Capítulo 11

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Utilizó una sombra sutil para darle profundidad a sus ojos y un gloss para los labios. Después se cepilló el cabello frente al espejo de su camerino. Aquella era su última noche en el Blacklist. Siu no se había tomado muy bien su marcha, en el fondo era consciente de que Taehyung era el mayor imán para atraer a la clientela y que tendría que buscarse a otro cantante que estuviera a su altura.

Hasta él era consciente de que su novia no poseía ningún talento más allá del modo en que movía los pechos sobre el escenario. Aunque era cierto que los tipos que frecuentaban el bar no eran muy exigentes.

De todos modos, había quedado bien con Siu, sin discusiones ni malos rollos.

Taehyung no estaba en disposición de cerrarse ninguna puerta, por pocas ganas que tuviera de volver a llamar a aquella en concreto.

Se puso un sencillo pantalón negro, con una camisa que tenía algunos adornos de pedrería. Se había comprado ese atuendo para la boda que una sobrina de tía Seulgi celebró en Busán, y se lo había puesto alguna que otra vez para las ocasiones más especiales. En sus días de mayor esplendor, cuando cantaba en clubes importantes, nunca repetía vestuario porque Bogum le compraba un montón de trajes caros y maravillosos para las actuaciones.

Una vez rompió con todos los vínculos que lo unían a él, los donó a la beneficiencia porque no quería conservar nada que proviniera de ese hombre.

Se echó un último vistazo al espejo. Sus ojos tenían un brillo especial, la piel lucía inmaculada y el traje elegante le sentaba mucho mejor que en otras ocasiones. O tal vez todo seguía igual y la única diferencia radicaba en que se estaba valorando desde otro prisma.

Cierto era que la esperanza había regresado a su vida y que se sentía mucho más vital y decidido que antes.

Agarró la guitarra acústica y abandonó el camerino.

Agarró la guitarra acústica y abandonó el camerino

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No había ningún atasco esa noche en la avenida. El tráfico discurría fluido a pesar de que la neblina descendente ya se condensaba hasta opacar las luces brillantes de las farolas y los semáforos.

Jungkook estaba de buen humor. Jiwoo le había hecho un dibujo mientras cenaban todos juntos en casa. Lo había retratado al lado de una casita de campo rodeada de árboles y junto a un hombre de pelo castaño al que asía de la mano. Y también había un perro grande, una especie de lago a la derecha -lo adivinó porque lo había pintado de color azul- y un montón de pájaros que volaban alrededor de un sol sonriente.

Cuando le preguntó por el hombre que había a su lado, la niña le había contestado:

-Es el hombre guapo de la guitarra, se te puso cara de bobo el otro día cuando lo mirabas. -Jiwoo se había echado a reír hasta que los mofletes se le sonrosaron-. A lo mejor le tienes que decir que se case contigo, como papá le pidió a mamá antes de que Junseo y yo naciéramos.

Runaway ✿KookTae✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora