¿Fantasmas?

2.6K 368 214
                                    



Aki y Ángel se encontraban acurrucados en sus sacos para dormir, y a pesar de que ya era la 1 de la mañana y los dos chicos estaban cansados por todo el trabajo, ninguno podía cerrar los ojos.

– ¿Crees que entre un loco y nos asesine?

Preguntó Aki susurrando.

– Nah, ¿Tú crees que se nos aparezca un fantasma o algún demonio?

Le contestó Ángel con una voz tenebrosa mientras movía las manos en un intento de asustar a Aki. Lamentablemente, Aki era muy creyente de lo paranormal y terminó asustándose, pero para fingir que no se sentía aterrado sólo le volteó los ojos a Ángel.

– Ajá si, y ahora mismo se nos va parecer una niña muerta que tira las cosas de los estantes.

Bromeó Aki en busca de romper la tensión del momento, aunque claramente el terminó más asustado que Ángel con su propia broma.

– Capaz que si, ¿Crees que nos hagamos famosos? Podríamos mandarle el video a dross.

– Los fantasmas no existen, no seas baboso.

– Lo dice el que cree en los signos zodiacales.

– Cállate.

– Perdón, princesa.

Y así charlaron los chicos hasta que a Ángel se le ocurrió la idea de distraerse jugando al estilista.

– ¿Qué mierda haces? No me toques el pelo.

Exclamó Aki al darse cuenta que Ángel le estaba haciendo unas coletas. Sin embargo se rindió al darse cuenta que Ángel no pararía hasta darle el look completo de colegiala a Aki.
Con cepillo, moños y ligas en mano, Ángel se encargó de darle una nueva apariencia a su compañero.

– No te ves mal, debería de ser estilista.

Mencionó Ángel con un tono lleno de orgullo.

– Como sea, es mi turno de peinarte.

– ¿Qué? Ni que fuéramos morritas de secundaria.

– Pues si pareces, eh.

Aki comenzó a acariciar los suaves cabellos de su compañero. Vaya que tenía lindo cabello, pero obviamente no se atrevería a comentar tremenda cosa. Aki tenía pensado mantener su dignidad consigo.

– ¿Y cómo le hiciste para tener el cabello de ese color...?

Cuestionó Aki sin darse cuenta de la estupidez de su pregunta ¿A quién se le ocurre preguntar sí alguien nació con el pelo rosa anaranjado?

– Nací con el pelo de ese color, pendejo.

– Ay pues perdón.

– No es mi culpa que digas tantas tontadas, es obvio que está teñido.

Y justo cuando Aki le iba reprochar a Ángel por ser tan "mamón" algo se cayó de uno de los estantes.
Ambos chicos miraron hacía el objeto caído y después se voltearon a ver a sí mismos.

– ¡¿Pero qué mierda?!

Gritaron los chicos al unísono.

– Ve tú a revisar.

– Claro que no, ve tú sí eres tan valiente.

– Tú fuiste el que dijo que los fantasmas no existían, sí tan seguro estas de eso ve a revisar.

– Como sea, al menos yo no soy un miedoso.

Respondió Aki mientras se paraba lentamente con la linterna en mano.
El más alto caminó lentamente hacia el anaquel y acomodó las cosas como estaban antes pero justo cuando se había volteado para regresar a su saco de dormir... ¡Bam! Las cosas volvieron a caerse, Aki estaba más que asustado, sentía que se le iba salir el alma, así que se fue corriendo a abrazar a su compañero. 

Bueno, aveces el miedo hace que las personas hagan cosas raras.

– ¿No qué muy vergas y todo?

– Cállate, sí estuvieras en mi lugar ya estarías cagado.

¡Taz! Algo se volvió a caer a lado de el más bajo, esta vez Ángel pegó un brinco y se le escapó un pequeño "Verga wey..."

Los chicos estaban demasiado  asustados como regresar las cosas a su lugar, así que llegaron al acuerdo de comunicarle a la manager de lo sucedido y contar anécdotas graciosas para no morir del susto. Tal vez había entrado un mapache al establecimiento y se estaban asustando por nada.

– ¿Sabes qué? Ya me dió hueva prestarle atención a este "fantasmita", mejor me voy a mimir.

Comentó Ángel,

– Cierto, igual todo está en la mente, sí lo ignoramos se va ir solo.

Le contestó Aki con un tono temerario.

Al final los dos chicos cayeron dormidos, pero debido al temor y miedo que tenían, no les quedó otra más que dormir abrazados. Que mala suerte...

¿Cómo que ya les gustó dormir así, no? Pero bueno, eso les dejó claro que los fantasmas eran reales... y que les gustaba aparecer a las horas altas de la noche.

Eventos tercermundistas en el OXXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora