Pijamada.

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Otro día más de trabajo en el Oxxo, Aki y ángel estaban trabajando tranquilamente y ya era la hora de su descanso.

Aki y Ángel se sentaron y empezaron a comer mientras charlaban y bromeaban de cosas triviales. Los dos chicos ya se encontraban cansados a pesar de que apenas eran las 6 y lo único que querían era irse a casa de una vez por todas.

– Me duele la espalda, este trabajo es un asco.

Pronunció Ángel mientras se recostaba en la mesa.

– Imagínate como me siento yo, siempre soy el que tiene que mover y subir las cajas.

Le respondió Aki a la vez que rejuntaba los restos y limpiaba la mesa.

– No es mi culpa ser enano.

– Lo sé, pero como sea, párate que ya acabó el descanso.

"Ugh, quisiera poder dormir al menos un poco mas" pensó Ángel. El celular de Aki empezó a sonar fuertemente y Angel se acercó a Aki para ver con quién y de qué hablaba, aún así no logró escuchar nada y volvió a su caja tranquilamente.

– Te tengo malas noticias.

Mencionó Aki con una cara de "Mátenme por favor".
Ángel se esperaba algo como "Tienes que limpiar el establecimiento" o "Te toca usar la caja que está trabada", pero no, la noticia era algo mucho peor.

– ¿Qué cosa? ¿Me toca la caja sin servicio? Ya te dije que no sé usarla.

– No, nada de eso. La manager me habló para decirme que tenemos que quedarnos aquí hasta mañana, ella nos traerá sacos de dormir entre otras cosas.

Ángel estaba sacado de onda, ¿Cómo por qué tendría que dormir en ese Oxxo de nuevo? Estar ahí de noche es como estar en la antártica. Vaya mala suerte que tenían los chicos.

–¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!

– La manager sospecha que alguien está entrando al local de noche, últimamente hay cosas que faltan o que se encuentran en lugares extraños, ¿Qué no lo has notado?

– Si pero pues que le hablen a la policía, yo no soy ningún guardia de seguridad.

– Ya sé que es molesto pero mira el lado bueno, La manager nos pagará extra además de que no será tan incomodo como la vez pasada.

Le explicó Aki a la vez acomodaba unas cosas tiradas ¿Cómo llegaron esas cosas al piso? Ni idea, tal vez fue la persona de la cual la manager sospecha.

Ángel seguía con la idea de que quedarse en el Oxxo por unos cuantos pesos extra era ridículo, pero de todas formas no le quedaba de otra.
El lado bueno es que esta vez tendrían sacos para dormir y un par de almohadas que la manager les traería, así se evitarían la mala experiencia de dormir juntos en una esquina.

– Pues más vale que no sea como la vez pasada, eso fue vergonzoso.

Contestó Ángel mientras tenía unos flashbacks de la vez en la que se quedaron encerrados por la "bromita" de Aki y terminaron durmiendo abrazados en el piso.

– No tienes que recordarme que eso sucedió ¿Ok?

Le respondió Aki con cara de pena.
Las horas de trabajo pasaron y eran las 12:00 p.m. (Hora a la que se supone que Aki y Ángel regresarían a sus casas), la manager llegó con 2 sacos para dormir y un par de almohadas, también les dejó unas linternas a cada uno y les dijo que podían tomar unas cuentas cosas de los estantes sí es que les daba hambre. Los dos chicos agradecieron con una falsa sonrisa y la manager se fue del local. La maldita dormiría cómodamente en su cama mientras los pobres de Ángel y Aki tenían una "Pijamada" en el Oxxo.

Eventos tercermundistas en el OXXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora