Pasó las páginas del Chosun llbo con nerviosismo, lidiando con la brisa de la soleada mañana que removía las hojas tintadas. Llegó a la sección de espectáculos y el corazón se le aceleró al verse en una fotografía en la que aparecía junto a Jiho. Se trataba de una imagen en blanco y negro que capturaba un momento en escena y que ocupaba la mitad de una página.
El titular no podía ser más alentador:
«Prometedora vuelta a los escenarios de la obra Runaway».
Tiró del collar de Yeontan y se sentó en un banco. Necesitaba estar en una posición segura antes de leer la crítica, no fuera a ser que se cayera al suelo.
Leyó el análisis que el periodista hacía del espectáculo en su conjunto, calificándolo con adjetivos muy favorables. Elogió al director y a su visión nada idealizada de la fama, que representaba a través del personaje de Jiho, al que también alabó como un actor que todavía tenía mucho que decir. Y luego llegó su turno.
Con el nuevo fichaje del cantante Kim Taehyung, la obra recupera el espíritu inicial con el que fue concebido el personaje de Andy, y que tan magistralmente fue interpretado por el malogrado Choi Minho antes de que cayera en la monotonía a manos de Kim Minjae.
El reportaje continuaba centrándose en Taehyung y felicitándolo por su magnífica puesta en escena. El periodista resaltó su calidad vocal y su habilidad para empatizar con el público, fruto de un carisma que solo poseían algunas estrellas de rock.
Cerró el periódico con el pulso a mil, reprimiendo las ganas de subirse al banco y dar saltos de alegría. No sabía si su felicidad sería duradera o si algo o alguien la truncaría antes de que se acostumbrara a ella, pero apartó los pensamientos negativos y se entregó al placer de disfrutar de ese momento tan dulce.
Tomó a Yeontan y lo besó en la pequeña cabecita.
—Vamos a celebrarlo, cariño. Te compraré una de esas golosinas con forma de hueso que tanto te gustan, y yo me daré un atracón de helado de chocolate. ¿Te parece buen plan?
Yeontan ladró.
Por supuesto que se lo parecía.
Al final de la mañana, mientras regresaba a casa cargado con las bolsas del supermercado, sus pensamientos se centraron en Choi Minho. Últimamente había pensado mucho en él. No lo conocía, no sabía nada de su vida, pero su historia lo había afectado tanto que sentía una enorme compasión hacia él.
Se preguntaba cómo se sentiría. De dónde sacaría las fuerzas para levantarse todos los días de la cama.
Realizó una búsqueda en Internet al tiempo que una fuente de macarrones con queso se gratinaba en el horno. Choi Minho tenía una página web que había sido creada por su club de fans. En ella había una galería de fotografías, una sección donde había colgados un montón de vídeos de sus actuaciones, otra de noticias que estaba congelada desde hacía varios meses y una biografía.
No había querido ver ninguna de sus actuaciones para que no le influyeran en su trabajo, pero ahora que se había aprendido el papel sin interferencias, visualizó unas cuantas. Era un hombre muy atractivo, que se desenvolvía en el escenario derrochando una gran personalidad. Jungkook no había exagerado al describirlo. Minho poseía una de esas voces que se le colaban a uno directamente en el alma.
Lo embargó una profunda tristeza. ¿Por qué habrían querido acabar con su carrera? Quizás ahí estaba la clave de su empatía. Taehyung no había sido víctima de una salvajada semejante, pero también había soportado la desgracia de enemistarse con alguien que lo quería fuera del negocio.
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Runaway ✿KookTae✿
FanfictionKim Taehyung siente que ha tocado fondo. Sus días de gloria como cantante en los mejores clubes de Seúl terminaron cuando decidió poner punto y final a una relación amorosa con su jefe, un magnate de los negocios que no acepta la ruptura y reduce la...