Capítulo 14

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A su lado, Changwook trabajaba en la cara de Jiho como si restaurara un lienzo del más afamado de los pintores. Por el contrario, el espejo enmarcado en brillantes bombillas ambarinas le devolvía a Taehyung el reflejo de un rostro que casi no reconocía como suyo.

Faltaba menos de una hora para el estreno de la función y allí estaba él, con la cara embadurnada de color, a medio vestir —Changwook había irrumpido en el vestuario y, con ciertas exigencias, le había dicho que saliera de detrás del biombo para la sesión de maquillaje, que ya terminaría de vestirse después—, y con unas botas en los pies que le machacaban la punta de los dedos.

Taehyung le había dicho que no le gustaba verse tan maquillado, pero Changwook no le había hecho el menor caso. Según él, su piel lucía marchita y había que darle luminosidad. Pero el resultado no podía disgustarle más.

¡Parecía un payaso de circo! La tentación de agarrar un pañuelo de papel para desprenderse del sobrante de maquillaje era demasiado fuerte, pero no lo hizo para no enzarzarse en niguna discusión con él. Changwook se consideraba poco menos que el Leonardo da Vinci del maquillaje y habría puesto el grito en el cielo si Taehyung se lo hubiera retocado por su cuenta.

Y en cuanto a las botas, Changwook había intentado exonerarse de su responsabilidad como encargado del vestuario, insistiendo desaforadamente en que él le había dicho que usaba el número treinta y ocho. ¿Lo tomaba por tonto? ¡Cómo iba a equivocarse en algo tan esencial como en su número de calzado! Si Changwook hubiera tenido todo su vestuario preparado para los ensayos técnicos, no habrían tenido ese contratiempo y ahora Taehyung no tendría que salir a escena con unas botas que le machacaban los dedos de los pies.

Quiso recriminárselo, pero entrar en polémica no habría servido de nada.

Taehyung tenía la sensación de que lo había hecho intencionadamente, como una especie de novatada o algo por el estilo.

—Espero que puedas reemplazarlas por otras del número treinta y nueve para la función de mañana. —Se había limitado a decirle, a lo que él había respondido con tono jocoso e intencionadamente amanerado: «Por supuesto, principe».

Jiho había soltado una chispeante risita que sofocó con la punta de los dedos.

—No tiene ninguna gracia —replicó Taehyung.

—Oh, claro que no la tiene, pero debes disculpar a Changwook. Ocuparse del vestuario es una función que no le correspondía hasta que tuvieron que realizarse los recortes. —Había dado unos golpecitos amistosos en el antebrazo de Changwook mientras él le aplicaba sombra en los párpados e intercambiaban en el espejo miradas cómplices—. Una vez tuve ese mismo problema y hube de pasarme toda la función con los dedos de los pies encogidos. ¡La obra duraba hora y media y yo era el protagonista! — Había ladeado un poco la cabeza para mirarlo desde las alturas de su engreimiento—. Así que, estoy seguro de que aguantarás perfectamente la media hora escasa que estarás en escena.

La fingida condescendencia de Jiho unida a la sorna de Changwook, le generaron una gran frustración.

«Mantente al margen. No entres al trapo».

—Voy a terminar de vestirme.

Zanjó la discusión y se reunió con Suji tras el colorido biombo que partía en dos el pequeño camerino del teatro.

—No les hagas mucho caso, lo que quieren es que entres en su juego — susurró Suji muy flojito, para que no pudieran oírlos.

Recibió el consejo con un leve asentimiento y tomó de manos de Suji un pañuelo de papel que se apretó contra los labios.

Runaway ✿KookTae✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora