Pasaron el resto del camino andando a buen paso y conversando cuando el momento lo indicaba. Todos estaban bastante entretenidos en el hecho de ponerse al día sobre todo lo que había pasado en esos seis años. JungKook con el paso de las horas empezó a sentirse como en antaño. Con las anécdotas graciosas de HoSeok comentando lo mal que lo había pasado con las cucarachas cuando se mudaron a aquella base subterránea. También se rió a carcajadas cuando Jin le comentó el asco de comida que servían en las cocinas del lugar. Él supo desde el primer momento que aquello era algo que debía cambiar, por su bien y el de sus compañeros. Así que se sacrificó por todos y cambió el menú. NamJoon se rió como nunca delante de todos ante aquello. YoonGi también relató alguna anécdota destacable de sus primeros días bajo tierra. Lo cierto es que el vampiro se lo había pasado bastante bien junto al hada. Ambos se habían hecho grandes amigos, casi como uña y carne, pero HoSeok acabó admitiendo que le había llevado un largo tiempo que el vampiro saliese de su cáscara. Ahora bien, se notaba que ambos habían estado el uno para el otro en lo bueno y en lo malo. La química que tenían se respiraba y JungKook podía entenderla. JiMin y él eran como ellos: juntos en las buenas y en las malas, para siempre.
Durante todo el trayecto no se acercó a Taehyung y decidió mantener sus distancias. No quería incomodar más de lo que ya lo había hecho a su amigo, así que decidió mantener un ancho espacio entre ambos.
Para su mala suerte, la noche cayó sobre ellos antes de que alcanzasen la aldea. JungKook frunció el ceño preocupado y JiMin y NamJoon le observaron también inquietos. Los chicos le habían visto pocas veces transformado ya que él mismo se encargaba de desaparecer en luna llena o cuando necesitaba cansar esas ansias animales que su cuerpo tenía. Por eso estaban con los ojos abiertos de par en par y expectantes ante su cambio.
—JungKook, ¿Seguro que estás bien con esto? —le preguntó JiMin mientras el padre de JungKook repartía sus pertenencias entre los demás para poder transformarse sin problemas. JungKook miró de reojo a TaeHyung, quien serio aceptaba la carga extra. Con las cejas fruncidas encaró entonces a NamJoon.
—No lo sé. —se sinceró—Pero estaré bien, no es la primera vez en cinco años que me transformo, chicos. —aquello había ido con intenciones de relajarles pero sabía que en el fondo siempre estarían ansiosos por su bienestar.
—Ten cuidado. —le advirtió NamJoon. —Confiamos en tu padre, pero si tenemos que actuar—dijo encendiendo uno de sus dedos con una llama tímida—, no dudaremos. —JiMin asintió dándole seguridad a JungKook. Si algo malo pasaba ellos cuidarían a los demás, no debía temerle a nada.
Respiró hondo y asintió. Después les agradeció que mantuviesen un ojo puesto en él y siguió a su padre hasta detrás de unos árboles lo suficientemente espesos como para estar desnudos sin que los demás les viesen. Con un asentimiento se empezaron a quitar la ropa y su padre sonrió orgulloso ante el cuerpo crecido y musculoso de su hijo. Con una sonrisa boba y un golpe en la espalda su padre se transformó en un lobo canoso y un poco endeble. Se notaba que el hombre ya no estaba en su juventud, pero seguía siendo uno de los más fuertes. A continuación con una sonrisa segura se transformó en su lobo. Cuando ambos lobos se reencontraron, el mayor le dió un lametazo enorme en la cara que dejó sorprendido al más joven. Salieron erguidos y orgullosos de entre los matorrales y se acercaron al grupo para que subieran con sus pertenencias. Todos se sorprendieron al ver a JungKook más alto y fuerte que su padre, manteniendo sus ojos dispares y mechones blanquecinos en la mitad de su cabeza. Con una risa orgullosa NamJoon y JiMin corrieron a abrazarle y acariciar el pelaje negro. El lobo recibió con gusto sus carantoñas y después les indicó con la cabeza que subieran a sus espaldas. Los otros tres chicos, HoSeok, YoonGi y Jin se subieron sobre su padre a quien le temblaron un poco las rodillas. Una vez se hubieron colocado la mayoría JungKook se dió cuenta que quedaba uno todavía por subirse a sus lomos. Taehyung se había quedado paralizado ante la imagen de JungKook transformado. Con la boca medio abierta y los ojos casi saliéndose de sus cuencas se acercó hasta donde el lobo estaba esperándole. Con respeto le acarició el cuello y después ascendió hasta los lados de la cara. Estaba asombrado por su suavidad, como la primera vez. Sonrió alucinado y después sus brazos envolvieron una pequeña parte del pecho peludo de JungKook. El lobo se estiró orgulloso y acalorado. El akuana se separó con lágrimas en los ojos y riendo sin parar, la euforia inundaba su expresión. JungKook supo que de haberse encontrado en su forma humana, habría llorado junto a él también.
—Llevaba tanto tiempo sin verte en tu forma...—susurró entre lloriqueos. El lobo se acercó con su hocico para escucharle mejor. —Eres maravilloso JungKook. —con aquello salido de los labios de TaeHyung JungKook sintió su pecho inflarse de autoestima y quiso mostrar su forma en todo su esplendor, pavonearse delante de él como debía, pero la vergüenza le atacó antes de hacer algo de lo que se arrepentiría después. Con un movimiento delicado Taehyung juntó su frente a la de JungKook y respiró hondo, dejando de llorar con calma. Todos estaban mirándoles, así que cuando se apartó se quitó las lágrimas y subió sobre su espalda sin decir nada más. Su padre comenzó el camino y JungKook le siguió por atrás, intentando igualar el ritmo tan bajo que llevaba su padre. Mientras tanto, intentó no centrarse demasiado en las caricias vagas que TaeHyung le estaba brindando en el cuello. Estaba a un roce de volverse un tomate. Agradecía que siendo lobo no se notase tanto su vergüenza. JiMin y NamJoon mientras tanto se mantuvieron entretenidos llenándole de complementarios sobre su forma animal. En su vida había oído de manera tan seguida palabras positivas hacia su transformación. Era bonito ver como una de sus inseguridades era vista con otros ojos por sus amigos. Le hacía sentirse cálido en su pecho y formaba una sensación de calma agradable en su estómago.
Durante el viaje la pareja se acabó durmiendo abrazada y con las manos entrelazadas y en ese preciso instante Taehyung se acercó a su cabeza (ya que era el que se había sentado al principio de su espalda dejando atrás a la parejita).
—Hacía tanto que no te veía así...—susurró para que los otros que iban delante de ellos no les escuchasen. TaeHyung sabía que no podría contestarle, pero algo dentro de eso le gustaba. —Has crecido tanto JungKookie—las orejas de JungKook se estiraron agradecidas de esos complementos—. Todavía recuerdo la primera vez que te lanzaste sobre mí así. —aquello hizo que las agachase al segundo, sintiendo vergüenza. Una pequeña risa salió desde su espalda. Una muestra de felicidad que había echado de menos en todos esos años. —Y ahora estamos en este viaje alocado para saber si realmente esa noche me elegiste como tú compañero...—dijo en un tono más elevado. JungKook decidió no mover sus orejas, o al menos intentarlo para que TaeHyung no averiguase tan fácilmente sus sentimientos.
—Tú también lo elegiste a él aquella noche TaeHyung. —explicó una voz que salió desde las espalda del akuana. Al parecer uno de los dos se había despertado y por el tono de su voz podría asegurar que era JiMin. No era de extrañarse que el chico no hubiese aguantado mucho tiempo dormido, no le gustaba dormir demasiado.
—¿Yo? —dijo perplejo por aquella revelación. JiMin asintió con calma y algo de somnolencia.
—Esto es algo bidireccional. Si la luna te trajo de vuelta es porque tú le elegiste también. —comentó mientras NamJoon se removía y abría los ojos con pesadez. —Esa noche JungKook se mostró ante ti desnudo...—el enorme lobo dió un pequeño salto, haciendo que JiMin se trabase con sus palabras y NamJoon se despertara de manera brusca. —¡Desnudaste tu alma! Te mostraste en tu forma más animal, más pura. —desarrolló JiMin alterado por el ligero salto. —Aunque también te debió de ver en bolas...—y aquello hizo que un gruñido saliese del hocico del lobo, algo que aunque el hada lo negase, causó cierto pavor. Ese gruñido había sonado demasiado amenazante.
—Lo que JiMin quiere decir es que esa unión que tenéis debe ser aceptada por los dos, si no, no habría ninguna. —TaeHyung se tocó las mejillas coloradas girándose para no tener que mirar más a la pareja.
—Y-yo... ¿Elegirte? No recuerdo haber...
—Es posible que esa noche no le eligieras. —terminó JiMin— Pero más adelante igual lo hiciste.
—Yo un día vi cómo se iluminaban las aguas de tu laguna mientras entrabais los dos a bañaros. —completó NamJoon con un ojo medio cerrado. Taehyung escuchó el comentario y tragó saliva. Pensaba que aquello no iba con él, que aquello tenía solo que ver con JungKook. Esperaba que JungKook fuese más poderoso que él, que por eso hubiese conseguido revivirle. Él creía que no tenía voz ni voto, como había ocurrido desde que había vuelto. Había sido un títere para sus amigos y un muñeco de cristal para su familia. Hacía lo que le decían, la mayoría de las veces, y buscaba contentarlos a todos. Pensaba que satisfaciendo a todos encontraría una razón por la cual haber regresado a la vida. Pero tal vez no era tan complicado como había creído. Tal vez todo se basaba en amor.
Tal vez estaba enamorado y eso le había traído de vuelta.
Darse cuenta de ello le dejó sin aliento y JungKook debió de sentir que agarraba su melena con cierta fuerza ya que movió su cabeza en su dirección, intentando averiguar qué era lo que le pasaba. Pero TaeHyung se mantuvo en silencio el resto del camino, sopesando aquella información.
Llegaron a la aldea a altísimas horas de la noche, provocando cierta alteración de sus miembros. Sin embargo, sólo hizo falta verles llegar para saber que eran de los suyos. Con pocas palabras les indicaron sus habitaciones y se despidieron hasta la mañana siguiente. La pareja se decidió acostar junta mientras que HoSeok y YoonGi optaron por la misma habitación. Jin finalmente se unió a Taehyung y JungKook y su padre obtuvieron una habitación en donde recuperaron sus formas humanas y se vistieron. Se dedicaron pocas palabras antes de acostarse y se desearon buenas noches.
JungKook estaba algo inquieto sobre todo lo que estaba sucediendo, sin tener en cuenta la reacción de TaeHyung ante la posibilidad de que él le hubiese aceptado también como compañero. Había demasiadas cosas en el aire y JungKook no sabía cómo afrontarlas.
Esperaba al menos estar más despejado por la mañana.
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Akuana [SIN EDITAR]
Fanfic¡Bienvenido a un mundo donde los humanos están extintos! De aquí en adelante lo único que encontrarás serán criaturas marinas como las sofisticadas sirenas, las criaturas del bosque como los hombres lobo y las hadas de las flores y por último las c...