Capítulo 23

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El partido de squash había estado muy reñido en el inicio pero, hacia la mitad, Hoseok perdió fuerza y Jungkook consiguió desmarcarse con una ventaja de cuatro puntos que conservó hasta que concluyó y se hizo con la victoria.

Jungkook estaba exhausto tras varios días sin practicar ejercicio, pero Hoseok estaba machacado. Se había puesto rojo como un tomate y jadeaba como un anciano con problemas pulmonares. Le tomó el pelo mientras se dirigían a los vestuarios masculinos del gimnasio.

—Las fiestas Navideñas te han pasado factura. Mira esa incipiente barriga. ¡Estás en baja forma!

—Los guisos de tu hermana son una bomba de relojería, y este año ha comprado muchos más dulces y golosinas porque tiene un montón de antojos con el azúcar. —Guardaron el equipo en sus respectivas mochilas y se encaminaron a las duchas—. Hasta los niños han ganado peso. Ahora dice que va a ponernos a todos a dieta. A todos menos a ella, claro. Me temo que se avecina una larga temporada a base de verduras, dice que no le gusta mi barriga. —Se echó a reír—. Así que ándate con ojo. De aquí a nada te haré sudar la gota gorda.

—Eres un fantasma, se te va la fuerza por la boca. Eso que dices, ¡tendrás que demostrarlo!

Algunos minutos después, con toallas blancas enrolladas alrededor de las caderas, entraron en la solitaria sauna mixta y tomaron asiento en uno de los bancos inferiores. Jungkook llevaba varios días esperando a que se diera la ocasión de comentarle sus planes con el personaje de Andy, pues durante las fiestas había sido imposible, siempre rodeados de niños y de una mujer embarazada que requería su atención constante. Sabía que sacar el tema ahora arruinaría el momento de relax, pero ya no podía postergarlo más.

—Tengo que hablarte de un asunto.

—¿De negocios? Olvídalo, estoy intentando dejar la mente en blanco.—Hoseok cerró los ojos y apoyó la cabeza en la pared de madera de la cabina.

—Quiero que Taehyung tenga más protagonismo en la obra —le soltó de golpe, con la voz relajada pero firme—. Voy a hablarlo con Yoongi para que se ponga a trabajar cuanto antes en el guion y escriba un par de canciones más para él. Lo hablé con Taehyung, para asegurarme de que contaba con su asentimiento, y se mostró encantado y dispuesto.

Hoseok no dijo nada pero Jungkook sabía en lo que estaba pensando. Su expresión, como si acabara de lamer un limón terriblemente ácido, se lo confirmaba.

—No estás hablando en serio, ¿verdad?

—Totalmente. ¿Por qué iba a bromear con algo así? No le veo la gracia por ningún lado.

—Mierda, Jungkook… ¿Pretendes convertirlo en la estrella principal de la obra? ¿Te has detenido a analizar los pros y los contras?

—Bueno, tú eres mucho más cerebral y analítico que yo, esperaba que me ayudaras a analizarlos.

No sabía por qué, quizás por la seguridad con la que Jungkook hablaba, pero mucho se temía Hoseok que no había nada que debatir y que no necesitaba su ayuda para realizar ningún análisis. La decisión estaba tomada.

—La representación dura una hora. No podemos alargarla o acortarla a nuestro antojo estando inmersos en una gira de actuaciones, con el programa cerrado para el próximo mes.

—No sería algo inmediato. Yoongi tiene que trabajar en la ampliación del guion y en la composición de las nuevas canciones. Y ya sabes lo concienzudo que es. No lo tendrá listo hasta dentro de unas semanas. De momento, seguiremos como estamos.

—Eso supone un incremento en el salario de Taehyung.

—Con los beneficios que estamos obteniendo no veo dónde está el problema.

Runaway ✿KookTae✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora