El viaje.

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Eran vacaciones de verano, el calor causaba muertes por insolación y los chicos, al no ser diferentes del resto, planearon un viaje a la playa más bella que pudieran pagar ir. El único problema, a demás de sus estatus socioeconómicos, era que la única forma de llegar era en coche.

—¿Y de dónde putas vamos a sacar un carro? Viajamos en transporte público.

—Usaremos el bocho de mi tía, solo necesita unas pocas arregladas y ya la hacemos.

—Claro, como eres mecánico.

—Ya tengo un plan para eso, así que ve haciendo tus maletas. Tú tranquilo y yo nervioso—pronunció Aki de forma segura, a lo que sacó su celular y le marcó a cierto rubio. Unas horas después, Denji llegó junto a un hombre extraño y saludó con normalidad, ignorando el rostro asustado de Hayakawa.

—¿Por qué putas trajiste al sujeto que buscan en la comisaría?—preguntó Aki en voz baja, para que ángel, quien aún hacía las maletas, no se diera cuenta.

—Relaja la raja, no te esponjes que viene en son de paz; aparte, lo hará casi completamente gratis, con la única condición de que lo llevemos a la playa—

—¡Ese sujeto es buscado por posesión y consumo de drogas en vía pública!

—¿Y luego?

—¡Si nos atrapan nos culparán por ser cómplices de un criminal, grandísimo pendejo!

—¿Quieres ver a ángel en traje de baño o no, chingada madre?—preguntó Denji con los brazos cruzados.

Aki terminó accediendo, y a pesar de que el sujeto terminó de arreglar el auto sospechosamente rápido, los chicos no dudaron un segundo más y encendieron el coche para irse.
Antes de subir, Ángel vió al sujeto con desconfianza, a punto de preguntar quién era aquel hombre, a lo que Denji interrumpió —Es mi primo extranjero—.

—No sabía que tenías familia del congo—.

Pasada una hora, los chicos pararon en una gasolinera para hacer sus necesidades y comprar algunos snacks. —¿Deberíamos comprar alcohol?—preguntó Aki a Ángel.

—Ps claro rey, ¿Qué pasó ahí? ¿Qué pregunta es esa?

—No lo sé, Ángel, siento que se van a calentar las cheves en lo que llegamos a la playa.

—Pues nos las tomamos en el camino, ¿Cuál es el pedo?

—Que es ilegal, tal vez.

—Equis, somos chavos—contestó ángel, sacando la lengua y haciendo un símbolo de amor y paz con la mano derecha.

Ya en el camino, los chicos iban tomando y disfrutando de las rolas de Chalino Sánchez, todo parecía ir bien, hasta que el primo de Denji sacó un pedazo de papel y un disolvente.

—Permiso para monearme, jefes—pronunció el sujeto antes de acercar la droga a su nariz.—enfrente están los militares, cabrón. Guarda eso o te bajo del carro—gritó Hayakawa exaltado.

—Hay que drogarse chavos, estamos jóvenes, a meternos de todo—Ángel rio despreocupado ante el comentario de Denji, a lo que Aki tomó un sorbo de cerveza para relajarse un poco. Un sorbo, y otro sorbo tras otro sorbo, así durante minutos hasta que perdió el control del volante a medio camino.

—¡Aki! ¡¿Qué haces cabrón?! ¡Pon atención al frente!—gritó Ángel, seguido de balbuceos incomprensibles de Aki y risas intoxicadas de Denji y su primo. El coche iba cada vez más descarrilado, así hasta chocar con una zanca en medio del desierto camino a la playa.

Debido al estado jodido y obsoleto del auto, este era inane después del pequeño accidente —Ya nos cargó la chingada—terminó susurrando Ángel, antes de golpear su frente con la guantera.
Después de unos minutos tratando de hacer que Aki despertara y que Denji junto a su primo terminaran de "monearse", los jóvenes, a excepción del azabache, salieron del auto, percatándose que ya estaba anocheciendo y no sabían dónde estaban.

—¡Estamos perdidos!—gritó Denji, a lo que su primo simuló un eco repitiendo la oración. Ángel, desesperado les gritó a los chicos que buscaran señal mientras que este regañaba al azabache por tomar al volante, a pesar de que había sido su propia idea.

—¿Dónde estamos? Necesito mear...— balbuceó Hayakawa. Ángel, preocupado se acercó al auto para abrir la puerta del lado del conductor. —Necesito que pongas algo de tu parte para poderte sacar de aquí— rezongó Ángel mientras jalaba al azabache de su camisa, y justo cuando estaba apunto de lograrlo, Ángel fue cubierto por una mezcla de bilis y vomito. Para después ver cómo un líquido amarillo caía a sus pies desde los pantalones de Hayakawa.

—Santo. Cielo.— fue lo ultimo que se escuchó antes de que Ángel vomitara del asco y saliera corriendo a los matorrales mientras se desvestía.






Más de una hora concurrió antes de que Aki volviera a sus cinco sentidos, y al igual que su compañero, este también retorció su mueca del asco. —¿Qué chingados pasó aquí?— preguntó mientras salía lentamente del carro, aún confundido y tratando de mantener el equilibrio.

—Han pasado diez mil ochocientos segundos desde el accidente...— se escuchó a unos metros del auto, donde el rubio, con una pajilla en su boca y su primo, quien marcaba líneas de forma incoherente en la arena yacían.

Tras un suspiro y unos pasos acercándose a donde los jóvenes reposaban, Aki volteó a sus alrededores, percatándose de la ausencia absoluta del ex-copiloto. —¿Dónde está Ángel?—

—Ángel... no había escuchado ese nombre hace tiempo— El azabache volteó a ver extrañado al rubio, quien hablaba de forma extraña. Aún algo aturdido por el percance, Hayakawa miró al primo de Denji, suspirando asustado antes de preguntar. —¿Tú lo has visto?—.

—Salió corriendo como teibolera después de que te wakarearas y mearas en él.—

—Qué.


En alguna otra parte del paisaje, lejos y sin idea alguna de donde se encontraba, Ángel se cubría con una vieja y desgastada lona de publicidad política mientras que el frío de la noche le erizaba los pelos de los huevos. —Solo a mi se me ocurre confiarle mi vida a esa bola de imbéciles nadaqueverientos—.

—"Tú tranquilo, yo nervioso" dijo él, "es mi primo extranjero" dijo el otro pendejo, "Permiso para monearme" dijo el pendejo idiota con cara de leyenda urbana y voz de acosador sexual— Ángel rechistaba mientras movía su cabeza de un lado al otro. —Tal vez es una lección de Dios para dejar de juntarme con adictos— ... —O tal vez es un castigo por mis tendencias homosexuales— realizó el chico, aún bajo efectos desconocidos.

—¡DIOS, TODO MISERICORDIOSO, LÍBRAME DE MI CASTIGO Y PROMETO ENCARRILARME AL CAMINO DEL BIEN Y LO DECOROSO. DEJARÉ DE PINTARME EL CABELLO, ESCUCHAR ROCK Y DE ESCUPIRLE A LA COMIDA DE AKI CUANDO ME ENOJO, TAMBIÉN PROMETO NO DECIR GROSERÍAS Y NO JUZGAR MÁS A LA GENTE POR SU COLOR DE P-

—¿Ángel?— preguntó el azabache, interrumpiendo al joven quien gritaba sudoroso e hincado viendo al cielo. —Hijo de tu pinflois— gruñó el más bajo antes de abalanzarse contra hayakawa. "Para" y "ayuda" fueron exclamamos una y otra vez por el azabache, quien luchaba por su vida.

—Marranote— comentó Denji, a lo lejos —Se notaba a lo lejos que ese altote era masoquista— agregó el familiar del rubio. Ambos ignorando las constantes súplicas de ayuda de Aki. Ángel, por otra parte, se congeló por completo al escuchar la bocina de un barco.
Y al igual que dos Almas gemelas, los chicos se vieron a los ojos y, llenos de mugre y sudor, con una sonrisa susurraron.

"Es la playa"

Tal fue la emoción de llegar al cuerpo de agua, que ambos se olvidaron de el ataque histérico de Ángel y, junto a los otros chicos, corrieron hacia el constante pitido del barco. La luz del amanecer les otorgaba el calor que tanto desearon esa noche, sobretodo Ángel, quien aún "vestía" con la lona propagandista que había encontrado en el desierto.

Después de tomarse el tiempo para acostumbrarse a la repentina luz en sus ojos y la fresca brisa del mar, los chicos suspiraron por última vez en el viaje y exclamaron.

—Está horrible—

Eventos tercermundistas en el OXXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora