Jungkook le alzó los brazos y deslizó el suéter por sus costados hasta quitárselo por la cabeza. Lo arrojó a un lado, el pantalón siguió el mismo destino y también se desprendió de su propio suéter. Taehyung se peleó con el cinturón de sus vaqueros mientras él apoyaba las palmas de las manos contra la pared y le devoraba la boca con un implacable beso. Sus jadeos excitados alimentaron el silencio de la noche pero ninguno se preocupó de la insonoridad de las longevas paredes del hotel.
Taehyung gruñó desesperado porque sus dedos patinaban sobre los botones de la bragueta de sus pantalones. Él le masajeó el pecho e hizo rodar sus pezones erectos entre las yemas de sus dedos. Por fin desabrochó el último botón y arrastró los pantalones por sus estrechas caderas hasta donde las manos le llegaron.
Jungkook se apretó contra él. Los dos ardían, los dos gimieron, los dos buscaron con desesperación la unión de sus sexos.
Él imitó el movimiento del acto sexual mientras le decía al oído lo que tenía pensado hacerle.
Taehyung le apretó los glúteos pétreos y se restregó contra el protuberante miembro viril, provocándole con un hilo de voz ahogada.
Tiró de la cinturilla de sus bóxers y cayeron al suelo al rebasar las rodillas.
Jungkook hundió dos dedos en su anillo de músculos. Frotó el canal y él se agarró a sus hombros cuando lo penetró hasta los nudillos.
Ahogó un sonoro jadeo contra su cuello, Jungkook sintió sus pequeños dientes clavándose en su carne y entonces aceleró los movimientos. El sonido de los embates le mortificó, necesitaba enterrarse en él y lo necesitaba ya.
Taehyung también. Metió los dedos impacientes bajo los bóxers y lidió con la tela elástica hasta que logró liberar el pene.
Sus caricias ansiosas lo hicieron arder como una antorcha. Le tomó la cara entre las manos.
Sus ojos oscuros estaban vidriosos, los labios hinchados y las mejillas encendidas. Lo besó, perfiló su boca con la lengua y luego abrió su trasero para enterrarse en él.
—Tae… ¿Qué me estás haciendo?
—¿Y tú a mí, Jungkook? —El placer convirtió su voz en un quejido seductor—. Siento que me falta el aire cuando… cuando no estás cerca.
Él le mostró una sonrisa que le fundió el corazón, y Taehyung acudió a su boca para evitar que de la suya surgiera una declaración de sentimientos en toda regla.
Dios, lo amaba. ¡Lo amaba tanto!
Jungkook le aferró las nalgas y marcó un sólido golpe de cadera. Él estrechó el abrazo y aumentó la presión de los besos. Sus dedos le removían el cabello, su pelvis lo buscaba en cada arremetida y su lengua se restregaba famélica contra la de Jungkook. Pedía más, quería más, necesitaba más. Y Jungkook se lo dio. Lo alzó del suelo sin salirse de él y caminó hasta la cama. Los dos cayeron sobre el mullido colchón y las maderas chirriaron bajo su peso.
—Jungkook…
Taehyung le acarició la cara y luego descendió las manos sobre el musculoso torso que la vaporosa iluminación de la lamparilla bruñía.
Su piel transpiraba, estaba ardiendo y sus ojos lo observaban como dos llamas de gas a punto de explosionar.
Le alzó los muslos y le colocó las piernas alrededor de la cintura. Se tomó unos segundos para admirarlo, para recrearse en la imagen subyugada y amorosa que él le ofrecía.
Era tan hermoso, tan deseable, tan encantador… Quería que fuera suyo, que le entregara su corazón. Y su alma.
Se perdió en su mirada oscura y ya no vio esa armadura con la que siempre se protegía de él.
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Runaway ✿KookTae✿
FanfictionKim Taehyung siente que ha tocado fondo. Sus días de gloria como cantante en los mejores clubes de Seúl terminaron cuando decidió poner punto y final a una relación amorosa con su jefe, un magnate de los negocios que no acepta la ruptura y reduce la...