Búscate otro novio.

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Santo Dios, apenas eran las 2 de la tarde y ya había una loca llorando dentro del Oxxo, ¿Qué más podría salir mal?

– Disculpe, señorita ¿Se encuentra bien?

Preguntó Ángel al ver que la chica no se callaba. Ya llevaba 10 minutos llorando y Ángel estaba harto de escucharla quejarse, para colmo, Aki no salía de la bodega así que Ángel tenía que ingeniárselas para sacar a la chica del local.

– ¿Tú qué crees? ¿Me veo bien?

Respondió himeno entre llantos, había llorado tanto que su maquillaje estaba todo corrido.

– ¿No...? No quiero sonar grosero así que le diré que se ve de maravilla.

– ¡Contéstame con la verdad! ¿Por qué lo único que hacen los hombres es mentir?

La chica estaba loca, definitivamente.

– Bueno, te ves mal.

– ¡Lo sé! No hay necesidad de que me lo repitas.

Contestó la chica mientras se limpiaba el maquillaje con su propia blusa.
Ángel estaba confundido, sí ella misma le preguntó y le insistió que respondiera con la verdad ¿Por qué rayos se ofendía? Vaya que las chicas son raras.

– Bueno, solo quería decirle que no puede embriagarse aquí dentro.

– Como sea, mejor pregúntame por qué estoy triste.

Reclamó la chica.
"¿Disculpa?" Pensó Ángel. Él no era ni su amigo ni su psicólogo como para andarle preguntando por sus problemas así que se negó, pero como la chica insistió una y otra vez, Ángel al final aceptó escuchar su historia.

– ¡Él me dejó! ¡Me dijo que yo era el amor de su vida y me dejó!

La chica sollozó, hasta Aki pudo escuchar lo que Himeno decía desde la bodega.

– Pues búscate otro novio, así de fácil.

Le respondió Ángel.

– ¡No es nada de fácil!

– Solo ve con cualquier morro e invítalo a una cita, duh.

Contestó Ángel con un tono serio, era obvio que ya se había cansado de escuchar a la chica llorar, pero parecía que la chica no captaba la indirecta.

"Dios mío, que ya se vaya" pensó Ángel.

– ¿Saldrías conmigo?

Le preguntó la chica, la cual obviamente ya estaba borracha.

– ¿Qué? Obviamente no, apenas te conozco.

– ¡Pero estoy tan sola!

Ángel estaba a punto de sacar a la chica a la fuerza pero era demasiado chico como para poder sacarla del local. Ángel fue a la bodega ya que su única opción era decirle a Aki que la saque.

– ¿Estás loco? Es una de mis ex-compañeras.

– ¿Y? No es como que sea el fin del mundo, solo ayúdame a sacarla del local.

– Me niego completamente.

– Vamos, ya me estoy cansando de escucharla... ¡Hasta me invitó a salir con ella!

– ¡¿Qué?! ¡¿Y aceptaste?!

– Obviamente no, pendejo.

Contestó Ángel con una mueca en su cara que decía "Duh" con solo verla.

– Bien.

– ¿Entonces me ayudarás a sacarla?

– No.

– Por favor.

– Ya te dije que no.

– ¡Porfis!

Aki negó con la cabeza una vez más.

– Ándale Aki, te lo ruego.

Reprochó Ángel con un tono agudo y las manos juntadas, ¿Quién le podría decir "no" a eso?

– Está bien pero ponte a trabajar, no quiero verte holgazaneando.

Aki suspiró y se dirigió a la mesa en la cual Himeno se encontraba cantando y llorando.

"¡Me atrapaste, me tuviste entre tus manos, me enseñaste lo inhumano y lo infeliz que puede ser!"  Cantaba Himeno a todo pulmón mientras le daba tragos a su botella de cerveza.

– Eh... ¿Hola?
– ¡Aki! ¿Qué haces aquí, compañero? ¿También te dejó tu pareja?

Sollozó Himeno.

– No, aquí trabajo.

"¡Te fingiste exactamente enamorado, pero nunca me has amado, yo lo sé!" Continuó cantando la chica melancólicamente.

"Ejem" tosió Aki en busca de atrapar la atención de la chica.

– Mira, ya sé que te las estás pasando mal pero... ¿Podrías salir de aquí? Vas a espantar a los demás clientes.

– ¿Me estás corriendo?

– No... bueno, si pero no de esa forma.

– ¡Todos son iguales!

Gritó Himeno, Aki volteó a ver a Ángel y este solo le señaló que sacara a Himeno de una vez por todas.

– Mira, no puedes emborracharte aquí, sal por tu cuenta o tendremos que usar la fuerza.

– No seas malo, me la estoy pasando mal y ni siquiera tengo a dónde ir.

Contestó la chica con cerveza en mano. La pobre había terminado con su novio así que el tipo la corrió de su casa.

– ¡¿Tú serías mi nuevo novio?!

Gritó la chica de la nada, sorprendiendo a Ángel y Aki.

– Eh... no puedo.

– ¡¿Qué?! ¡¿Por qué no?!

Aki quería responderle que el no tenía ningún interés en ella y que de hecho apenas se acordaba de que fueran amigos en un pasado, pero como no le podía decir eso ya que Himeno se veía muy triste, Aki inventó otra excusa.

Eventos tercermundistas en el OXXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora