Eventos tercermundistas en el OXXO

Me cagas.

Después de lo sucedido con el señor de la pelea, Aki quedó con un brazo roto por lo que no pudo asistir al trabajo. Ángel, por otro lado, puso de excusa que estaba enfermo para poder faltar también. "Knock knock" se escuchó.

– ¡Aki, están tocando la puerta!

Gritó la tía del azabache mientras hacía los quehaceres. Aki, quien se encontraba reposando en la sala mientras jugaba videojuegos, ignoró a su tía.

– ¡Ve a abrir la puerta, chamaco desobediente!

Volvió a gritar la mayor.

– Me duele mucho el brazo, no puedo moverme...

Se excusó el peli negro, recibiendo un zape por parte de su tía, la cual se acercó a la puerta para abrirla.

– ¿Qué se le ofrece?

– Estoy buscando a Aki Hayakawa, ¿Se encuentra aquí?

– ¡Oh! Claro que si, pásele mija.

Contestó la señora emocionada. Ángel se adentró a la casa, ignorando el hecho de que la señora lo llamó por pronombres femeninos. No era algo nuevo que las personas confundan a Angel por una chica, después de todo ya estaba acostumbrado.

– ¡Aki, te vino a ver una chica!

Vociferó la tía del azabache, pero volvió a ser ignorada por el chico.

– Este chamaco, le faltaba muchos modales... ¡Perdón por el desorden, Aki suele ser muy flojo!

– Eh... No hay problema, señora.

Ángel se quedó parado justo dentro de la entrada mientras la mujer iba por Aki, el cual seguía jugando videojuegos.  — ¡Te estoy diciendo qué hay visitas, ven para acá, malcriado! — se escuchó desde la sala, seguramente era la tía de Aki regañándolo de nuevo. 
— ¡Ya voy, no me pegues! — se quejó el peli negro, quitando la mano de su tía, quien seguía dándole zapes.

– Qué se le ofre- ¡¿Ángel?!

Interrumpió el chico su propia pregunta.

– ¿Qué haces aquí y cómo putas sabes dónde vivo?

Preguntó el más alto de manera exaltada. — ¡Ese vocabulario, muchachito! —  gritó su tía desde la cocina.

– Vine a visitarte, y sobre lo otro no preguntes.

Contestó el más bajo. Aki tenía una mirada de asombro, al igual que su tía, la cual pensaba que Ángel era algún tipo de "pretendiente" de su sobrino.

– ¡Aki, nunca me dijiste que tenías novia! ¡¿Por qué nunca la invitaste a comer?!

Vociferó la tía del azabache, recibiendo risas por parte de Ángel y una mirada de muerte por parte de Aki.

– No es mi novia, es mi compañero de trabajo.

Contestó el más alto de manera irritada.

– ¡¿Es hombre?!

– Si, ya te dije que es mi compañero de trabajo.

Volvió a responder Aki de manera gruñona.

– Dios mío, ¿Qué te dije sobre juntarte con metaleros?

– ¿Por qué no mejor me dejas charlar con él un rato? Además, Ángel no es metalero.

Pronunció el peli negro, volteándole los ojos a su tía por el comentario vergonzoso. La señora les dió una ultima mirada dudosa a los chicos  y volvió a hacer los quehaceres.

– ¿De verdad parezco metalero?

Preguntó Ángel preocupado mientras se agarraba el cabello.

– Un poco, pero así te ves bien.

– ¿Okay? Gracias por el comentario.

Contestó el más bajo. Aki solo se rió incómodamente y volvió a hablar.

– ¿Entonces qué haces aquí? Deberías de estar trabajando.

– Mentí sobre que estaba enfermo, no quería lidiar con todos lo clientes yo solo.

– Awww, me extrañaste y por eso viniste a verme.

Mencionó el azabache de manera burlesca, por lo que Ángel le respondió con un — Quisieras — y un leve golpe en el estómago.

Los chicos bromearon, ignorando el hecho de que habían dejado el local totalmente solo y sin seguridad alguna. Después de uno minutos, Aki le ofreció al más bajo jugar videojuegos.

– Puto juego culero.

Suspiró Ángel con el control en las manos.

– El juego es bueno, el problema eres tú, pendejo.

Bromeó el azabache.

– Ugh, me cagas.

– Tanto que viniste a verme ¿Verdad?

Contestó el más alto. Ángel
le dió una mirada de desaprobación al azabache, y aprovechó que Aki se estuviera riendo para desconectar su control, causando que el peli negro perdiera. "¡Player 2 wins!" Ángel había "ganado".

– Hijo de puta, ¡No se vale hacer trampa!

– Vi la oportunidad y la usé.

– Me cagas, Ángel.

– ¿Qué me quieres mucho? Gracias.

3 horas pasaron y Ángel se paró para regresar a su hogar. El peli rosa se despidió de la señora mayor, tía de Aki, y el azabache acompañó a Ángel a la estación de autobús.

– Bueno, aquí me despido.

– Ten cuidado de regreso a casa, no te vayan a asaltar.

Bromeó el peli negro, por lo que Ángel solo suspiró y dió una leve carcajada.

– Espero y podamos jugar de nuevo, fue divertido.

– ¿Ah, si? Pensé que te cagaba.

Respondió Aki.

– Ya cállate, ojalá y te rompas el otro brazo.

Ángel subió al autobús y Aki esperó a que esté se fuera, sonriéndole desde la parada del bus y recibiendo una sonrisa por parte del otro chico como respuesta.