Charla con el corazón

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Cuando Jin entró en su casa no pudo evitar sentirse algo extraño. La sirena nunca había estado en su casa más de lo necesario y cuando había sido así, había sido por causa mayor. Así, Jin desconocía donde estaban todas las cosas de su casa, entre ellas, el salón. Por lo tanto, fue JungKook, que con su dulzura le guió hasta el salón. Una vez Jin se hubo sentado TaeHyung le indicó que se fuese a vestir y sin decir nada más el lobo desapareció por el marco de la puerta.
—¿Y bien? —preguntó TaeHyung con tono sarcástico no queriendo perder el tiempo y notando las miradas que le dedicaba la sirena a su chico. Su salón no estaba muy recogido y si alguien que les conociese bien se pasase por allí sabrían exactamente lo que habían estado haciendo. Ahora bien, TaeHyung no sabía cuanto le conocía Jin como para poder intuir aquéllo. Ambos habían cambiado demasiado en esos años como para poder asumir nada.
—Quería hablar contigo. —empezó manteniendo la calma. Su mandíbula parecía tensa a pesar de ello.
—Ya veo. —le respondió TaeHyung cuando el otro estuvo demasiado tiempo en silencio.
Justo entonces, antes de que Jin pudiese contestar con su, ahora, ceño fruncido, JungKook apareció calmando las aguas. El chico sonrió disculpándose por haberle abierto la puerta en esas condiciones y se sentó al lado de TaeHyung con la espalda muy recta y una sonrisa ligera.
—¿Qué ocurre? —preguntó entonces con inocencia.
—Jin ha venido a hablar conmigo, amor—JungKook se sorprendió y abrió la boca como queriendo decir algo, pero Jin le interrumpió.
—Pero puedes quedarte. Es más, casi es mejor que estéis los dos... —le dijo con una sonrisa que no le gustó a TaeHyung. —Venía a hablar y a proponeros algo... —aquello hizo que la sonrisa de JungKook desapareciese. No le gustaba por dónde estaba yendo el tono de la sirena.
—¿El qué? —dijo TaeHyung de manera impulsiva. Jin le fulminó con su mirada.
—Voy a ir por partes. —JungKook y TaeHyung se dedidaron una mirada y asintieron, dándole pie a comenzar con lo que sea que debiera decirles. Ambos estaban expectantes por conocer cual era el problema y qué debían hacer —Primero: me porté con vosotros muy mal cuando estuvimos en la aldea y no os lo merecéis. Es cierto que estabais muy pesados pero es normal en las parejas nuevas... —su tono fue reduciéndose a medida que hablaba como si lo que estaba diciendo realmente no lo pensase. —En cuanto a eso, me disculpo. No tiene sentido que sigamos tensionados por una tontería como esa. —TaeHyung asintió pero no se creyó nunguna palabra. Había sido la sirena la que había iniciado todo aquél drama, no ellos. No entendía porqué estaban compartiendo la responsabilidad de ello. De cualquier manera, no dijo nada porque quiso esperar a que el chico terminase toda su versión. —Y quería deciros, que... bueno...—explicó entonces jugando con sus manos porque sabía lo que debía decirles ahora y que sólo iba a ser una de las primera bombas que traía. —JungKook, me gustas. —declaró sin más. JungKook abrió los ojos sorpendido por aquella noticia tan repentina y miró a TaeHyung sin saber qué decir. El akuana, por su parte, también estaba sorprendido y un poco ofendido. No se podía creer que hubiese sido capaz de decirle algo así con él delante. Estaba a punto de hervir agua con sus poderes. —¿No vas a decir nada? —JungKook tragó saliva en shock. No sabía cómo actuar ni qué decir. Ya le sorprendía mucho que TaeHyung le quisiese, ahora que Jin había declarado lo mismo, todo era demasiado extraño.
—No sé qué decir. Creía que me querías como amigo, no como...
—Ya veo que no he sido lo suficientemente evidente contigo, ¿Eh? —preguntó con encanto y mirando a JungKook con una sonrisilla. —Pero con tu novio sí. ¿No TaeHyung? —el akuana estaba casi echando burbujas por la boca. En el fondo lo había sabido desde el principio pero se había negado a aceptarlo, a creerlo. Que Jin quisiese lo que él tenía solo confirmaba sus sospechas. Y no sólo eso, sino que además el chico pretendía... ¿Quedarse con JungKook?, ¿Qué pretendía haciendo eso que estaba haciendo?
—Eh, —respondió JungKook incómodo. Simplemente no sabía cómo sobrellevar esa nueva información y se le notaba pasmado. TaeHyung no sintió como buena señal que su cola estuviese tensa y erguida. Nada bueno podía salir de ahí. —no sé si...
—Por eso he venido a proponeros algo. —contestó eliminando su sonrisa para mirar al akuana. —Podemos tener una relación abierta.
—¿Qué? —dijeron JungKook y TaeHyung a la vez, sin dirigirse ni una mirada de lo sorprendidos que estaban. TaeHyung simplemente no podía creerse que el chico estuviese haciendo aquello y JungKook estaba más que alucinado. ¿Acaso él no había dejado claro a lo largo de los años que se moría por los huesos de TaeHyung? ¿Acaso él no había sido lo suficientemente evidente? Pensó el lobo sin entender nada.
—¿Qué es eso?
—No. —TaeHyung fue tajante con su respuesta, algo que generó un descontento en Jin más que evidente.
—Una relación abierta, JungKook, es una relación de dos personas que se abren a que una tercera pueda estar también o alguna cuarta. Dos personas están juntas pero están abiertas a nuevos compañeros. —el lobo abrió los ojos sorprendido odiando la idea desde el mismo momento en que la comprendió. El solo pensamiento de ver a TaeHyung besando a otra persona o haciendo las cosas que hacían le revolvieron el estómago y le hicieron sentirse agresivo y violento. TaeHyung le quería a él, y ya. ¿Cuál era el problema con eso?
JungKook había oído hablar de ese tipo de relaciones entre los de su especie. Entre lobos, el poliamor era bastante habitual pero no del gusto de JungKook. Él desde que había conocido a TaeHyung y le había elegido como compañero había dejado de siquiera fijarse en otros olores u otras criaturas distintas. Todas ellas parecían demasiado o no eran suficientes. Y, con el tiempo, se dió por vencido.
Pero ahora, estaba en una conjetura en donde nunca se habría podido ver con catorce años. Dos criaturas que adoraba le habían mostrado sentiminetos de amor e interés por él. Y eso le tenía demasiado paralizado para actuar o decir nada.
—Por eso mismo iba a proponer a TaeHyung una relación abierta conmigo. —JungKook entonces pensó y observó a TaeHyung. El chico estaba con los ojos brillosos y mirando sus manos descansar encima de él. En cuanto JungKook lo notó se acercó más a él y se olvidó de Jin por un segundo.
—Podemos hacer lo que quieras...—dijo TaeHyung entonces con una voz queda que intentó que sonase estable. JungKook notó sus nervios y suspiró. Después se acercó más y colocó ambas de sus manos en las mejillas del chico. Entonces TaeHyung sonrió con un poco de dolor.
—Yo sólo te quiero a ti...—contestó mirándole fijamente. Jin ante aquella respuesta se quedó paralizado. Era imposible que aquél lobo estuviese rechazando directamente una oferta como la que le estaba ofreciendo. ¡Podía tenerles a los dos! ¡A la vez! Si quisiese los dos podrían estar a su merced de manera diaria. ¡Viviría como un rey! Pero eso la sirena no lo entendía. No entendía que JungKook se había criado con poco y casi nada. Y que cualquier cosa que tenía la cuidaba y la atesoraba con cariño y amor hasta que ésta no se podía quedar a su lado por más tiempo. JungKook amaba lo que tenía, aunque no fuese mucho, y lo más importante, le bastaba. Jin por su lado había tenido todo lo que siempre había querido y más. ¿Para qué elegir una cuando podía tener todas? Pero nadie podía culparle de que no entendiese al lobo. Así que, cuando vio que JungKook tenía intenciones de besar a TaeHyung para calmarle se levantó haciendo ruido. Ambos se alertaron y le observaron asustados.
—¿Cómo puedes rechazar algo así? ¿Acaso eres tonto? —y JungKook frunció el ceño entonces.
—No, eres mi amigo, Jin, y te quiero como tal. —respondió levantándose también y encarándole. —Pero llevo toda mi vida detrás de TaeHyung y le quiero con locura. Jin, hasta una diosa nos ha unido... —le intentó hacer ver que no había manera de que pudiese estar con él, porque hasta su deidad lo había aceptado. Él también podría hacerlo.
Jin frunció el ceño aún más y sintió pequeñas lágrimas saladas formarse en sus ojos. Aquello simplemente no podía estar pasando. Su plan no tenía fallos, ¿Cuál era el problema entonces?
—¿No puedo hacer nada para que estés conmigo?—le preguntó entonces a la desesperada, tirándose a sus brazos. JungKook le agarró para que no acabase en el suelo pero se asustó en sobremanera. No pretendía que Jin acabase así con él. Pero no podía hacer nada. Si el chico debía sufrir un rechazo debía hacerlo. —He esperado por ti seis largos años, no puedo dejarte ir así...—soltó con las lágrimas corriendo por sus mejillas. JungKook ante eso se sintió mal pero simplemente le abrazó con fuerza e intentó que sus sollozos quedasen escondidos en su pecho. TaeHyung por su lado no podía dar crédito a lo que estaba viendo. Jin simplemente había perdido la cabeza y estaba desesperado por coneguir al lobo. Su actitud no le gustó para nada y sin más sintió un escalofrío en su cuerpo. Todo parecía ir de mal en peor en su relación con la sirena y TaeHyung ya no sabía qué más hacer.
Era cierto que se había asustado con la propuesta debido a que él había pertenecido a varias relaciones abiertas y participado en algún que otro trío. Todos esos casos habían generado malas experiencias, horribles realmente. Odiaba con locura a todas las criaturas con las que había intimado en esas relaciones porque le habían tratado como un juguete sin sentimientos. Por esa misma razón se había negado a participar en más. Sin embargo, cuando vio a su compañero no reaccionando frente a lo que decía la sirena su mente se llenó de malos recuerdos sin poder evitarlo. Y, obviamente, no podía obligar a JungKook a hacer algo que no quisiese. Si el chico quería unirse a una relación así, él no pondría objeciones, aunque realmente estuviese en contra. A pesar de esto, había estado de suerte cuando el chico le recalcó que sólo le quería a él y que una relación abierta no le parecía nada apetecible. Había sentido tanto alivio que había estado a punto de llorar.
Pero JungKook era más maduro y parecido a él de lo que nunca había creído.
—Jin, no quiero estar contigo. —le dijo con voz baja y calmada. Al chico aquéllo le sentó fatal. JungKook hizo una mueca al escuchar su queja en lloriqueo. —Quiero a TaeHyung, es así. Nunca habría imaginado que podría hacerle daño a alguien queriendo y cuidando de otra persona, pero ha pasado, y lo siento muchísimo...—TaeHyung sonrió enternecido. JungKook sabía lo que había que decir. Tal vez no estaba siendo lo duro que debería pero al menos estaba dejando las cosas claras. —Quiero ser tu amigo, a pesar de todo esto, y seguro que TaeHyung también. —Jin le miró y el akuana le dedicó una sonrisa corta. —Pero eso ya depende de ti. Podemos ser amigos, estando TaeHyung y yo unidos o separados de ti... Tú decides.

Akuana [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora