Jiho arrancó la hoja del periódico dando un violento estirón, hizo una pelotita con ella y la lanzó lejos de sí. Cayó sobre la reluciente encimera de mármol de la cocina, donde se hallaba Jongsuk preparando el desayuno. Él se volvió hacia su esposo con el tarro de mantequilla de maní en la mano y observó impasible la ira que hacía que sus ojos brillaran con un matiz demoníaco. Su rictus estaba tan crispado que parecía que la cara estuviera a punto de rompérsele en mil pedazos, como si fuera una máscara.
Jongsuk suspiró. No hacía falta preguntarle el motivo de su incontrolada rabia. La crítica de la quinta función debía de ser excelente, tanto o más que las anteriores, y estaba claro que la razón de ese éxito no dependía exclusivamente de él. ¡Con la tranquilidad tan absoluta que se había respirado tanto en casa como en el backstage de los teatros mientras Minjae estuvo en la compañía! Ahora todo apuntaba a que los días infernales habían regresado, y maldijo por lo bajo a Jungkook y al causante de que se rompiera la armonía de los últimos meses de su matrimonio. Odiaba cuando Jiho perdía así los papeles. Su envidia lo convertía en una hombre mezquino que no atendía a razones. Si no fuera porque lo amaba tanto, habría hecho las maletas y se habría largado de casa.
No le quedaba otro remedio que mostrarse paciente con él.
—¿Qué dice? —le preguntó con serenidad.
—¿Que qué dice? ¡Tritura esa asquerosa hoja de papel y apártala de mi vista! —Se puso en pie y acudió al frigorífico para servirse un vaso de agua que se bebió casi de un trago. Pero el frío líquido no suavizó aquella explosión de temperamento—. «El espectáculo que encontraremos en Runaway vuelve a brillar gracias al acertadísimo fichaje del increíble Kim Taehyung». ¡Es para vomitar! ¿Qué ha hecho ese pusilánime? ¿Contratar a todos los críticos de arte de esta maldita ciudad? ¿O ha sido Jungkook el que lo ha hecho para que hablen bien de ese putito al que casi seguro que se está tirando? ¡Por el amor de Dios! —gritó plantado en medio de la cocina.
—No es para tanto, cariño. De ti también están diciendo cosas maravillosas.
—¡Solo faltaba eso! —Jongsuk continuó extendiendo la mantequilla sobre el pan tostado mientras Jiho le gritaba en el oído—. ¿Acaso piensas que no tengo motivos para estar furioso? Soy el soporte principal de esta función junto a Yerim, ella y yo somos los que nos dejamos la piel todas las noches durante una hora, ¡no él!
—Es por la novedad. En cuanto la gente se acostumbre a verlo todo volverá a la normalidad, ya lo verás.
—Oh, ¡no me hables en ese tono tan condescendiente! Sabes que lo detesto. —Agarró su celular y pasó la yema del dedo a toda velocidad por la pantalla—. Voy a llamar a Yerim, ella me entiende mucho mejor que tú.
Jongsuk puso los ojos en blanco. Si no fuera porque era demasiado temprano, habría renunciado al café y se habría servido un buen vaso de whisky escocés.
—Te entiendo, amor mío. Es solo que tienes que tomarte las cosas con algo más de tranquilidad.
Él no le hizo el menor caso, pero puso el altavoz para que pudiera escuchar la conversación.
—¿Yerim? —Su voz sonó como un graznido—. ¿Has visto el periódico de esta mañana?
—Sí, acabo de leer el artículo. —Aunque su compañera no estaba tan enfadada como él, sí que apreció la indignación en su voz—. Estos críticos de pacotilla… me pregunto qué clase de formación poseen sobre el arte escénico para soltar ese montón de sandeces en un periódico de tanta relevancia. Es patético.
—Eso mismo es lo que le estaba diciendo a Jongsuk. Minjae sí que era un gran profesional y jamás recibió tantos elogios. No lo entiendo, Yerim. ¡Y me molesta muchísimo!
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Runaway ✿KookTae✿
FanfictionKim Taehyung siente que ha tocado fondo. Sus días de gloria como cantante en los mejores clubes de Seúl terminaron cuando decidió poner punto y final a una relación amorosa con su jefe, un magnate de los negocios que no acepta la ruptura y reduce la...