El pelinegro dormía plácidamente en el sofá. Su pecho subía y bajaba junto a su respiración tranquila,estaba con una mano cubriendo sus ojos y la otra encima de la sábana. De repente sintió un movimiento en sus hombros y unos susurros con pesadez entreabrio sus ojos encontrándose con una cabellera negra delante de él.
Se sorprendió y abrió sus ojos de golpe. Se tallo los ojos para alejar su sueño y presto atención a la joven.
– ¿A-Ayano? ¿Qué pasa... – ella lo acalló.
– Budo,ya no puedo seguir ocultándote esto– y lo tomó del rostro acercándolo.
Sus dedos intranquilos,su sorpresa en los ojos y su sonrojo hacían evidente el nerviosismo del chico quien nisiquiera se alejo de ella. De pronto una fuerza se apoderó de él y fue lo suficientemente valiente para tomarse de igual forma en su rostro y con determinación fue acercándose a ella.
Y lentamente cerró sus ojos hasta sentir el aliento de ella en sus labios...
Y con delicadeza...
Abrió los ojos.
Miro su entorno y seguía en el mueble de Ayano cubierto de mantas. Se tocó la cabeza y se golpeó la frente dándose cuenta de su estupidez Todo fue un sueño. Sintió como sus mejillas se calentaban y sus manos temblaban.
<< Dios... ¿Cómo pude soñar algo así con ella? Soy un asco>>. Se dijo.
Pero debía admitir que quizás no fue tan malo y su corazón lo confirmaba. Aveces sus anhelos se veían reflejados en sus sueños (almenos en los coherentes) y eso le causaba mucha vergüenza. Sus desesperación era seguir lento y que eso nunca se logre. Pero... Aveces habían situaciones en sus sueños que eran algo fogosas eran esas típicas mañanas dónde debía bañarse inmediatamente se despertaba.
Poco a poco se puso de pie y dobló la manta para luego ordenar el sofá y apagar el abanico. Vio todo en calma lo cual le dejo en claro que la Aishi no se ha despertado.
<< Bien,le iré a hacer un desayuno y el mío>>. Pensó.
Más tarde irían al Destacamento a poner la denuncia de intento de violación a Taro Yamada. Estaría más que a gusto que pague por lo que hizo de esa forma.
Nunca pensó que él fuera así antes,solía ver muchas chicas a las que les parecía agradable el pelinegro,lo veía leyendo libros siempre sentado en una banca y andando de aqui para allá con Osana. Nunca se imagino que ese chico sería un depravado sexual.
De repente el teléfono de la casa sonó y con curiosidad se fue a tomarlo.
<< Si la llaman solo diré que no está disponible>>.
Lo tomo entre sus manos y lo acercó a su oreja.
– Ayano cariño,te he estado llamando todo el día desde ayer. Tu padre está preocupado y yo ¿Qué pasó?– era Ryoba la madre de Ayano.
Con los nervios al tope el chico contesto – Ah,lo siento mucho Aishi-san pero Aya-chan está dormida– respondió.
– ¿Y tú quién eres querido?– pregunto lentamente la mujer.
La verdad era que la cara de Ryoba ahora mismo era indescifrable,incluso su marido al escuché la respuesta se giró a verla con confusión.
– Budo Masuta. Soy un amigo,me quedé a cuidarla, hubieron problemas ayer– respondió nervioso.
Ryoba levanto una ceja inconforme – ¿Qué pasó ayer? ¿Está enferma? ¿Le hicieron algo? – pregunto para llamar la atención de su esposo.
– No señora,está todo bien. Ella le contará cuando esté lista–.
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𝐏𝐫𝐞𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐏𝐫𝐞𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫𝐭𝐞,𝐀𝐲𝐚𝐧𝐨 - Male Rivals.
Tajemnica / ThrillerUn día más en la vida de la azabache, sentada bajo el cerezo con un sobre hecho trizas en sus manos. Tiene lágrimas que salen de sus brillantes ojos negros. Había sido rechazada por su primer amor. - Tranquila, Aya, encontrarás alguien mejor. El mun...