Eventos tercermundistas en el OXXO

Signos del sobaco.

El martes pasó, Ángel y Aki tomaron sus turnos como lo normal, tuvieron unas cuantas peleas por ver quien hacía que cosa y que no, algo típico en los días dentro de ese dichoso Oxxo.
El miércoles llegó y Aki había tenido un sueño en el cual se ganaba la lotería, según su tía eso significaba que tendría un día de suerte, por eso mismo Aki el experto en astrología y supersticiones se dirigió fresco a su trabajo.
Ya dentro del local se dispuso a saludar a Ángel, el cual extrañando por la alegría que emanaba Aki, le devolvió el saludo con cara de "Wtf ¿Y a este que le picó?"

"Sí tu me hubieras dicho siempre la verdad, sí hubieras respondido cuando te llamé, sí hubieras amado como te amé..."
Se escuchaba en los parlantes, Ángel cantaba Felizmente al pie de la letra mientas trapeaba el piso del Oxxo. De repente la música se cambió por completo a la voz de una mujer la cual hablaba de cosas que a Ángel le parecían tontas.

– ¡Oye! ¿Por qué le cambias a la música? Apenas iba la mejor parte.

Gritó Ángel desde la sección de papitas.

– Shhhh, guarda silencio que ya viene mi signo zodiacal.

Contestó Aki, escuchando de manera atenta lo que la señora en los parlantes decía.

"Guirdi silinci qui yi vini mi signi zidiquil" arremedó Ángel con tono burlesco.
"¿Esa mamada qué? Uno ya no puede escuchar música sin que te salgan con cosas raras." Se dijo a sí mismo mientras se acercaba para ver cual era el asunto con los signos zodiacales de Aki.

"Y el día de hoy el signo de *** tendrá una racha de suerte, felicidades a los nacidos entre *** y *** "

– ¡Si! Ese es mi signo, sabía que ese sueño era un aviso de mi buena suerte... hoy el universo se alineó para mi beneficio.

Dijo Aki lleno de alegría.

– Pfft, esas son puras mentiras ¿De verdad crees en esas cosas? No pensé que cayeras tan bajo.

Contestó Ángel mientras miraba a Aki con una ceja levantada y una paleta que seguramente tomó sin permiso.

– ¿Sabías qué hay ciencia detrás de esto? Eso significa que la astrología es legítima.

– Ciencia mis nalgas, ni mi perro se cree esas cosas.

– Como sea, dime tu signo para ver qué dice el horóscopo de ti.

– No tengo idea sobre los signos del sobaco, pero creo que soy unicornio.

En ese mismo instante Aki escupió su café por todo el piso ¿Signos del sobaco? ¿Unicornio? Esas palabras le sacaron más que una risa a Aki, fue toda una carcajada.

– Para empezar, se dice "Signos zodiacales" y es Capricornio, no unicornio, pedazo de moho.

– Meh, es la misma cosa.

– No, no lo es... ¿En qué día y qué mes naciste? Necesito saber tu signo correctamente.

– Mi cumple es el *** de ***, rarito.

"Y finalmente, para el signo de *** tenemos una racha de mala suerte en este día ¡Será mejor que se queden en casa y no se expongan!"

– ¿Es una amenaza? ¡¿Me está amenazando?!
Vieja sapa, ojalá y la atropelle un burro.

Bufó Ángel, el no se dejaría llevar por las supersticiones de otros, pues claro que no.

– Uuh, parece que a alguien le va ir mal... no me puedo identificar ya que soy *** pero te doy mis bendiciones.

Contestó Aki de manera burlesca.
Pasaron horas y ya era de noche, los grillos cantaban y no había ningún cliente a la espera, seguro de que tenía la suerte de su lado, Aki se decidió por hacerle una pequeña broma a Ángel.

– ¡Oh no, nos quedáremos encerrados!

Gritó Aki mientras cerraba la puerta de cristal y dejaba la llave en el piso.

– ¿Qué haces? ¿Estás loco?

Contestó Ángel mientras corría eufórico hacia la puerta, para la mala suerte de ambos, Ángel pateó la llave por accidente y esta salió del local por la estrecha separación de la puerta y el piso. Lo peor del caso es que Aki sí había cerrado la puerta ya que no tenía planeado perder la llave.