‡Encuentro apresurado‡

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Consiguió escapar del hombre con unas maniobras sencillas y rápidas. Era bastante lento y su puntería no era muy buena, por lo tanto no tardó en conseguir despistarlo y salir volando hacia donde le llevasen sus alas. Con suerte podría alcanzar a los chicos y ayudarles en lo que sea que estuviese ocurriendo. Ése había sido su plan desde un inicio pero estaba claro que jamás lo conseguiría puesto que escuchó un enorme estruendo provenir de un lugar cercano al suyo. Se acercó volando e intentando mantener las distancias. Pretendía oír lo que estaba pasando y ver el panorama antes de meterse de lleno en la situación.
Voló con cuidado y controlando la polvareda a su alrededor para que tapase su camino y a sus afiladas alas.
—¡Cogedle! —ordenó una mujer histérica. JiMin no pudo evitar sentir curiosidad por la manera en la que los humanos se estaban posicionando. Todos ellos tenían sus armas apuntando al mismo lugar y JiMin pudo contar alrededor de unos diez. Contuvo la respiración sabiendo que si alguno de ellos le veía sería su fin. Centró su poder en mover la polvareda lo suficiente a su alrededor para asegurarse que estaba completamente cubierto. Después decidió acercarse de manera cautelosa hacia la criatura que estaba generando tremendo alboroto. Voló por encima de los humanos, evitando cualquier confrontación. De repente, vio a uno salir disparado de entre la polvareda y contuvo su respiración. Todos los humanos que estaban a su vista también parecieron quedarse sin aire puesto que empezaron a temblar. Al parecer no contaban con este sujeto tan sumamente poderoso. JiMin estaba nervioso y ansioso por saber quién era ya que de cualquiera de las maneras estaba de su parte. Estaba luchando contra los humanos así que podía considerarle un amigo.
Avanzó por el aire y cuando por fin apartó la arena para ver al increíble agresor no pudo evitar sonreír, relajarse y preocuparse a la vez. Delante de sus ojos se encontraba TaeHyung, atacando a todos los humanos que decidían acercarse demasiado a él. Lo que más sorprendió a JiMin de todo lo que estaba ocurriendo era que TaeHyung brillaba de manera demasiado intensa, casi le cegaba por completo. Tuvo que taparse ligeramente la cara para poder observar sin problemas. Suspiró agotado y la orda de diez humanos avanzaron hacia TaeHyung entre gritos asustados. Parecían querer acabar con él y TaeHyung, por algún motivo podía levantarles del suelo y podía mover sus miembros sin tener agua alrededor.
Espera.
JiMin se quedó sin habla. ¿Dónde estaba el agua dulce? TaeHyung estaba claramente controlando algo pero, ¿Qué era? Se tapó la boca que estaba de par en par abierta y observó con mayor detenimiento. Le habría encantado haber continuado observando aquella situación desde la lejanía pero de entre unos matorrales emergieron SeokJin con JungKook arrastras, quien al ver a TaeHyung se le iluminó el rostro. JiMin sintió ternura pero aceptó que aquél no era el mejor momento. Sin pensarlo dos veces se abalanzó hacia abajo y empezó a atacar al lado de TaeHyung a los humanos que se acercaban demasiado empuñando sus armas metálicas. SeokJin gritó ante su aparición y vislumbró una ligera sonrisa cansada en los labios de TaeHyung. «Las cosas parecían mejorar, al menos ellos se encontraban bien» pensó mientras intentaba convencerse de que todo saldría bien. Cuatro de siete estaban vivos, al menos por algo se empezaba. Aunque los otros tres parecían haber pasado por un infierno y JungKook y TaeHyung estaban sangrando aún se mantenían en pie.
Jin dejó escapar a JungKook quien corrió hacia TaeHyung despavorido. Le sonrió cansado y le abrazó mientras el otro chico continuaba atacando sin parar a los humanos que, incansables, luchaban por llegar hasta él. Lo cierto era que estaban acorralados y poco podían hacer para escapar corriendo por tanto JiMin se acabó mordiendo los labios empezando a notar la fatiga. JungKook estaba llorando en los brazos de TaeHyung mientras éste continuaba de manera inquebrantable con su cometido de protegerlos. Entre todo el desastre JiMin pudo escuchar a JungKook.
—¿Tae...? ¿Qué estás... qué estás controlando? —le preguntó sin comprender. JiMin y Jin parecían hacerse la misma pregunta puesto que observaron al chico con los ojos muy abiertos mientras manejaba a los humanos de maneras extrañas y grotescas.
—¡Sangre! —les respondió sin aire. Entonces JungKook le subió la manga de su chaqueta y vio todas las grandes y pequeñas brechas que se habían formado ena piel canela. JiMin sabía que aquello no era nada bueno y que TaeHyung debía estar haciendo un esfuerzo el triple de grande.
—¡TaeHyung tienes que parar! —le gritó entonces JungKook mientras le señalaba el brazo herido. —¡Te estás haciendo daño! —continuó, pero el chico de cabello turquesa hizo oídos sordos. Todo parecía indicar que lo sabía perfectamente y que lo había aceptado.
—No puedo...¡No ahora! —le contestó ahogado y casi sin fuerzas. —¡Tengo que protegeros de ellos! ¡Jamás me lo perdonaría si tú...! —entonces los ojos de TaeHyung acabaron en el ojo izquierdo cerrado y herido del chico lobo. Se mordió el labio por la impotencia de haber roto su promesa de protegerle de todo y decidió dar más de sí mismo. JungKook notó el sobreesfuerzo de su compañero y le abrazó con fuerza intentando convencerle de que parase. Mientras tanto Jin se había unido con lo poco que quedaba se sus lágrimas al ataque contra los humanos. Parecían estar a punto de tocarles cuando TaeHyung empezó a brillar por los ojos y perdió toda expresión de dolor que anteriormente había estado en su rostro. En él sólo se podía ver relajación y paz. Levantó ambas manos y consiguió levantar a toda la horda de humanos a la vez, haciendo que un silencio repentino se escuchase en todo el lugar. Jin y JiMin se mantuvieron en silencio no queriendo interrumpir la concentración de su compañero.
Entonces lo único que se pudo escuchar fueron los gemidos dolorosos de JungKook rogándole que parase todo lo que estaba haciendo. Rogándole que dejase de pelear, que no arriesgase su vida de esa manera por él. Pero TaeHyung se había ido y no podía escucharle ni verle. Sólo podía emplear su elemento en su estado más asesino. Levantó a los humanos y los empujó hacia atrás, haciéndoles caer unos encima de otros y a su vez arrebatando sus armas de sus brazos y manos. El hada y la sirena se quedaron pasmadas ante tal espectáculo. Sin embargo no contaron conque llegasen más refuerzos. TaeHyung después de aquello se desmayó en los brazos de JungKook, quién le cogió como tantas anteriores veces.
Sus brechas estaban brillando constantemente y eran muy profundas y grandes. JungKook pensaba que una vez el brillo frenase, éstas también frenarían de brillar, pero no estaba ocurriendo en ese preciso momento. Entonces JungKook le abrazó con fuerza y comenzó a llorar en su pecho descontroladamente mientras otro grupo de humanos se acercaba corriendo para ver lo que había ocurrido.
Aquello realmente parecía ser su final, aquello parecía ser el final, de su historia de su aventura.
JiMin no veía escapatoria posible no tampoco una esperanza a la aue aferrarse. Dejó caer sus manos derrotado y miró a Jin que estaba con los hombros caídos, aceptando la realidad. No había nada que hacer.
Sin embargo, lo que no vieron venir fue  aun mago corriendo por la hierba y por el cielo a un hada asustada. Aquellas serían la esperanza que necesitaban para acabar por fin con todo.

Akuana [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora