Capítulo 34

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Eran las once pasadas cuando Jungkook se puso en pie. Estiró los músculos de la espalda y luego avanzó por el estrecho pasillo. Se detuvo junto a sus asientos.

Taehyung se había acomodado con la intención de dormir un poco, pero se irguió y se aclaró la garganta al verlo allí plantado. A su lado, su compañera echaba una partida a un juego de cartas que llevaba instalado en el celular.

—Sooyoung, ¿te importaría cambiarme el sitio durante un rato? Tengo que hablar en privado con Taehyung.

—No, claro que no.

Sooyoung se levantó e intercambiaron posiciones. Jungkook tomó asiento y dejó el celular y los auriculares sobre su regazo. Los dos se quedaron mirando.

La oscuridad reinante en el interior del autobús suavizaba los rasgos de ambos, pero no así el intenso brillo de los ojos de Jungkook.

—¿Te disponías a dormir un poco?

—Sí, aunque no creo que lo hubiera conseguido porque me cuesta quedarme dormido en los viajes. Suelo distraerme contemplando el paisaje pero todo está tan oscuro… ¿De qué querías hablarme?

—Tengo algo para ti —le dijo en susurros. Jungkook se inclinó sobre él e invadió su espacio vital. Su antebrazo rozó el suyo sobre el reposabrazos y su aliento cálido le acarició el rostro. Taehyung resistió el impulso de mirarle los labios—. Yoongi me ha pasado esta tarde la ampliación del guion y ha compuesto un par de temas que suenan fabulosos. Los tengo en el celular y quiero que los escuches.

—¿Ahora? —preguntó con contenida excitación.

—Ahora. —Le pasó los auriculares y Taehyung se los colocó en los oídos con ademán impaciente—. Pensé que tardaría más tiempo en tenerlo listo, pero este tipo es un crack y en menos de una semana ha preparado todo el trabajo. Cuando se lo comenté le pareció una idea excelente y creo que su entusiasmo se nota bastante en sus composiciones. —Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie de la compañía escuchaba la conversación—.¿Estás listo?

—Desde luego —manifestó.

Yoongi tenía un grupo con el que acostumbraba a tocar en bares y clubes nocturnos interpretando canciones de su propia cosecha así como versiones de grandes clásicos de Bon Jovi o Bruce Springsteen. Lo hacía como afición porque él se ganaba la vida como guionista y compositor de obras musicales, aunque algunas de sus composiciones también sonaban en anuncios publicitarios. Siempre solía echar mano de sus compañeros músicos para trabajar sus temas en el estudio, así que cuando Jungkook puso en marcha el reproductor Taehyung escuchó dos canciones que ya sonaban con los arreglos finales, tal cual sonarían durante las funciones.

Jungkook lo observó con atención, pendiente de las reacciones que le provocaba la música.

El rastro de cansancio se evaporó y sus facciones se despejaron. Movió los pies siguiendo el compás de la batería, los dedos largos y delgados tamborilearon sobre sus muslos enfundados en unos vaqueros oscuros, y sus labios se atrevieron a seguir la pegadiza letra del estribillo. Las canciones le estaban entusiasmando y a él le encantó presenciar su alegría, un tanto marchita en los últimos días.

Al terminar de escuchar, se mordió el labio inferior y esbozó una sonrisa espléndida.

—¡Son increíbles! —reconoció con excesiva vehemencia. Se llevó la yema de los dedos a la boca al comprender su torpeza—. Son increíbles—repitió, mucho más bajito.

Sus grandes ojos castaños lo miraron de ese modo penetrante que lo embrujaban.

Tenía unos ojos preciosos.

Runaway ✿KookTae✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora