‡La sirena quemada‡

38 6 0
                                    

Corrieron hacia el gran edificio esperando que dentro se encontrasen sus amigos. Sin embargo, cuando entraron a quienes se encontraron fueron a YoonGi con el semblante demasiado serio. Normalmente el chico de por sí no sonreía mucho pero su expresión era de pura desesperación y cansancio. TaeHyung y JungKook no tuvieron tiempo de decir nada puesto que YoonGi les frenó con una mano pálida.
—Están bien. —les intentó tranquilizar, pero TaeHyung no parecía creerle. —SeokJin ha inhalado mucho humo y ya le están tratando las hadas y las sirenas. NamJoon ahora viene, también ha tragado demasiado. —con aquello JungKook le agarró la mano para que le mirase y TaeHyung lo hizo, entrando en pánico.
—¿Podrías curar a SeokJin? —preguntó con un poco de esperanza. —Como hiciste conmigo, con mis costillas. —TaeHyung pareció dudar y sintió cómo JungKook tiraba de él un poco, animándole. —Puedes intentarlo al menos...—aquello le bastó. Si JungKook creía en él, le bastaba. Asintió y YoonGi les dirigió sin decir nada más hacia la habitación y en donde estaba SeokJin. El chico estaba mordiendo un cinturón mientras trataban sus quemaduras severas. Su piel alrededor de uno de sus brazos estaba cogiendo un color azul pálido y blanco mientras se resquebrajada como papel mojado. La garganta de TaeHyung se estrujó al verle en esa situación. SeokJin se había convertido en un compañero muy querido que se le daba genial hacerles reír y pasar un buen rato. No estaba dispuesto a que su amigo sufriese más por esa situación. Respiró hondo y agarró la mano de JungKook, empujándolo hacia dentro con él. Las hadas les miraron entrar y se quejaron, mientras que las sirenas guardaron silencio notando la fuerza de TaeHyung acumulándose en el ambiente.
—No me sueltes. —le ordenó a JungKook mientras se concentraba en sus habilidades. El chico negó en silencio y apretó su mano para darle fuerza. Ante aquello TaeHyung cerró los ojos y sus tatuajes empezaron a brillar iluminando la instancia con una luz azul turquesa suave. Las hadas y las sirenas guardaron completo silencio, asombradas por aquél poder tan puro. TaeHyung entonces abrió los ojos, los cuales ahora brillaban del mismo color que sus tatuajes. JungKook se asustó por un momento puesto que TaeHyung parecía ido en su concentración. El chico acuático por otro lado sintió el agua de la laguna como si fuera una extensión de su cuerpo. Levantó el brazo libre y una tira de agua de la laguna siguió su movimiento. Después movió sus dedos y por la ventana que estaba abierta apareció una tira de agua de color verdoso y turquesa. JungKook le agarró con más fuerza, sabiendo que cuando su compañero frenase acabaría agotado.
El agua se movió alrededor de los dedos de su domador. TaeHyung dividió el agua en gotitas y después éstas empezaron a brillar en diferentes colores. Una era rosa, otra desprendía un color morado y la última era verde. Parecían los colores del océano, sobre todo los que pertenecían a SeokJin. TaeHyung después dirigió cada gota a cada herida del cuerpo de SeokJin, con la misma expresión neutra y sus ojos brillantes. Cuando el agua tocó la piel dañada de SeokJin ésta se empezó a regenerar poco a poco. Después los ojos de SeokJin dejaron de apretarse y dejó de morder el cinturón que estaba en su boca. JungKook sonrió contento y después las sirenas empezaron a cubrir las heridas ante la finalización de la actuación de TaeHyung. Sin embargo, el chico no regresaba de su estado. Sus ojos continuaban brillando y sus tatuajes no paraban de desprender aquella luz. Sus brazos habían caído hacia los lados de su cuerpo y su expresión neutra continuaba en su cara. JungKook le miró y agitó su cuerpo buscando que regresase pero el chico parecía perdido. Justo en ese momento una brecha blanca se formó en su cara, una pequeña línea que nacía de su mandíbula y casi llegaba a su mejilla. JungKook se asustó aún más conociendo lo que le habían dicho sobre estar demasiado tiempo en aquella situación. Podría matarle como siguiese así, su cuerpo se desintegraría. Debía parar a TaeHyung, debía frenarle.
—¡TaeHyung, TaeHyung! —le llamó agitándolo bruscamente pero no había manera de que despertase. —Vamos TaeHyung, no puedes hacer esto...—ante la desesperación se cogió el pelo y se lo estrujó. Miró a las hadas y sirenas que continuaban con SeokJin y habían obviado su presencia. Estaba claro que no iban a ofrecerle ninguna ayuda. Ante esto JungKook le cogió en sus brazos y salió corriendo de aquella habitación. Vio a YoonGi por el pasillo pero no le dijo nada.
—¿Adónde vais? —gritó, pero JungKook tenía otro objetivo en mente.
Corrió hasta que llegó de nuevo a la laguna. Le quitó los zapatos a TaeHyung y se metió con la ropa puesta. El chico seguía con la mirada perdida en algún lugar y JungKook no sabía qué más hacer. Se metió en el agua hasta la cintura y abrazó el cuerpo inerte de TaeHyung. Sus brazos no le devolvieron el abrazo y JungKook no pudo hacer otra cosa que hundir su nariz en su cuello. Apretó el cuerpo contra el suyo y sintió cómo su ropa se empapaba al completo. Poco después sintió sus lágrimas salir de sus ojos.
—No puedes hacer esto...—susurró mientras le abrazaba con fuerza. —No puedes irte así...—entre sus lágrimas y su furia no se dió cuenta que el agua a su alrededor estaba empezando a brillar. —No puedes irte, tenemos que jugar más y entrenar...—empezó a decir. —Tienes que enseñarme a plantar, —se ahogó entre sus lágrimas. —tienes que enseñarme a hacer tantas cosas...—tocó su pelo azul turquesa y sus lloros se intensificaron. —Eres el único que me acepta tal como soy, el único que me está enseñando a quererme a mí mismo...—sus lágrimas salieron sin parar y en ese momento ya no pudo seguir hablando porque el nudo de su garganta se hizo tan grande que sintió que se ahogaba. No se dió cuenta de que los brazos de TaeHyung se levantaron con cuidado hasta que envolvió su cuerpo y su espalda encorvada. Su brillo había desaparecido y el agua había vuelto a la normalidad. JungKook tardó en darse cuenta pero cuando lo hizo se apartó para ver a un TaeHyung medio dormido sobre sus brazos. Sus ojos habían vuelto a un color oscuro normal y sus mejillas volvían a tener ese color rosado y saludable. JungKook sonrió entre lágrimas y se las quitó como pudo.
—Estás bien...—dijo en un murmullo. TaeHyung asintió agotado y después alzó sus brazos para recuperar el abrazo que le había dado su compañero. JungKook se hundió de nuevo en su cuello y ambos se quedaron así por unos minutos.
—¿SeokJin está...?—preguntó después de un rato con voz rasposa y seca.
—Está bien, lo has curado Tae. —le informó apretando su cuerpo, intentando evitar que el chico se desvaneciese. —Eres increíble pero me has dado un susto de muerte...—se quejó apretándole aún más.
—JungKook, —dijo ahogado. —no me dejas respirar. —y con aquello se soltaron para mirarse fijamente.
—No vuelvas a hacer eso.
—Vale...—dijo asintiendo, notando el nerviosismo de su compañero.
—Nunca más.
—Nunca más... —repitió con una sonrisa.
—Por un momento he creído que ibas a...—se frenó a sí mismo mirando hacia el agua. —Me dijiste que podías morir si...
—JungKook, estoy bien. —le calmó, ascendiendo una mano para acariciar sus orejas. El chico suspiró intentando tranquilizarse mientras disfrutaba de las caricias. —Lo has hecho bien...—con aquello se soltó de los brazos de JungKook y se puso a nadar un poco. Necesitaba relajar su cuerpo y pensar en lo que había pasado. Nunca en su vida había tenido ese problema de no poder regresar a la normalidad. Es más, juraba que la mayor parte del tiempo había perdido la consciencia porque no se acordaba de nada. Todo era tan extraño y horrible. Su cuerpo no se sentía el mismo. Era como si se estuviese sometiendo a un cambio que, le gustase o no, no tendría vuelta a atrás. Cogió aire y lo soltó cuando salió a la superficie. Allí, en el otro lado de la laguna, estaba JungKook quitándose sus zapatos y calcetines empapados y tirándolos en la tierra algo cansado. TaeHyung rió y nadó hasta donde estaba su amigo. Aquél chico en verdad era magnífico, en todos los aspectos.

Akuana [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora