Tal y como Jeon Jungkook le había prometido la tarde anterior, Taehyung recibió noticias suyas a media mañana, aunque no vio la llamada perdida en el celular hasta que terminó su actuación en Yeouido Hangang.
Mientras el público se dispersaba en todas direcciones, recogió las propinas y agarró el celular. Y allí estaba, lo había llamado hacía algo más de media hora.
Apretó el teléfono entre los dedos y tomó asiento en el banco, junto al canasto de Yeontan, aunque no le devolvió la llamada de manera inmediata. Se tomó su tiempo porque temía que le diera una negativa. No había podido evitar forjarse esperanzas.
Tecleó con dedos temblorosos. ¡Estaba hecho un manojo de nervios! Sin ningún tipo de preámbulo él contestó a la llamada y le dijo que el papel era suyo.
Se quedó sin reacción aunque su cerebro se puso a trabajar a toda velocidad.
Conseguir ese empleo conllevaba tantos cambios en su vida...
-¿Taehyung? -escuchó que le preguntaba.
-Oh, perdona, es que... -Llevó la mano hacia la cabecita de Yeontan para que con sus pequeños lametones lo devolviera a la realidad y pudiera construir una frase con sentido-. No me lo esperaba, el productor no pareció muy convencido. -Fue un enorme fallo por su parte no acordarse de su nombre ni de su apellido.
-Lo estaba más de lo que dejó entrever. Dime que estás contento.
-Por supuesto -contestó a medio gas, todavía asimilando la buena noticia. Paseó una mirada rápida por la bahía del río Han, en el punto donde confluían las aguas del río Este. De improviso, su excitación saltó como el oleaje que las embarcaciones arrancaban a las aguas-. ¡Claro que sí!
-Bien. -Él sonrió al otro lado de la línea-. Verás, por regla general es Hoseok quien se ocupa de los trámites administrativos, pero hoy está de viaje fuera de Seúl y me corre un poco de prisa que todo esté listo para mañana, que es cuando comenzamos los ensayos. Necesito que nos veamos para que firmes el contrato y para hablar del resto de las condiciones laborales. ¿Te viene bien hacerlo ahora?
-Desde luego. Dime dónde tengo que ir.
Jungkook le facilitó una dirección que estaba a unos cinco minutos en coche de donde se encontraba. Taehyung se colgó la guitarra del hombro, agarró el canasto de Yeontan y se encaminó hacia su viejo Chevy que había dejado aparcado a una manzana de distancia.
Cuando llegó a la arbolada y pintoresca calle, esperó encontrarse con algún edificio destinado a oficinas, pero el número que le había dado correspondía con una típica brownstones de dos plantas. Estacionó enfrente, junto a una iglesia de estilo neogótico. Tomó a Yeontan del canasto. El perrito llevaba puesto un jersey grueso de lana con motivos navideños, pero era tan friolento que lo colocó debajo de su abrigo.
Yeontan irguió las orejas y lanzó una mirada nerviosa a su alrededor, como preguntándole a su dueño que qué era aquel lugar.
-Tranquilo, esto es bueno para los dos. -Agachó la cabeza para besarlo entre las orejas y cruzó la calle.
Subió las escaleras hacia la puerta de entrada y observó el portero automático a su derecha. Originariamente, las brownstones habían sido diseñadas como casas individuales unifamiliares, pero décadas más tarde fueron rediseñadas para albergar a dos o a más familias. En aquella residían dos, la familia Lee y Jeon Jungkook.
Taehyung apretó el botón que había junto a su nombre y esperó.
De inmediato, oyó los pasos que descendían por una escalera y luego apareció él; llevaba unos vaqueros muy gastados y una sudadera gris. Lo invitó a pasar, cercano y amable, satisfecho de haberlo conseguido para encarnar uno de los papeles de la obra que a él más le gustaban, según palabras textuales que le dijo en el vestíbulo nada más recibirlo.
Y guapo. Taehyung hubiera preferido que lo fuera un poco menos porque a veces su atractivo lo descentraba.
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Runaway ✿KookTae✿
FanficKim Taehyung siente que ha tocado fondo. Sus días de gloria como cantante en los mejores clubes de Seúl terminaron cuando decidió poner punto y final a una relación amorosa con su jefe, un magnate de los negocios que no acepta la ruptura y reduce la...