. Compraré nuevos candados para las puertas y ventanas...–.
Budo sintió la preocupación en las palabras de la chica e instintivamente la abrazo denuevo. Sentía seguridad con ella y la amaba demasiado como para dejarla así.
– Ayano... – alargó una de sus mano a su espalda y comenzó a acariciarla de arriba a abajo – Déjame quedarme almenos hoy. Así... Solo hoy–.
La pelinegra sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al ser tocada de esa manera tan metódica.
– S-si– su voz se cortaba.
Esa noche disfruto de por primera vez dormir junto a Budo. No hubo perversión de ningún tipo y fue cómodo para ambos.
(...)
Y ahí estaba él, exitoso hijo de Negan Saiko y trabajador que vivía solo de él: Megamo Saiko, sentado en su oficina sintiéndose solo.
¿Solo? Solo como nadie. Parecía curioso que con tantos trabajadores en la compañía seguía con esa sensación de soledad, se supone que debe acostumbrarse ya que su actitud no le ayuda mucho a tener amigos, pero, no deja de ser angustiante. Quizás no lo demuestre pero no le gusta sentirse así.
Todo comenzó con sus padres. El poco interés de su padre por el, el que hayan apartado a su hermana, el abandono de su madre...
La soledad es un asco.
Recuerda que en aquellos días de secundaria cuando se sentía solo no hacía más que tratar peor a los estudiantes y recalcar su poder en la escuela para probablemente sentirse admirado (aunque solo terminaba asustandolos), pero todo fue hasta que Ayano apareció. La joven de pelo azabache le generó curiosidad. Había escuchado a su padre semanas después del ingreso de ella a la escuela decir que venía de una familia de asesinos, así que el mismo quiso comprobar con sus ojos como era ella. Poco después comenzó a sentir esa necesidad de hablarle, aveces mal y aveces bien, solo para tener alguien con quién hablar aunque sea discutiendo.
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𝐏𝐫𝐞𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐏𝐫𝐞𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫𝐭𝐞,𝐀𝐲𝐚𝐧𝐨 - Male Rivals.
Mystery / ThrillerUn día más en la vida de la azabache, sentada bajo el cerezo con un sobre hecho trizas en sus manos. Tiene lágrimas que salen de sus brillantes ojos negros. Había sido rechazada por su primer amor. - Tranquila, Aya, encontrarás alguien mejor. El mun...