Miopía.

2.1K 308 188
                                    

Aki llevaba casi una semana sin ver a su compañero, Ángel. Como el incendio terminó incinerando el Oxxo por completo, los chicos habían quedado sin trabajo, por lo que tenían tiempo sin saber del otro.
Aki estaba aburrido y quería matar el tiempo, así que se puso a hacer los mandados que su tía le dejó. El peli negro entró a su auto y manejó hasta llegar al Walmart de la plaza.

— Ya compré las frutas, las verduras y los productos de limpieza. Solo me falta ir por los huevos y la leche. — pensó Aki mientras revisaba una nota que contenía la lista de cosas que tenía que comprar. Primero fue por la leche y la puso en su carrito, después se acercó para agarrar una cartera de huevos y los sostuvo con las dos manos. Aki ya estaba en camino de ir a la caja para que le cobren, pero como estaba muy distraído con que los huevos no se le cayeran, el peli negro terminó chocando con un extraño.

– ¡Mis disculpas, señorita! No tenía idea de que estuviera ahí.

Exclamó Aki mientras trataba de ayudar a la extraña, extendiéndole una mano para que la chica se pusiera de pie. Estatura baja, facciones suaves, una piel pálida y el cabello recogido en una coleta de caballo; Esas eran las cautivadoras características de la extraña que yacía en el piso.

– ¿Qué rayos te pasa? Puto chamaco baboso.

Mencionó la figura más baja mientras buscaba unas gafas en el piso, ignorando la mano extendida de Aki.
Aki se frotó los ojos y reconoció la figura que tenía delante, lo que Aki creía ser una persona  divina y bella terminó siendo su compañero de trabajo, Ángel.

– ¿Ángel?

Preguntó Aki, solo para cerciorarse de que no estaba alucinando.

– ¡¿Quién eres y por qué putas te sabes mi nombre?!

Contestó el chico que, si, en efecto era ángel.

– Soy Aki, ya párate de una vez.

– No puedo ver sin mis lentes ¿Cómo quieres que me pare?

Le respondió Ángel con un tono irritado.

– ¿Tan ciego estás?

– Si. Puta miopía, a la verga.

Reprochó Ángel, el peli negro se rió del comentario y se agachó para tomar las gafas del piso, las limpió un poco y se las entregó a al más bajo.

– Perfecto, ahora mis gafas tienen una fisura.

Suspiró Ángel a la vez que se acomodaba las gafas.

– ¿Y tú desde cuando usas lentes? Nunca te vi con ellos en el trabajo y veías muy bien.

– Usualmente uso lentillas pero cuando no me da tiempo de arreglarme me pongo los lentes.

Respondió Ángel.

– Ahora te puedo molestar con que estás ciego, que buenas noticias.

– Ni se te ocurra.

– Cuatro ojos.

– Hijo de puta.

Los chicos se dirigieron a la caja para terminar con sus compras. Mientras esperaban a que las cosas fueran empaquetadas tuvieron una corta platica sobre lo sucedido en el Oxxo anteriormente, Aki bromeó sobre le miopía de Ángel y Ángel le contestó con un sin fin de insultos al más alto.

– Bueno, ¿Ahora qué?

Preguntó el peli negro.

– ¿A qué te refieres con "ahora qué"? Ya vete a tu casa.

Le contestó Ángel mientras ponía las compras en sus propias bolsas ecológicas.

– Oh, cierto.

Respondió Aki un tanto desconforme con la respuesta de su compañero.

– ¿Qué? ¿Pensaste que veníamos juntos de compras o algo así?

Mencionó Ángel mientras reía. El más bajo no le decía con la intension de ser grosero, sin embargo Aki quedó desanimado con el comentario. Al terminar de guardar las cosas en bolsas, Ángel volteó a ver a su compañero el cual se veía algo decaído por su respuesta. Ángel cerró los ojos, suspiró y finalmente habló.

– ¿Quieres que vayamos por algo de comer?

Preguntó Ángel para tratar de alegrar a Aki.

– ¿Estás seguro de que quieres invitarme o solo te di pena?

– Nah, ya tengo hambre y no me vendría mal algo de tu compañía.

Respondió el más bajo con una leve sonrisa en su rostro, recibiendo una sonrisa de vuelta por parte de Aki.

— En ese caso está bien, vamos a dónde tú quieras.

– ¿Qué te parece sí vamos a la comida china? Hay un local cerca de aquí y podríamos llegar caminando.

Cuestionó el más bajo con sus bolsas en mano.

– Me parece bien.

– Perfecto, a la comida China iremos.

– Va, pero primero hay que dejar el mandado en otro lugar, no creo que nos dejen entrar con bolsas al local.

Terminó de contestar el peli negro.

Ángel ya se había cansado de cargar con sus bolsas, así que le pidió al peli negro que las subiera al auto por él. Aki cargó con ambos mandados hasta llegar al auto y guardar las cosas, después fueron caminando de regreso al Walmart para comer en el local de comida China y saludaron a la chica que recibía a los clientes en la entrada del local.

Eventos tercermundistas en el OXXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora