Chamaco meado.

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"Ajem" tosió Aki, empujando de manera pasivo-agresiva al de cabellos rosas para que se fuera hacia otra caja.

– ¿"Ajem" qué? Habla bien o haste a un lado... no me vayas a pegar la tos.

Respondió a la defensiva el más bajo. También le volteó los ojos y le hizo una mueca a Aki pero eso lo ignoraremos.

"Este Idiota tiene mas ego que piojos, ¿En serio tendré que trabajar con él?" Sollozó Aki en sus pensamientos, mientras se lamentaba y le preguntaba a Dios el porqué de su mala suerte.

– ¿Estás ahí? ¿Modo, qué pedo contigo?

Pronunció el de pequeña estatura, bajando a Aki de su nube de pensamientos tristes.

– A ver, te me vas calmando por que no estoy como para aguantarle sus berrinches a chamacos meados como tú, vete a la otra caja.

Le respondió Aki con un tono fuerte y claro, a Aki le es importante mostrar firmeza para que los novatos vean quién manda.

– Meado tu viejo, sácate a la otra caja porque yo no sé como arreglar las "Sin servicio".

Contestó temerario el más pequeño, sí bien era nuevo en el el lugar, igual no se dejaría dominar por nadie.

Se escuchó un suspiro de indignación por parte de Aki mientras se tomaba el pecho de manera dramática.
¿A caso pasó lo que todos temen cuando le contestas "Tu viejo" o "Tu vieja" a un insulto? Pues si, Ángel la había regado por completo.

– Con mi viejito no te metas, que en paz descanse y que tus palabras no le hagan ruido.

Contestó Aki con un tono melancólico. Poco sabía Ángel que eso era pura maña.

– ¡E-en serio perdóname! No fue mi intención ofenderte de tal modo... espero y puedas comprender mis palabras.

Replicó Ángel cabizbajo, de verdad se sentía mal por lo sucedido. Aún de todas formas, Ángel no pensaba ceder el puesto así que se las ingenió para tomar la caja con servicio.

– Este es mi primer trabajo y en serió no tengo idea de cómo arreglar la caja sin servicio, por favor déjame usar la que está disponible para no perder el puesto... no quiero decepcionar a mis padres.

Continuó diciendo Ángel mientras hacía una cara de "pobrecito" para así aprovecharse de la vulnerabilidad de Aki en el momento. Extrañamente, y para la suerte de Ángel, su plan funcionó.
Las palabras de Ángel tocaron el corazón de Aki, a demás de eso, Aki se vió sorprendido por la serenidad en el rostro de su compañero.

– ugh, está bien pero más te vale aprender a usar la otra caja.

Contestó Aki mientras trataba de ocultar su rostro ¿Sonrojado? Ni idea. Ángel se había salido con la suya, algo de lo que Aki tendrá que acostumbrarse.

Eventos tercermundistas en el OXXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora