Pasaron algunos días desde la última vez que habían ido a la ciudad. Nam decidió tomarse un ligero descanso acerca de las misiones y su trabajo autoimpuesto de acabar con todos los humanos de la faz de la Tierra y JungKook decidió esconderse en el gimnasio del edificio. De JiMin no se supo nada. El chico permaneció horas y horas dentro de su cuarto haciendo quién sabe qué. JungKook quería darle su espacio tanto a él como al mago, pues creía que habían tenido suficiente los unos de los otros en los últimos días.
Sin embargo, aquél día por la noche Nam les indicó que saliesen a dar una vuelta armados por la ciudad. Aquello era tan extraño como el simple hecho de que salieran los tres a la vez de su base. Siempre se las arreglaban para dejar a alguien vigilando o custodiando el lugar, pero al parecer en aquella ocasión NamJoon tenía otros planes para ellos.
JungKook se equipó con su gabardina de estilo británico como siempre que salía a una misión. NamJoon decidió llamar a JiMin y estuvieron un tiempo en su cuarto. JungKook tuvo la ligera intención de echar un vistazo rápido a la estancia, ya que se habían dejado la puerta entreabierta, pero se contuvo. Debía respetar su intimidad, o eso fue lo que se dijo para convencerse.
Después de esperar unos minutos ambos chicos salieron listos y armados hasta los dientes. Él llevaba su característica pistola de fuego y con las manos metidas en los bolsillos salió detrás de los otros dos de la base. NamJoon no les había explicado nada, ni siquiera a dónde iban. Las cosas no pintaban mal mal, lo cuál era bueno, o eso quería creer JungKook. Podría ser que Nam hubiese descubierto algo y quería enseñárselo a los dos, o puede que fuese otra cosa totalmente diferente. Incluso podría tratarse de algo más serio aún, ¿Quién sabía? Lo que JungKook había aprendido con los años que habían estado juntos tanto en las buenas como en las malas era que NamJoon era muy destructivo. Si bien él era autodestructivo, NamJoon destruía todo a su alrededor. Que JiMin y él hubiesen estado el uno para el otro por las noches no significaba que no hubiesen intentando darle el mismo comfort a Nam, sino que, simplemente, no habían podido. El chico en sus peores momentos se desataba al completo, sus poderes se volvían incontrolables y su actitud indomable. Empezaba a expulsar fuego por sus manos, boca e incluso JungKook juraba haberle visto echar fuego por las orejas una vez. Destrozaba todos los lugares en los que estaban y las noches en donde se quedaban en vela mientras se tiraban horas y horas llorando, jamás podían dormir junto a NamJoon por la misma razón. El chico tenía una horrible maldición relacionada con tremendas pesadillas sobre la enorme explosión que provocó hace seis años. Los humanos carbonizados se le aparecían en sus sueños y le rogaban, le exigían que les devolviese la vida o simplemente le atormentaban. Por esa misma razón a su vez, no soportaba dormir con otras personas. No le gustaba sentir tacto de alguien externo nada más despertar de una pesadilla sobre cadáveres. JungKook sabía que si algo así le hubiese pasado a él habría acabado con su vida muchos años atrás.
Anduvieron por las calles tranquilamente. Era tan extraña la situación que se impresionó aún más por el silencio tan consensuado de sus compañeros. Ninguno de los dos pensaba explicar o preguntar al otro qué estaba ocurriendo. Cómo él era el pequeño y tampoco hacía muchos esfuerzos porque le tomaran más en serio, decidió mantener la boca cerrada y esperar por que pasara algo. Cualquier cosa.
Las suelas de sus botas sonaban por los adoquines resquebrajados de las calles de la ciudad. Casi siempre que pisaban el lugar armados llevaban la cara tapada para así no tener que lidiar luego con problemas con la seguridad de la ciudad. Todo parecía en calma aquella noche. Nada de humanos borrachos u otra clase de criaturas que pudieran generarles algún inconveniente. Anduvieron por un largo período de tiempo hasta que por fin llegaron hasta un callejón sucio y sin salida. JungKook se llevó ambas manos a la cintura y pareció enfadarse con la situación más de lo que ya estaba. JiMin se quedó quieto detrás de ellos, en silencio y sin hacer ninguna pregunta. Se le notaba más cansado de lo habitual y no parecía él mismo con las luces lúgubres de aquellas calles. NamJoon frunció el ceño y miró hacia las fachadas de los edificios en busca de algo. Una vez hubo comprobado que no había nada ni nadie por aquellos lugares se dió la vuelta y les encaró.
-Bien, chicos. -les llamó la atención. Ambos alzaron sus vistas y las enfocaron en el mago serio que estaba en frente suyo. -Hace unos días me asaltaron unos ladrones o eso era lo que creía. -al instante JiMin pareció entrar en llamas. Sus ojos se abrieron con furia y agitó sus manos en busca de una explicación de por qué no les había comentado aquello antes. -No os mencioné nada porque me amenazaron con haceros daño si os comentaba algo.
-Lo estás haciendo ahora. -se quejó el chico lobo cruzándose de brazos. JiMin no daba a basto y se tapó la cara con sus pequeñas manos llenas de callos.
-Porque es necesario. -les explicó. -Al parecer esos asaltantes o ladrones tenían algunas sospechas sobre nosotros. En otras palabras: nos han estado siguiendo la pista. -aquello hizo que la sorpresa en ambos chicos se hiciese notar en sus rostros. JiMin se mantuvo frío y calculador, casi impasible, mientras que JungKook abrió sus ojos desmesuradamente.
-Pero, si nos aseguramos de que nadie...
-Pero parece que hemos llamado la atención a estas criaturas.
-¿Cómo sabes que son criaturas? -preguntó JiMin en un tono sombrío, empezando a comprender cuál era el plan al que les estaba arrastrando Nam. JungKook seguía sin entender nada de nada.
-Usaron magia para asaltarme. -comentó. -Concretamente tierra y agua. -JiMin asintió cansado de todo aquello.
-Vale, Nam. ¿Y qué? Unas estúpidas criaturas quieren pararnos y atacarnos sin razón y tú lo primero que haces es montar un teatrillo para justificar que no nos lo hayas contado antes. -se quejó aumentando su tono de voz. JungKook estaba del lado de JiMin, evidentemente, pero se mantuvo apartado de la discusión entre sus mayores.
-Esto no es un teatrillo, JiMin. -contestó empezando a ponerse nervioso con la respuesta del hada. Después se recompuso al darse cuenta que estaba siendo un poco intenso. Se estiró cuál largo era y su imagen generó impotencia en el lobo y el hada. -Esto lo he planeado meticulosamente y no comentaros nada era parte de mi plan. -continuó como si nada. -Resulta que estuve estudiando, investigando sobre estas criaturas y no encontré absolutamente nada. -sus compañeros perdieron color en sus rostros. -No encontré acciones notorias, salidas cotidianas, ni siquiera interacciones con otras criaturas, nada. Eran como fantasmas, aparecían de repente y desaparecían de igual manera. Y después no se sabía de estas misteriosas criaturas hasta que fuera necesario que se las volviese a ver. Todo estúpidamente bien calculado y escondido. -NamJoon sonrió ante tremendo acertijo. JungKook por su lado estaba cada vez más asustado de aquellas criaturas que estaba mencionando. Si ellas estaban por allí, ¿No era un poco peligroso que estuvieran por la noche en un callejón sin salida?
-Por eso no sé nada de ellas. -comentó de manera enigmática. -Sólo sé lo que me comentaron. -hizo una pequeña pausa para recordar al completo sus palabras exactas y después las dijo con parsimonia. -Sabemos que tenéis armas humanas. Sabemos cuáles son vuestros planes así que, o bien paráis o tendremos problemas. -JungKook tragó saliva esperando que le dijesen algo, que le castigasen o algo parecido. Agachó sus orejas y esperó por ello pero sus compañeros estaban en sus propios mundos.
-No entiendo nada Nam...-le confesó JiMin.
-Creo que estas criaturas hacen lo mismo que nosotros o tienen los mismos propósitos...-JiMin arrugó su frente sin comprender nada.
-¿Qué te hace pensar eso? -le dijo desesperado. -¿Y si sólo quieren acabar con nosotros y ya está? ¿Y si no tiene nada que ver con humanos?
-O puede que los hayan contratado humanos para que acaben con nosotros...-habló JungKook con una voz asustada y demasiado débil para tratarse de él.
-¡También puede ser! -le dió la razón JiMin. -¡Deberíamos estar escondidos! Aquí es como si estuviéramos esperando a que nos atacasen. -Nam sonrió ligeramente ante aquella locura de idea. -No, no, no, no, no...-repitió JiMin al darse cuenta del plan de Nam. -¡No Nam! -medio gritó y se agachó para empezar a llorar sin saber qué más hacer. JungKook observó al hada por unos segundos y decidió no acercarse a consolarle. Se quedó pegado al suelo y casi ni pudo notar su respiración, sus propios latidos. Estaba tan asustado y agitado que ni su cuerpo parecía saber lo que hacía.
-¿Estamos esperando a que nos ataquen? -preguntó sin comprender o sin querer hacerlo realmente.
-Es la única manera de saber quiénes son o qué quieren.
-¡¿Nos estás entregando a extraños por curiosidad?!-preguntó JungKook mientras gritaba. NamJoon sonrió ligeramente y después se dió la vuelta para continuar mirando hacia las fachadas de los edificios esperando por esas criaturas. JiMin continuó llorando creyendo que ya había llegado el momento en el que habían perdido la cabeza. Nam parecía querer que los tres perdiesen la vida en manos de extraños. Todavía tenían la opción de huir pero, ¿Qué harían sin el mago en sus vidas? Los tres se necesitaban los unos a los otros.
Así que, decidieron esperar por esas criaturas.
JiMin se sentó en el suelo y JungKook se apoyó a una pared del callejón, ambos demasiado leales al mago como para dejarle solo, ambos demasiado cobardes como para quedarse solos.
-Bueno, -dijo el lobo cuando ya habían pasado tres horas. -¿Nos va...?-aunque no pudo acabar la frase ya que algo tiró de él hacia arriba.
Cuando sus pies volvieron a tocar suelo, o esta vez, un tejado de tejas oscuras, sus ojos se abrieron por la sorpresa. No podía entender lo que había pasado ya que se había producido en menos de un segundo. Miró hacia arriba hasta que vio al personaje de su imaginación con su característico abrigo de plumas negro observarle con la cara tapada por las sombras de la noche. Esta vez no tenía la capucha puesta y una sonrisa socarrona le pintaba los labios. JungKook no pudo evitar fijarse en todo lo que el otro era, su cuerpo, su rostro, su presencia. Parecía tan... TaeHyung, y a la vez no.
Cogió aire y respiró profundo para poder contestar de manera coherente.
-¿Q-qué...? -sin embargo acabó tartamudeando. Se dió una bofetada mental por ser tan estúpido y se concentró en su entorno.
-Ya he descubierto tus malditos planes, lobo. -le explicó el contrario. JungKook alzó sus orejas interesado por lo que sea que tuviera que decirle o lo que sea que hubiese descubierto. Estaba asustado porque realmente fuese un agente infiltrado que estuviese buscando a los criminales de los asesinatos de humanos. Aunque JungKook desechó la idea ya que el propio chico había acabado con la vida de unos humanos hacía unos cuantos días. -Y ahora vais a responder a nuestras preguntas. Porque es evidente que no puedo dejar que unas criaturas elijan el camino equivocado...-aquello sonó más como un susurro, casi como un secreto que le estuviese contando. JungKook tragó saliva y lo siguiente que vio fue oscuridad ya que todo desapareció a su alrededor gracias a un fuerte golpe en su nuca.
ESTÁS LEYENDO
Akuana [SIN EDITAR]
Fanfiction¡Bienvenido a un mundo donde los humanos están extintos! De aquí en adelante lo único que encontrarás serán criaturas marinas como las sofisticadas sirenas, las criaturas del bosque como los hombres lobo y las hadas de las flores y por último las c...