Jungkook llegó a casa cuando ya anochecía.
Restregó las suelas de las botas embadurnadas de nieve en el felpudo de la entrada y luego subió las escaleras, deteniéndose lo justo en la primera planta para agarrar una cerveza del frigorífico y llevársela al piso de arriba.
Había trabajo acumulado en su despacho.
Tenía algunas grabaciones pendientes de visualizar para corregir los puntos débiles de su elenco y continuar potenciando los más fuertes, pero dejó de apetecerle tan pronto como encendió la luz y contempló la solitaria y silenciosa estancia. Era el mejor plan que tenía para finalizar el día de Navidad, pero el choque de las dos realidades lo sumió en una absoluta desgana. El bullicio navideño en la casa de Seoyeon hacía que el sosiego de la suya fuera insoportable en un día como aquel.
No le gustaba la Navidad, solo sus sobrinos conseguían darle luz a la tristeza que le ocasionaban esas puñeteras fiestas. Miró hacia la estantería y se dirigió hacia el marco con la fotografía parcialmente oculta. Retiró la de su familia y observó el rostro sonriente de Yugyeom.
Esa sonrisa dulce que siempre lo hacía levitar y que ahora no era más que un lastre que no le dejaba avanzar. A veces, sus pensamientos eran tan crudos que lo hacían sentir culpable.
A veces, pensaba lo peor de sí mismo cuando la necesidad de que se lo explicara todo sobre su relación con aquel tipo que lo acompañaba superaba en importancia el deseo de que él continuara vivo.
Desplazó la mirada por el brillante pelo rojizo, por el óvalo redondeado de su cara, por los chispeantes ojos oscuros a los que siempre les llegaba la sonrisa de sus labios. Las dudas lo torturaban. Poco a poco, los añorados y bellos rasgos se fueron transformando en otros igualmente encantadores, hasta que en su mente apareció el rostro de Kim Taehyung.
«A mi padre y a mi nos encantaba patinar la tarde del veinticinco en la pista de hielo en la plaza de Seúl».
Apartó la vista de la fotografía y se acercó a la ventana. Un grupo de niños alborotaba la calle entre risas joviales, al tiempo que se lanzaban bolas de nieve.
Él le había explicado que su padre había fallecido pero ¿continuaría manteniendo la tradición? Le apetecía mucho más averiguarlo que colocarse tras el ordenador, así que volvió a ponerse el abrigo y abandonó la desolada casa.
Mientras cruzaba las concurridas calles de Seúl y las infinitas luces de la ciudad se agrandaban ante sus ojos, pensó en lo que le diría si lo encontraba allí. En realidad, le apetecía tanto aprender a patinar como tirarse de cabeza al río Han desde lo más alto del puente, pero tenía la necesidad de verlo y él le había lanzado un reto la noche en que jugaron en la bolera.
Apretó las manos sobre el volante, con repentina impaciencia. Había estado a punto de besarlo. Si no hubiera sido por la interrupción de Hoseok lo habría hecho y no le cabía la menor duda de que él le habría correspondido. ¿Pero después qué? Él se habría quedado con ganas de más y Taehyung habría salido corriendo despavorido, lo sabía.
ESTÁS LEYENDO
Runaway ✿KookTae✿
FanfictionKim Taehyung siente que ha tocado fondo. Sus días de gloria como cantante en los mejores clubes de Seúl terminaron cuando decidió poner punto y final a una relación amorosa con su jefe, un magnate de los negocios que no acepta la ruptura y reduce la...