El "elegido"

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Los primeros rayos de sol acariciaron el rostro alargado y cansado de TaeHyung. Debía haber dormido a penas unas horas por el insomnio que le había provocado la revelación de la noche anterior.
Levantó un poco la cabeza para poder ver si Jin todavía estaba pegado a las sábanas. A su lado no había nadie así que con un suspiro cansado se frotó la cara y se sentó en la cama. Las sábanas se le habían envuelto en las piernas y parecía que no querían dejarle salir aquella mañana. Antes de que pudiese desperezarse y acercarse al baño alguien entró sin llamar y empezó a gritar:
—¡Buenos días dormilón, es hora de levantarse! —JiMin se mostró con una sonrisa enorme en los labios y los brazos a ambos lados de su cintura. Se quedó parado en mitad de la habitación en cuanto le vió y después empezó a gritar y a ordenarle que se preparase. Detrás de él iba un JungKook cambiado y aseado, con el flequillo peinado hacia atrás y ropa seguramente elegida por Jin. Iba tapándose los ojos con una mano y tropezando a cada paso que daba. TaeHyung no entendió nada.
—JungKook puedes destaparte TaeHyung no está desnudo.
—¡Menos mal! —gritó colorado y quitando las manos de su cara. TaeHyung se quedó perplejo.
—Verás, por alguna extraña razón se creía que dormías desnudo o algo así. —explicó JiMin eligiendo la ropa que se pondría ese día.
—¡Es lo que me ha dicho Jin esta mañana! —se quejó con un bochorno enorme. —Yo no soy nadie para interrumpir o quebrantar la privacidad de nadie...—TaeHyung no pudo evitar reírse ante aquello.
—JungKook, ¿Te gustaría que durmiese desnudo? —el lobo se quedó mudo y JiMin se rió ante la audacia del akuana. «Eran una pareja interesante ellos dos» pensó mientras sacaba prendas apropiadas para su amigo.
—¿Qué? ¡No! —dijo de repente—¡Quiero decir! Si quieres hacerlo, hazlo, yo no puedo decirte lo que puedes o no puedes hacer. Eres libre y...
—Vale, JungKook era una broma. —le cortó JiMin haciendo que JungKook se sintiese culpable por el numerito que había hecho delante de TaeHyung. —Tienes que salir de la cama ya. La aldea te está esperando.
—¿A mí? Si es a JungKook a quién deberían estar interrogando y demás. —se removió el pelo turquesa mientras buscaba una manera de salir de la cama.
—Sí, pero es que no siempre se tiene la oportunidad de conocer a una especie histórica y casi extinta. —TaeHyung se quedó pasmado y después asintió a su pesar. Por supuesto que querían verle por eso, como todos. Aquello pareció desanimarle y JiMin decidió que sería un buen momento para dejarles solos. Se despidió de TaeHyung y le indicó que no tardase. JungKook se quedó en su lugar abrazándose el cuerpo. Parecía que quería ocupar menos de lo que realmente ocupaba. El chico era enorme y viéndole tan pequeño en su cuarto le hizo sentirse extraño.
—¿Estás bien? —preguntó el lobo con una voz queda. Probablemente no quería molestarle si se encontraba mal. ¿Cómo le explicaba TaeHyung que él hacía sus momentos malos menos horribles?
—Bueno, he estado mejor. —con un movimiento posó sus pies sobre el suelo frío de la habitación. Las sábanas cayeron por su cuerpo con cierta gracia y después JungKook se acercó un poco.
—Sé que esto es una locura e igual no querías irte y dejar a JiSoo sola, pero mi padre quiere saber esto principalmente por nuestro bienestar y seguridad. —TaeHyung le observó de repente y le indicó que se sentase a su lado. El colchón se hundió con un susurro.
—¿Qué quieres decir con "nuestra seguridad"? —preguntó sin comprender. Que tuviesen algún tipo de conexión extraña sólo supondría una explicación lógica a su vuelta a la vida, ¿No? No tenía más significados, ¿Verdad?
—Mi padre me dijo que si realmente estamos conectados hasta el punto de que la Luna te haya revivido podría significar que si alguno de los dos sufre algún daño más, podría matar al otro. —los ojos de TaeHyung se abrieron de repente. Aquello era lo último que buscaba oír. Él se sacrificaría una y mil veces por el chico de ojos redondos que estaba en frente suya, pero si eso generaba también su muerte, entonces... Entonces ¿Qué? No podría salvarle, tendrían que cuidarse mutuamente. Eso les hacía doblemente vulnerables y sin considerar que a él le perseguía la raza humana entera. Que JungKook y él tuviesen esa conexión no les traería más que problemas.
Por un segundo maldijo a la Luna por haberle traído de vuelta, aunque hubiese sido por amor a su hijo predilecto. Al realizar aquello podría haberle condenado a una vida unida a la suya, con todos los problemas que eso conllevaba.
—Pero, entonces...
—Tenemos que averiguar si realmente esa conexión existe o la Luna te trajo de vuelta por otras razones. —TaeHyung asintió ante sus palabras. Las manos de JungKook habían comenzado a temblar ligeramente y TaeHyung sintió un escalofrío subir por su espina dorsal. Después respiró profundamente y soltó todo el aire contenido.
No tardaron mucho en despedirse y TaeHyung en vestirse.
Salió poco después encontrándose con el mago, que salía de la su habitación con prisas mientras se intentaba abotonar una camisa. Se saludaron cordialmente y se dirigieron juntos hacia la salida.
—JungKook te lo ha contado, ¿No?—TaeHyung frunció las cejas sin comprender. El mago entornó los ojos adivinando que el chico se habría olvidado por completo. —Mantente cerca suyo. —entonces todo tuvo sentido—Estamos en una aldea de lobos y tú tienes un olor especialmente cautivador. Eso sumado a que en unos días haya luna llena puede suponer un peligro para ti. —sin reprochar TaeHyung asintió y se hizo una nota mental: «mantenerse lo más pegado posible a JungKook». Esa idea no le disgustaba para nada.
Abrieron las puertas y justo en frente de ellos se mostraron un grupo enorme de lobos, los cuales se giraron al detectar el olor de TaeHyung. Algunos alzaron las orejas emocionados y otros entrecerraron los ojos, desconfiando de él.
—Buenos días. —les saludó el padre de JungKook con una sonrisa idéntica a la de su hijo. El mismo estaba a su lado, recto y estirado cual largo era. Parecía que estuviese intentado aparentar.
Se acercaron hasta donde ellos estaban y un hombre de pelo rubio y cicatriz en la ceja izquierda le observó de arriba a abajo. Hizo lo mismo con NamJoon.
—Así que estos son los dos especímenes en peligro de extinción. —soltó con una voz ronca y poco amigable. A TaeHyung no le gustó su tono ni la manera en la que le miraba. —Un mago de fuego y un akira. —aquello hizo dar un pequeño salto a JungKook.
—Señor, es akuana, no akira. —corrigió en un tono dulce y delicado. El otro le respondió con un gruñido para nada amistoso.
—No me vengas con tonterías. —soltó con mala vibra a JungKook, lo que hizo que se achantara y bajase sus orejas—Enséñame lo que sabes hacer. —le dijo a NamJoon. El mago pegó un ligero respingo y levantó una de sus manos. Alzó una de sus cejas y levantó su dedo índice. El lobo delante suyo se mantuvo en silencio mientras el mago acercaba su dedo a su cara. Con un ligero movimiento una fina llamarada surgió del mismo, a punto de rozar la piel del líder (o el que parecía serlo). Después asintió y empujó a NamJoon para que apartase su mano de su cara. A continuación se acercó a TaeHyung a quien observó con mayor detenimiento. Después, empezó a olfatear el ambiente y sin decir nada agarró su cuello, manteniéndolo en su sitio para que se dejase oler. Sin embargo, el lobo no pudo disfrutar de su olor ya que otro cuerpo le empujó lejos de TaeHyung. JungKook gruñó con molestia y se interpuso entre los dos con las orejas erizadas.
—Como vuelvas a tocarle de esa manera...—el líder contrario a lo que sus ojos mostraban se empezó a reír. Su carcajada resonó por todo el lugar y se introdujo en la cabeza de TaeHyung, causándole miedo.
—Bueno, pero si el chico va en serio. —se rió con sorna—Para lo que le interesa, claro...—TaeHyung se fijó en los músculos de la espalda de JungKook que se habían tensionado por la acción violenta del otro.
TaeHyung se frustró con él, pero no podía culparle. Por un lado entendía que quisiera protegerle después de haberle perdido y además sabía que no era tan poderoso como había sido cuando se conocieron. Ya ni siquiera podía hacer brillar sus tatuajes, sus habilidades con las aguas tampoco eran mejores.
—Entonces, debemos suponer que es tú compañero, ¿No? —preguntó el líder. JungKook se dió la vuelta sin saber qué contestar y pidió ayuda a su padre. El hombre sonrió intentando calmar la tensión.
—Para eso hemos venido. Os lo expliqué todo por carta...—murmuró lo último sintiéndose horrible.
—Sí, pero quería comprobarlo. Como puedes entender no solemos aceptar a muchas criaturas en nuestra aldea. Preferimos que así sea. —el hombre asintió comprendiendo la situación. TaeHyung se quedó estático y observó lo que estaba sucediendo. El chico de pelo rubio se relajó después, comprendiendo que no le estaban engañando y dejó escapar un suspiro muchísimo más relajado. Después una sonrisa apareció en sus labios y a TaeHyung le dió la sensación de que le quedaba mejor la mueca cabreada.
Una vez la prueba inicial se hubo terminado todos parecieron volver en sí y empezaron a hablar. Un susurro monótono se produjo en el lugar, sin ser realmente molesto. El líder se les acercó tranquilamente y sonrió de lado ante JungKook.
—Joder, sí que eres posesivo chico. —JungKook frunció el ceño.
—Le has agarrado del cuello.
—Iba a olerle. —contraatacó con una voz demasiado grave. Hacía sonar a JungKook como si fuera un niño pequeño.
—No es necesario tocar para oler. —el rubio sonrió de manera pícara.
—¿Seguro que éste no lo ha elegido como compañero? Porque si no lo ha hecho todavía, lo hará en algún momento. —el padre de JungKook se rió entendiendo lo que quería decir. Él no era el único que notaba que su hijo se moría por los huesos del akuana.
—Queremos averiguarlo. Resulta que JungKook también es posible que sea un Hijo de la Luna. —el hombre se frotó las sienes con los dedos. —¿Acaso leíste la carta que os envié? —el lobo rubio se mantuvo pensativo.
—No. —contestó—Pero seguro que mi hermano sí.  —entornó los ojos. —Luego hablaremos de ello. Ahora quiero que me expliques mejor eso del Hijo de la Luna. —el padre de JungKook se dió con la palma en la frente. ¿Cuántas veces más tendría que contarlo?

Akuana [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora