‡Inicio del ataque‡

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Unos minutos antes...
Después de haber estado revolcándose en el barro ambos chicos decidieron darse un baño.
TaeHyung se apuntó a un nuevo chapoteo aunque hubiese estado fuera del agua prácticamente cinco minutos.
Cuando los chicos se metieron en las frías aguas empezaron a jugar sin parar, chapoteando, salpicando y lanzándose agua sin parar el uno al otro. TaeHyung tenía ventaja en aquél elemento, incluso más que SeokJin, así que intentó hacerles alguna que otra aguadilla provocando que Jin se enfadase un poco con él por destrozarle su peinado recién colocado.
Después de unos minutos, sin embargo, Jin se retiró del agua alegando que había tenido suficiente. Después le guiñó un ojo a JungKook y sin más se sentó en la orilla dejándoles solos.
Cuando sus ojos se encontraron en aquella ocasión pusieron nervioso a JungKook. Sus mejillas adoptaron un color rojo intenso y sus orejas acabaron imitándolas. TaeHyung sonrió enternecido y se acercó hasta él. Una vez que estuvieron uno en frente del otro TaeHyung le colocó el pelo lo más parecido a como lo había tenido antes de que Jin hiciese experimentos con él. Una vez creyó que había hecho un buen trabajo respiró hondo observando a su amigo. Una pequeña risa tímida salió de sus labios y agarró por los hombros a un muy avergonzado JungKook.
—Sabes...—empezó diciendo con calma. —he oído la conversación que has tenido con SeokJin. —le murmuró para que la sirena no les escuchase absolutamente nada. Sin embargo, cuando sus ojos volvieron a enfocar a su amigo el chico estaba intentando esconderse debajo de su flequillo e intentando desaparecer de aquél lugar para siempre. TaeHyung no pudo evitar reír de nuevo tímidamente. Todo lo que hacía le parecía tierno. —No sabía...
—¡No me gustas! —alegó rojo como un tomate. —¡Jin sólo dice tonterías! —TaeHyung entonces se puso colorado y apartó sus manos de encima del chico. Aquello le hizo ponerse tan nervioso que por un momento perdió el hilo de la conversación. ¿Cómo iba él a gustarle a JungKook?
—Creía que te gustaba otra persona. —le dijo con los nervios a flor de piel. —No sé, alguna compañera de nuestra clase o algo...—JungKook entonces se dió con la palma en la frente e hizo un ruido de molestia.
—No, no...—negó. —Jin me ha visto mirándote y ha creído...
—¿Me estabas mirando? —preguntó con una ligera sonrisa. No sabía por qué pero aquello le había generado un cosquilleo nervioso en su estómago y una buena sensación en su corazón.
—¡No, no! Yo sólo...—se rascó el pelo buscando una respuesta que no sonase demasiado extraña. —¡Me gusta como nadas! ¡Por eso te miraba! —y después de aquello empezó a reírse de manera nerviosa e intentando apartarse de él lo máximo posible.
—Oye, puedes contármelo todo, ya lo sabes...—le dijo con un pequeño puchero en sus labios. Aquella evasiva le había decepcionado tanto que estaba bastante triste por ello. No creía que JungKook sintiese algo por él pero si sí lo hacía por alguna chica quería al menos saberlo.
—Lo sé, pero...—TaeHyung entrelazó sus dedos y aquello hizo que el pulso de JungKook aumentase de manera irremediable. El chico acuático le sonrió irresistiblemente y JungKook no pudo evitar acercarse a él y a ese olor que le volvía loco.
Sin quererlo ni buscarlo TaeHyung colocó una de sus manos en la mejilla del chico, sintiendo mariposas en su estómago al mirar aquellos enormes ojos. Suspiró agradecido de que fuese su amigo y después cerró los ojos, relajándose con el tacto. JungKook entonces se dejó llevar por sus sentidos y se pegó más a TaeHyung cerrando los ojos y acercándose lentamente.
JungKook giró ligeramente su cabeza y sus labios se saludaron como si fueran viejos amigos. Se rozaron con timidez y parsimonia y sobretodo con miedo a moverse en los del otro. Antes de siquiera notarlo JungKook descubrió que TaeHyung estaba brillando y no sólo eso, todo el agua a su alrededor lo hacía al igual que su cuerpo. Parecía una magia antigua y maravillosa que desprendía un pequeño calor reconfortante.
Unos minutos después JungKook se separó de aquellos labios que tanto le gustaban y observó la expresión de TaeHyung. El chico se mantuvo unos segundos con los ojos cerrados y cuando los abrió le recibió una enorme sonrisa.
—No sabía que besabas a las personas que no te gustaban. —le dijo de manera juguetona. El otro se tiñó de rojo y respiró hondo.
—TaeHyung, me gustas. —declaró mientras las aguas y la propia piel de TaeHyung continuaban brillando sin descanso. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa y una sonrisa adornó sus labios recién besados. No podían estar más eufóricos el uno con el otro.
Cuando se separaron un poco más y el brillo de TaeHyung se disolvió al completo oyeron unos aplausos provenir de la orilla. El propio SeokJin estaba dando saltos y aplaudiendo desde allí. Parecía que él estaba contento con lo que acababa de pasar, incluso más que ellos.
Ambos rieron contentos y se abrazaron con cariño.
—Nunca pensé que tú...—susurró TaeHyung en sus brazos, muy cerca de su oreja. JungKook estaba más que colorado por lo que acababan de hacer. Era su primer beso y la verdad, no esperaba que fuese a ser con alguien como TaeHyung. Para él el chico acuático era más que inalcanzable, era una criaturas fuera de su rango y completamente superior que (contrario a lo que había creído) al parecer sentía lo mismo que él. Le estrechó contra su pecho con añoranza y suspiró contento y sintiendo calorcito dentro de su pecho.
—Nunca pensé que tú sentirías lo mismo...—comentó mientras se separaban. TaeHyung le regaló una sonrisa boba mientras apartaba la mirada de sus ojos. También tenía un bonito sonrojo que le llegaba hasta la nariz.
—Yo tampoco lo sabía...—confesó sin mirarle directamente. —Pero creo que esto lo confirma...—añadió cogiendo una mano de JungKook y colocándola en su pecho. JungKook sonrió ante el órgano claramente acelerado por él y lo que acababan de hacer. Se llenó de valor y le dió un beso en la mejilla que fue un poco brusco ya que acabó metiendo toda su nariz en el ojo izquierdo de TaeHyung. El otro se quejó y rió a partes iguales mientras su sonrojo aumentaba. Después cuando se separó TaeHyung le devolvió el beso aunque de una manera más delicada y añadiendo sus brazos a la ecuación. JungKook acabó siendo embriagado por una sensación tan exquisita que quiso que los minutos se volviesen horas porque quería quedarse así por siempre. No había nada mejor que ser correspondido por la persona que adoraba y admiraba a partes iguales.
JungKook acabó envolviéndolo también en sus brazos y dando vueltas en el agua por la felicidad que los envolvía. Sin embargo ésta no pudo durar mucho ya que sus risas fueron silenciadas por un enorme estruendo que vino de la orilla. Debido a que Jin había celebrado con ellos aquél logro habían decidido alejarse de allí un poco. Sin embargo, ése no era ahora la cuestión, sino que ahora la orilla no podía vislumbrarse desde donde estaban ellos. Una enorme polvareda se había formado en aquél lugar y no se veía dónde empezaba el agua y dónde acababa la tierra. De la misma manera tampoco se veía a Jin por ningún lado. Ambos abrieron los ojos sin entender nada de lo que estaba ocurriendo.
—¿Qué ha sido eso? —preguntó TaeHyung aún en sus brazos y agarrándole con más fuerza, más presión. JungKook sintió su ligero temblor a través del agua y todo se cuerpo empezó a sentir el terror.
—No lo sé...—respondió asustado. Todo parecía aparentar a que algo había caído del cielo y había impactado contra el suelo, pero no se podía apreciar bien el qué.
Antes de que pudieran hacer sus propias hipótesis empezó a salir un humo negro de entre la polvareda, anunciando malas noticias. TaeHyung se mordió el labio inferior ansioso y miró a JungKook.
—¡Eso es fuego! —afirmó con un grito pequeño. Su brillo hacía unos minutos que había desparecido por completo y JungKook llevaba un rato ensimismado, observando todo lo que ocurría desde allí.
De repente y sin que se dieran cuenta un cuerpo extraño se acercó hasta ellos. Cuando emergió, asustando a los dos chicos y haciendo que se abrazasen más ambos pegaron un grito bastante alto.
—¡Chicos! —le susurró Jin intentando calmarlos. —¡Cerrad el pico! —y como se le dijo, JungKook cerró sus labios.
—¿Estás bien? ¿Qué es eso? ¿Qué hacemos? —le preguntó TaeHyung entrando en pánico. Jin levantó ambas manos e intentó frenar aquella bola de nervios en la que se había transformado TaeHyung. JungKook afianzó su agarre aunque este no fuese a servir para nada.
—Estoy bien, he saltado antes de que me alcanzara. —les explicó.
—Antes de que te alcanzara, ¿El qué? —dijo con comprender TaeHyung.
—Una bola de fuego. Casi muero ahí. —les contó. Ambos chicos perdieron el poco color que tenían en el rostro. —Por eso tenemos que irnos, escondernos...—sin embargo su frase  no pudo ser acabada ya que escucharon de nuevo una fuerte explosión en la orilla. Después bolas de fuego cayeron sin control por la laguna, y creando a su vez enormes nubes de vapor.
—¡Vámonos! —les indicó a los dos chicos asustados. Ellos reaccionaron a tiempo y después de TaeHyung ordenarle a JungKook que no se soltase de su espalda, se sumergieron en las aguas de la laguna, huyendo de aquella locura.
Nadaron por unos minutos esquivando como pudieron las bolas que empezaron a caer con mayor incidencia. Consiguieron alcanzar hasta la mitad de la laguna pero entonces, después de esquivar una bola que le cayó delante Jin desapareció. Los chicos se quedaron estáticos y ante la falta de aire subieron a la superficie para que JungKook no se ahogase. Vieron el cielo en ese momento y ambos quisieron llorar. El precioso cielo azul claro se había tornado de un rojo y negro enfermizo que solo auguraba problemas. TaeHyung colocó sus manos encima de las que rodeaban sus hombros, donde estaba enganchado JungKook y éste le dió un beso en la nuca, haciendo una promesa muda de que todo acabaría bien.
Después de eso volvieron a sumergirse, suponiendo que debían volver a buscar a Jin. Sin embargo ese fue su fatal error, pues nada más acercarse un poco al lugar donde su amigo había desaparecido una bola más pequeña que las demás cayó silenciosa sobre ellos. TaeHyung no llegó a verla a tiempo pero JungKook la escuchó llegar así que actuó a tiempo para salvarlos. Se soltó de la espalda de su amigo y lo cambió por sus dos pies. Empujó a TaeHyung fuera del alcance de la bola y él acabó dándose con ella, perdiendo la consciencia. TaeHyung gritó en el agua algo que no entendió y después todo se volvió negro.
El chico acuático entró en pánico después de eso. ¡Se había quedado completamente solo! Nadó alrededor intentando encontrar algún resquicio o alguna manera de sacar de allí a su amigo, pero no vio nada. Salió a la superficie y siguió buscando a JungKook como un loco. No paró hasta que llegó a una orilla donde ahí sacó su cabeza ligeramente para asegurarse de que no había nada nuevo. Respiró hondo y cuando fue a meterse de nuevo en el agua un fuerte golpe en su cabeza le hizo perder el conocimiento, haciendo que las aguas le comiesen vivo.

Cuando TaeHyung recuperó la consciencia se encontró tumbado sobre tierra mojada y oscura.
Le costó abrir los ojos al principio y notó cómo le pesaba el cuerpo por el golpe que había recibido. Había conseguido llegar hasta el otro extremo de la laguna, junto a la parte de atrás, donde comenzaba el bosque. Se sintió miserable que hubiese llegado allí el solo mientras buscaba a sus amigos.
Se incorporó notando pesados todos sus músculos y sintiendo sus brazos y piernas entumecidos. Un dolor agudo se hizo presente en su sien y se quejó un poco. Algo caía también de su frente y le provocaba picores en uno de sus ojos. Ante esto observó con mayor atención sus extremidades y se dió cuenta de que sus piernas y brazos estaban atados fuertemente con cuerdas. Al parecer alguien le había raptado. Sin embargo, sus ojos no encontraron a JungKook ni a SeokJin por ningún lado.
—Buenos días, abominación. —le habló una voz desconocida. Sus ojos fueron a parar a una figura extraña que no presentaba ninguna presencia mágica. La criatura de tez pálida y pelo rubio, se acercó hasta donde estaba él y se agachó para mirarle a los ojos. —Mírate. —dijo despectivamente. Después escupió en su cara, llegando su saliva hasta su mejilla. —Por tú maldita culpa más de la mitad de mi raza está extinta. —TaeHyung quiso protestar pero entonces se dió cuenta que llevaba algo en la boca que le impedía hablar o vocalizar. Sólo podía hacer sonidos extraños e incoherentes. —Pero eso va a cambiar, amigo mío. —le explicó colocándose su arma delante de su cuerpo y no detrás. —Los humanos regresaran al mundo que es suyo y por fin lo reclaramaran como la raza superior...—confirmó convencido. TaeHyung tragó saliva sin entender nada de lo que estaba ocurriendo ni cómo era posible que una criatura extinta se encontrase delante de sus narices. ¡Estaba incluso hablando con él! ¡Iba a matarle!
—Pero primero, debemos acabar con la especie que casi nos destruyó la primera vez. —confesó maléficamente y acercando un cuchillo al cuello de TaeHyung. —Acabaré con los akuanas de una vez por todas. 
Los ojos de TaeHyung se abrieron desmesuradamente ante aquél nombre.

Akuana [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora