Desesperada descendencia

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No supieron cuánto tiempo permanecieron abrazados de ese modo, pero a TaeHyung le pareció poco.
Cuando por fin se separó, bastante renuente, (ya que había notado que había empapado la camiseta del lobo) se encaminó hasta el estanque y se sentó en la orilla, como en antaño. Metió sus pies en el agua y se quitó las lágrimas que aún caían por sus mejillas. El lobo no tardó en acompañarle, evitando mojarse de nuevo.
Con una respiración profunda y sin necesidad de hacer preguntas TaeHyung empezó a hablar.
—Cuando ocurrió la pelea y yo regresé, lo primero en lo que pensé fue en mi familia. —relató. —El humano que me retuvo me dijo que acabaría con todos ellos y, por alguna razón, no pude sacarme de mi cabeza a aquél monstruo con mi familia, haciéndoles todas las maldades del mundo... —cogió aire y sintió como su cuerpo tembló, recordando los interminables días anclado a una camilla, esperando por su recuperación, totalmente sólo con sus pensamientos. JungKook acercó su mano hasta la de TaeHyung y le rozó con sus dedos. Ese pequeño gesto le recordó que no estaba solo. Le dió fuerzas—Así que, en cuanto pude caminar fui a buscarles e intenté dejarles en un lugar seguro. Los chicos me acompañaron hasta allí y, aunque por un tiempo estuvimos viviendo en mi casa, supe que debía sacarles de ese lugar si pretendía protegerles de nuestros asesinos. Así que hablé con quién tuve que hacerlo para poder esconder a todas nuestras familias hasta que las cosas se calmasen. Tardé varios meses pero al final mi plan tuvo éxito. —una pequeña sonrisa se formó en sus labios al ser consciente que al menos había podido hacer eso bien. —Cuando por fin nos asentamos en la base las cosas empezaron a ir a peor. —sus ojos se cerraron unos segundos —A mi madre se le metió en la cabeza que nuestra especie estaba en peligro de extinción, que no es mentira, ya que somos muy pocos y no se conoce a otra familia como la nuestra.—suspiró— En fin, a ella la noticia no le sentó muy bien. Que todos le dijeran que realmente quedábamos muy pocos sólo fue la afirmación de sus pesadillas. Así que, decidió que debíamos multiplicarnos. —los ojos de JungKook se abrieron y TaeHyung le sintió un poco tenso. —Como yo soy el mayor de mis hermanos y mis padres ya están mayores, mi madre intentó buscarme una pareja. Como era muy joven entonces pensó que buscándome una pareja a temprana edad me haría tener hijos antes... Así que inició su plan de casamentera. —JungKook sonrió con un poco de pena ante aquello. Sus manos estaban totalmente entrelazadas y unidas cuando empezó a relatar lo que su madre había planeado—Empezó presentándome sirenas, pensando que congeniaría mejor con criaturas del mismo elemento. No salió como esperaba y me sentí mal por tener que compartir mi tiempo con alguien que no me interesaba. —se sinceró al completo. Estaba abriendo su corazón tal y como era ante JungKook y sabía que no se arrepentiría. —Durante esos años estaba desesperado por aprender a luchar, aprender a defenderme y salir ahí fuera a vengarme por todo lo que había sucedido. Quería vengarme de los humanos por matarme y por alejarme de ti y mis amigos. Tenía mucho rencor y sed de venganza. Tanta, que me cegó por mucho tiempo. Sólo entrenaba y me ejercitaba. Intentaba mejorar todo el tiempo porque quería estar a la altura de nuestros adversarios. Y sobretodo intenté huir de las obligaciones que me quiso imponer mi madre. Pensé que la idea de conseguir pareja no sería mala, pero entonces me di cuenta que nadie me interesaba ni me llenaba...
«Después de la primera pretendienta llegó otra y otra y otra más. Y ninguna de ellas me gustó lo suficiente. Llegué a pensar que mi madre se cansaría de insistir, pero no fue así. Cuanto más tiempo pasaba más me recriminaba que no tenía pareja y más me perseguía recordando que debía hacerlo por nuestra especie. Que debía hacer esfuerzos por nosotros. Pero yo lo único que tenía en la cabeza era acabar con los monstruos que habían terminado conmigo o averiguar qué había pasado con vosotros. Estaba desesperado por respuestas, por venganza, y no me centré en nada que no fuera eso...
«Cuando alcancé los dieciocho muchas criaturas vivían con nosotros en la base. Algunos eran antiguos estudiantes de la escuela que tenían verdadero miedo por regresar a sus casas y, al igual que nosotros, trajeron a sus familias para vivir un poco más seguros. Fue entonces cuando se corrió la voz de que había akuanas viviendo en la base. Las primeras familias externas que se quedaron, siendo conocidos de estudiantes, empezaron a pregonar por ahí sobre nuestra existencia y nuestra localización en la base. Esto hizo que muchísimas otras criaturas vinieran en busca de verificación. Querían saber si eran ciertos los rumores. Muchos se quedaron y muchos otros simplemente regresaron a sus vidas. Esos fueron los años con mayor afluencia de criaturas.
«Con esa edad toda clase de criaturas me tiraron los tejos e intentaron algo conmigo. Para ese entonces yo me había conseguido guardar. Todas las criaturas con las que había pretendido mantener una relación no me habían resultado suficientes, o simplemente las comparaba contigo y obviamente ellas salían perdiendo...—JungKook sonrió un poco triunfante ante ese comentario. —Es que nadie resultaba ser tan dulce ni tan... JungKookie. Al final di por hecho que era imposible que fuese a encontrar a alguien como tú y decidí romper todas las reglas que me había impuesto mi madre.
«En principio, mi entrenamiento y ejercicio fueron aprobados por mi familia, ya que consideraron que era lógico que quisiera defenderme con uñas y dientes. Sin embargo, al cabo de unos años y viendo que mi obsesión por encontraros y mi sed de venganza no bajaban quisieron expulsarme de todos los cuerpos a los que me había unido. Me prohibieron pertenecer a ninguno que pudiese llevarse a cabo en el exterior, así que, cuando cumplí dieciocho me acosté con una criatura que ni me acuerdo de cómo era y me inscribí en el Equipo de Exploración y Ataque, los que se realizaban fuera de la base.
«Desde ahí gané independencia. Me mudé de edificio, empecé a entrenar como quería y me acosté con las criaturas que me apetecía en el momento en el que me apetecía...
«Creía que era lo que buscaba y que hacer todo eso me haría sentir bien de nuevo. Pero no fue así. Resulté ser un desperdicio para mi familia y un inútil. Tampoco conseguí encontraros y por ese entonces no teníamos equipo que analizase los movimientos de los humanos, así que atacábamos e investigábamos a ciegas. Fue una locura de temporada. Probé sexo de todas las maneras posibles y aún así no me sentí satisfecho. Tampoco estaba bien con mi familia, pero decidí que no me afectaría más de lo necesario.
«Me mantuve así por unos años hasta que encontré a JiSoo, a quien quise criar desde el momento en que la vi.
«Después de que mi madre me presionara en tener relaciones sexuales por tantos años y después de romper todas sus reglas y planes que tenía para mí en una misión, simplemente decidí acoger a una pequeña humana. No sé qué me pasó por la cabeza. Spolo quería darle la oportunidad de vivir como ella quisiera, sin estar atada a ser una humana. Era tan pequeña que simplemente me derretí y la crié. Como es una humana no he podido separarme de ella porque sino la gente de la base podría hacerle daño, así que dejé mi vida de promiscuo y de asesino y me dediqué enteramente a ella...
«Poco después me encontré a un lobo perdido en el bosque con el que dormí...
—Eso me suena—dijo JungKook de repente. TaeHyung rió un poco vulnerable y se apoyó en el hombro de JungKook.
—Siento mucho no haberte esperado, al menos no como tú lo has hecho...
—No te sientas culpable, Tae. —Empezó con voz calmada. TaeHyung se apartó para mirarle a los ojos dispares. —Estabas presionado y, de todas maneras, eres libre de hacer lo que quieras. Al igual que yo. Además, no sabías si estábamos vivos o no. —TaeHyung asintió encontrándose estúpidamente reconfortado con esas palabras. Volvió a apoyarse, esta vez en su pecho, y suspiró encantado por haberse sincerado de esa manera con el lobo.
—No te puedes imaginar lo que hacía mi madre con las criaturas que me buscaba...
—Sorpréndeme.
—Les hacía interrogatorios, casi todas las semanas, para saber si nos habíamos acostado. —JungKook rió un poco. —Preguntaba cosas como si yo tenía algún problema, o si ellas lo habían disfrutado...—TaeHyung puso los ojos en blanco. —Fue horrible...
—Desde luego.
—Incluso, hubo unos meses que me cansé y realmente intenté tener hijos. Pero creo que soy infértil. —JungKook abrió los ojos por la sorpresa.
—¿Hablas en serio?
—Sí. No había manera. Así que igual debería verme algún médico. Tal vez la Luna modificó mi cuerpo al recomponerme. Además, he estado sintiendo cosas raras por debajo del estómago. —JungKook no pudo estar más asombrado con aquella nueva información. Pero es que tenía sentido: la Luna le había devuelto a la vida. Nada podía negar que hubiese modificado el cuerpo de TaeHyung a su gusto también. Sintió ciertos nervios en la boca de su propio estómago y tragó saliva. TaeHyung rió coqueto al notar su nerviosismo.
—¿Te imaginas que la Luna me construyó para ser tu mejor amante? —y entonces JungKook podría tranquilamente haber explotado porque no se esperaba esa pregunta. Y no quería contestarla.
—Eh... —y TaeHyung sin tan siquiera preguntar le tumbó en el suelo y se colocó encima de él. JungKook se puso aún más colorado.
—¿Cubro las exigencias del Hijo de la Luna? —preguntó con un tono bajo y grave que puso de punta hasta el último pelo de la cola de JungKook. Aquello no podía ser real. Sabía que moriría de vergüenza en cualquier momento.
—No tengo exigencias para ti, ninguna. —soltó sin tapujos— Me gustas tal y como eres. —dijo con sinceridad dejando descolocado a TaeHyung quién perdió el aliento, de nuevo. Después sus mejillas adquirieron un tono rojizo que hizo que se apartara un poco malhumorado.
—No me digas esas cosas...—murmuró muy molesto.
—¿Qué tienen de malo? ¿No te gustan? Pararé si es así. —TaeHyung se levantó del suelo con rapidez y le observó desde arriba sin poder creerlo. —Solo quiero ser sincero contigo. Totalmente sincero. —reiteró mientras se levantaba del césped también y se limpiaba los pantalones con una pequeña sacudida.
—Son cosas muy bonitas. Me gustan. —contestó con su ceño fruncido. —Pero me ponen nervioso. —JungKook sonrió entonces entendiendo aquello. Ya suponía que su vergüenza y nerviosismo no podía ser único y aquello se lo había acabado de confirmar. A TaeHyung también se le aceleraba el corazón con su cercanía y sus palabras.
—Entonces te diré más...—respondió con una sonrisa empezando a caminar hacia la aldea. TaeHyung sonrió y le siguió teniendo que trotar un poco para alcanzarle. —...y nunca pararé. —y el corazón de TaeHyung no se aceleró sino que bombeó como nunca antes lo había hecho. Como si fuesen a salirle alas y fuese a echar a volar hasta JungKook, en donde se quedaría para que el chico lo cuidase como nunca nadie lo había hecho.
TaeHyung realmente no se estaba dando cuenta de lo profundo que estaba calando JungKook en todo su ser.
O, simplemente, ya lo sabía y le encantaba.

Akuana [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora