El atraco.

3.1K 395 202
                                    




Otro día "normal" en el Oxxo de la cuadra, Ángel y Aki estaban discutiendo sobre cosas tontas, el gerente no había asistido al trabajo como era común y también había una extraña mujer que insistía en meter su gato a la tienda.

– Señora, ya le dije que no puede meter su gato al establecimiento. Tendrá que dejar el gato a fuera o le negaremos el paso.

Repitió Aki por 5 vez consecutiva, pero aún así la señora no parecía entender.

– Primero que nada ¡Es señorita, apenas estoy en mis 20!

– Si, discúlpeme por eso pero aún así no le permitiré entrar con la mascota.

– ¡El cliente siempre tiene la razón! Ahora déjeme entrar antes de que les ponga una demanda por discriminar a mi gato.

–Señorita, entienda que no tenemos permitido dar acceso a gente con sus mascotas ¿Qué le parece sí va dejar su gato a otro lado y luego viene por el mandado?

– ¡Déjame entrar, escuincle!

Y así insistió la chica hasta que se cansó y se marchó indignada por lo sucedido... o eso se suponía.

– ¡Hey, Angel! Es tu turno de tratar con los clientes, yo me pondré a trapear.

– Por supuesto que no ¿Y sí la loca regresa? ¿Me ves cara de tenerle paciencia a la gente?

Contestó Angel mientras tomaba una soda sin pagar de los estantes, lo cual obviamente estaba prohibido pero bueno, así es Angel.
Angel no era una persona paciente, y Aki sabía eso más que cualquier otra persona en el mundo. Después de todo, Aki era el que tenía que soportar los quejidos y críticas que Angel hacía y decía sobre la gente. Eso por más de 10 horas seguidas, durante todos los días desde aquel catastrófico lunes.

– ¿Solo piensas tomar cosas sin pagar y fingir que limpias? Ya te vi trapear la sección de galletas 4 veces.

Reclamó Aki, acercándose a donde se encontraba Angel. Le arrebató el trapeador y le señaló que se fuera a la caja para cambiar de turno.

– Mira, sí algún cliente loco llega te deberé 50 pesos.

– Va, pero mientras más cosas raras pasen se va ir duplicando el dinero.

– Trato hecho.

Ambos cerraron la negociación con un apretón de manos, Aki se puso a limpiar todo lo que Angel no limpió (Por fingir que limpiaba la misma área por más de una hora) y Angel se dirigió a la caja. Todo iba normal para los dos chicos, de hecho parecía que Ángel no ganaría ningún centavo, cuando de repente...

– Disculpen, ¿Venden comida para gatos?

Preguntó una mujer con un Aura un tanto familiar, se parecía bastante a la chica de antes pero esta vez se veía como una anciana.

– Si, está en la sección del fondo.

Le respondió Ángel con una voz monótona e indiferente. La señora se veía un tanto extraña, llevaba demasiadas ropas como para estar en un clima de 38º grados además de llevar lentes gigantes y una mascarilla que le cubría toda la cara. Ángel le señaló a Aki sobre la señora, y le hizo una seña de que debía pagarle.

"Bueno, solo son 50 pesos." Pensó Aki, pero la cosa no acababa ahí, de repente algo se empezó a mover ente las ropas de la señora extraña y ¡Boom!
Un gato salió de ella.

"Hija de pu-" Aki dijo en voz baja mientras movía su cabeza de derecha a izquierda en una moción lenta.

– ¡Nyako, arruinaste el plan!

Gritó la señora, la cual resultó ser la misma chica de antes que insistía en meter a su gato.

– ¡Esto es un asfalto, arriba las manos y denme todo lo que tengan!

Gritó un joven de cabellera rubia que apareció de repente en la entrada.

– ¿Un qué?

Dijo Angel con un tono burlesco y arrogante, dejando obvio que se estaba burlando del "Asaltante".

–  ¡Es "asalto" pedazo de imbécil! ¡¿Esa era tu única línea y ni eso puedes hacer bien?!

Gritó la chica peli-rosa mientras sostenía al gato.

– ¿Disculpa? Le llamaré a la policía, pedazos de vándalos fallidos.

Expresó Aki mientras veía la situación con una mirada enojada y algo confundida.
El chico de cabellera rubia se acercó a Angel y lo tomó por el cuello.

– ¡No puedes hacer nada, tenemos a un rehén!

Eventos tercermundistas en el OXXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora