Unidos por la Noche

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Jin caminó dando pisadas duras y enfurecidas. Estaba deseando llegar a la pequeña piscina climatizada que tenían en la base. Su cuerpo necesitaba una buena hidratación o iba a ahogar a alguien.
Mientras avanzaba no se dió que alguien le seguía. Todos sus pensamientos estaban atormentándole de tal manera que se sentía fuera de aquel mundo y atrapado en su cabeza.
YoonGi alcanzó su hombro con preocupación y tiró de él para frenarle. Jin siguió caminando como si nada, evitando el contacto con el otro. YoonGi se quedó patidifuso ante aquella actitud y sin dudar continúo siguiéndole, aunque por detrás. Quiso esperar hasta que llegaron a la piscina y el chico se metió en el agua para poder hablar con él. Entendía su necesidad por hidratarse y no pretendía interrumpirle en lo más mínimo.
La sirena no dijo nada más y gruñó cuando saltó al cubículo de agua. Algunos niños y otra sirenas se le acercaron para saludarle, ya que había vuelto de un viaje bastante largo. Sin querer realmente hablar les saludó con una mano y se dió una vuelta, echando de menos el basto océano en donde podía estar solo siempre que quería. Como en aquél momento. Pero, no pudo mantenerse flotando en el agua perdido ya que más sirenas se acercaron para conocer más detalles del viaje y saber si realmente aquel lobo era especial. Ante la mención del lobo Jin escapó del agua y se quedó en la orilla temblando de frío, esperando para secarse. Podía quitarse el agua con su elemento pero simplemente no quería. Había un sentimiento en el fondo de su cabeza que le aseguraba que tenía merecido ese malestar y no estaba dispuesto a evitarlo.
Se abrazó la cola contra su pecho y escondió su cara entre sus brazos.
Una capa negra y perfectamente confeccionada cayó sobre sus hombros cubiertos de escamas y sintió un escalofrío. Las manos frías que habían colocado la prenda no pertenecían a otro que al vampiro de cabello blanco. Jin puso los ojos en blanco y evitó su mirada observando la dirección contraria.
—¿No vas a secarte? —le preguntó sentándose a su lado, intentando no mojarse mucho. Jin le evitó y continuó mirando el agua. —Oye, Jin...—dijo con voz lastimera entonces. Aquello puso de los nervios a Jin y entró en cólera.
—¡Cállate YoonGi!—le gritó desesperado. —¡Ya sé a qué has venido! —el vampiro tragó saliva no esperándose aquella reacción tan explosiva. El vampiro esperó unos segundos a que la respiración agitada del otro se calmase. Después respiró hondo para calmar a su propio corazón y habló.
—Si sabes para qué vengo, ¿Por qué no lo afrontamos y ya? —Jin empezó a negar sin parar. Sus ojos seguían perdidos en alguna onda del agua salada.
—¡No voy a afrontar algo que no es real! —gritó y después escondió su rostro y se tiró del pelo con las manos hechas puños. Estaba desesperado y estaba evitando la verdad con todo lo que podía.
YoonGi no sabía nada de lo que se estaba negando el otro pero estaba siendo muy doloroso. El vampiro estaba sufriendo viendo a su amigo negarse lo que estaba ocurriendo.
—¡Tienes que afrontar lo que sientes, Jin! ¡Sea lo que sea! —devolvió haciendo que el otro gruñera estresado. El vampiro se acercó un poco al otro y sin tocarle, usando un tono más bajo le dijo:—Aunque sea doloroso... —entonces la sirena enseñó su cara y le miró a los ojos por primera vez. Las lágrimas estaban a punto de desbordarse por sus ojos pero la sirena se mantenía cabezota y fuerte. Su ceño continuaba fruncido y se negaba a que el otro le viese débil hasta ese punto. Aunque YoonGi le había visto en muchas de sus facetas, tal vez demasiadas para el gusto de la sirena.
El vampiro cogió aire e hizo la obligada pregunta:
—¿Qué ocurre con TaeHyung y JungKook? —la sirena entonces dejó caer su primera lágrima, porque su cerebro se negaba a admitir que aquellos dos nombres juntos causaban un dolor agonizante en su corazón. Un agujero en su pecho que le había quitado la respiración en esos últimos días. Un vacío que no pensaba que existía.
YoonGi le observó derrumbarse y sin decir nada le envolvió en un abrazo, mojándose en el proceso. Los quejidos y los gemidos del otro no tardaron en inundar el lugar. YoonGi le envolvió como pudo para evitar que el resto de sirenas que había ahí le vieran. Hizo lo que pudo por evitarlo pero muchas se quedaron mirándoles sin entender. Jin era alguien orgulloso y altivo, verle caer de aquella manera era algo que no muchos estaban preparados para ver. YoonGi ante la masiva atención cogió a la sirena con su enorme y pesada cola y la alejó de la piscina. Era un momento que pertenecía sólo a Jin y a nadie más. Se llevó su ropa y usando su agilidad y fuerza subió, con mayor facilidad que TaeHyung, al techo de uno de los edificios más altos. Allí posó a la sirena y dejó su ropa encima suya para cubrirla junto con su capa negra (que le quedaba pequeña y rara, ya que la sirena solía llevar tonos claros y pasteles).
Su llanto se calmó al cabo de unos minutos, haciendo que solo quedasen hipidos y lágrimas, las cuales se negaban a parar. YoonGi esperó pacientemente agarrando una de sus manos, haciéndole saber que seguía ahí.
—Fue en la pelea...—susurró intentando normalizar su respiración. —O eso creo...—YoonGi le dió un pequeño apretón en su mano. Que la sirena dudara era demasiado extraño incluso para él. Jin tragó saliva y movió su mano libre para quitar las lágrimas de sus mejillas, teniendo recuerdos de la última vez que había tenido que hacer aquello. —Tae y JungKook se acababan de declarar, me acuerdo perfectamente...—las pequeñas gotitas bailaron con gracia entre sus dedos. Éstas tenían un brillo distinto a cuando el agua era controlada por TaeHyung, pero no dejaba de ser precioso. —Yo molestaba a Jungkook diciendo que tendría que cambiar de aspecto para que alguien como TaeHyung se fijase en él...—YoonGi le observó a los ojos entonces, dejando las gotitas de lado —No me di cuenta entonces que estaba intentando que JungKook dejara de tener ojos solo para TaeHyung...—una sonrisa triste salió de sus labios, haciendo que más lágrimas bajaran por sus mejillas. Éstas fueron a reunirse con las demás en sus dedos. YoonGi evitó decir nada de momento. —Me alegré cuando finalmente se declararon. —afirmó levantando su cabeza y cerrando los ojos para evitar que cayeran más lágrimas —Joder, hasta les vi besarse por primera vez. Pero...—y se quedó callado suspirando con calma.
—Pero algo no se sentía bien...—terminó YoonGi por él. No es como si él supiera mucho de relaciones, las aborrecía en general. Pero ya había visto a HoSeok sufrir de desamor en la base y se habían pasado horas hablando de ello. A diferencia de Jin, HoSeok comunicaba lo que sentía en el momento en el que lo sentía. Jin aguantaba con sus pensamientos y preocupaciones hasta que éstos podían con él.
—Mi cabeza se alegró por ellos, de verdad...—colocó entonces una mano en su pecho y se encogió en su sitio. —Pero, p-pero mi corazón dolió. —su voz se quebró entonces. YoonGi quiso abrazarlo pero sabía que antes debía hacer que sacara todo lo que tenía en su interior. —Cuando le vi herido, YoonGi —le observó fijamente—, cuando le rescaté, entonces me di cuenta de que JungKook no era un amigo más, al menos no para mí. Y sabía perfectamente que no era correspondido y que nunca lo sería. Pero fui estúpido. —su ceño se frunció y más lágrimas salieron de sus ojos por su rabia. —En el fondo lo sabía y sabía que estaba haciendo mal haciendo creer a JungKook que no era suficiente para TaeHyung, que no se fijaría en él...—se encogió de hombros—Eran bromas, pero ahora ya no las veo así. Las veo como un desesperado intento de llamar su atención...
—Jin, —una de sus heladas manos cayó sobre su hombro—no elegimos de quién nos enamoramos.
—Sí lo hacemos YoonGi. —respondió con ironía—Porque de entre todo el mundo elegí a un insignificante lobo que desde el primer momento había dado su corazón en bandeja a otro. —YoonGi cerró la boca ante aquella repuesta, no pudiendo negarla o contradecirla. —Tal vez al principio le vi como un reto, le vi como una manera de verme mejor que TaeHyung. Tal vez pensé que consiguiendo a JungKook dejaría a todos claro que era mejor que él. —YoonGi negó no pudiendo creer sus palabras—Mi propio egoísmo me hizo acercarme a él y el karma me hizo quererle. —rió dolorosamente y con cierta amargura. —Supongo que me merezco sufrir de esta manera...
Un silencio sepulcral inundó aquél lugar mientras el vampiro procesaba la mueva información. Jin estaba enamorado de JungKook. Siempre lo había estado. Y la sirena lo había escondido y negado hasta que había sido demasiado doloroso y había salido desbordado de su interior.
—P-pero, entonces, todas las peleas con TaeHyung, sobre sus parejas, lo que hacía con ellas... Cuando le reclamabas las cosas que hacía...—Jin le observó con un semblante demasiado neutral como para estar llorando.
—En principio lo hacía porque no podía soportar que a quien más había amado JungKook se estuviese entregando de aquella manera a cualquiera.
—¡Es su vida, Jin!—le dijo entonces no pudiendo contenerse.
Una cosa era amar a alguien y sufrir por no der correspondido, y otra muy distinta era obsesionarse con ello y atacar a tus amigos sin razón. —¡Él tiene derecho como todos a sufrir y conllevar el dolor como quiera! —Jin se quedó paralizado pero sin emitir ninguna expresión.
—Lo sé...—soltó entonces. —¿A veces no piensas que sin TaeHyung o los akuanas todo habría sido perfecto?
—¿Qué? —YoonGi ya no daba crédito a lo que estaba escuchando.
—Piénsalo: por culpa de TaeHyung nos atacaron en la escuela. Si no hubiera sido por él, no habría ocurrido nada...—Jin se mantuvo pensativo ganando fuerza al verbalizar sus ideas —Es más, ¿Para qué está esta base? ¿Para proteger a las criaturas de los humanos o para proteger a los akuanas de los humanos? —YoonGi se levantó entonces de donde estaban sentados soltando su mano con un poco de agresividad.
—¿Por eso no te uniste a ningún Cuerpo? No crees que esta lucha te incumba. —Jin se encogió de hombros como si no le importase.
—No es a mí a quién persiguen los humanos...

Akuana [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora