Relajación

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Hola humanos n.n he vuelto de mi siesta de una semana (ja ojalá sí durmiera) para darles la nueva entrega con mucho (mucho) amortz ;D

PDV: Jazmin
Eran casi las 9 cuando me di cuenta que el suero ya se había terminado, por lo que me pude quitar definitivamente el catéter. Lo sé, tanto drama para eso, pero sólo quienes hayan traído puesta esa cosa sabrán lo incómodo y horrible que es.
Habíamos pasado el rato viendo anime, yo quería ponerme al día con The Promised Neverland pero Yuzuru no lo había visto, así que lo puse desde el inicio porque le llamó la atención cuando le dije el contexto. Lo divertido era que mientras yo necesitaba leer los subtítulos aplicando mis habilidades visuales ninja para ver las imágenes al tiempo que leía, él estaba lo que le seguía de cómodo sólo escuchando.
También entretanto, intenté trenzarle unos mechones, los más largos, aprovechando la maleabilidad que le daba lo mojado del cabello, pues se había duchado luego de darle el Pooh, y se vistió con otro pants, no surprise; pero su cabello era tan lacio y delgado que las trenzas se deshacían apenas las soltaba. Así que me di por vencida y me acurruqué contra él y me rodeó los hombros con el brazo.
-Tengo hambre, creo que debimos pedir la cena hace un capítulo.
-Tal vez- murmuró dejando que su mano resbalara de mi hombro por la espalda cuando me separé con la intensión de alcanzar el teléfono para llamar al servicio, brincándome al otro lado de la cama pasando encima de Yuzuru, lo que le causó gracia -. También tengo hambre, el anime me abrió el apetito.
-Iugh- dije haciendo una mueca buscando en el directorio. En verdad ese anime no abre el apetito. Él colgó el teléfono luego de que marcara los números -. ¿Qué, no querías comida?
-Yev me dijo que hoy habría un espectáculo de danza tahitiana en el restaurante. ¿Quieres ir?
-Es lo que escuché de unos empleados cuando volví, empieza a las 9- vi el reloj junto al teléfono -. Para ahora ya estará todo lleno dentro pero quizá pueda verse desde afuera. ¿Sabes si está abierto el sitio de snacks junto a la alberca?
-Eso creo. ¿Vamos?- yo asentí y nos levantamos.
-Espera, quiero ponerme otra cosa.
-¿Por qué? Ese pants te queda muy bien- bufé para camuflar mi inminente fangirleo por la forma en que enfatizara el muy bien.
-Lo siento, soy vanidosa. Date la vuelta mientras me cambio.
-Te recuerdo que te abriste la camisa frente a mí aquella noche y patinaste conmigo usando vestido, ya he visto parcialmente todo lo que hay debajo de la tela- dijo juguetón mientras se daba la vuelta. Le lancé mi sudadera, dándole en la cabeza. La tomó y la llevó a su rostro -. Cítricos y rosas.
-Baka. Agradece que no te saco del cuarto. Si puedes, cierra los ojos- se rió y fui a mis cajones. Unos momentos después, empecé a quejarme -. Cac. Yu, ¿puedes ayudarme?
-¿Debo mantener los ojos cerrados?- giró a verme, estaba de espaldas a él pero lo veía sobre el hombro. Me puse unas bermudas negras y una blusa lila que tenía un cierre bajo hasta media espalda, dejando la piel descubierta por el escote y un listón que se ataba tras la nuca.
-Mi brazo está dolorido, no alcanzo a cerrarla.
-Te hubieras dejado la playera de Queen- se acercó y me ayudó con el cierre y el listón.
-¿Aunque tenga un hoyito junto a la cara de Freddy?- soltó una carcajada mientras me ponía un poco de labial y quitaba los excedentes para no ir por ahí manchando todo, en especial a Yuzuru, aunque dudaba que pudiéramos portarnos así sabiendo que todos los otros competidores y sus equipos estarían por ahí y al no ser una relación pública, no era gran idea que todo mundo se enterara.
Sobre la camisa, la realidad es que era lo que le seguía de vieja, la tenía hacía unos 13 años, y pese a que estuviera ya rota, tenía valor sentimental.
-¿Por qué no?- extendió la mano para invitarme a caminar con él. Sí, yo quería tomarnos la mano pero entendía el porqué y estuve de acuerdo en eso desde el inicio. Salimos de la habitación, tomamos el elevador y caminamos por el borde de la alberca. Ocasionalmente lo noté observándome, pero apartaba la mirada de inmediato, y sonreía de lado cuando me notaba haciendo lo mismo. Honestamente, si alguien nos veía con atención, se daría cuenta de esa complicidad.
Llegamos en punto de las 9 y para nuestra mala suerte, el chico encargado ya estaba colocando los señalamientos de cerrado.
>>Maldición, llegamos tarde- bufó Yuzuru. Yo le apreté el hombro discretamente y avancé.
-Yo lo arreglo, tú sólo observa- me acerqué, un par de pasos detrás me siguió, me senté en una de las periqueras frente a barra y sonreí de la manera más linda que pude y hablé alegre -. Hola, ammm, Kyle- agregué luego de ver su plaquita -. ¿Me podrías pasar una carta, por favor?
-Lo lamento, ya pasa del horario- dijo neutro. Mi mueca cambió drásticamente.
-Oh, rayos, no me digas que llego tarde.
-Sí, ya estoy cerrando- señaló los letreros, a lo que suspiré pesadamente y me pasé la mano por el rostro.
-Malditos sean los trámites postcompetencia, no podré comer unas papas fritas por culpa de la ISU- eso pareció llamar su atención, y por primera vez notó a Yuzuru.
-Oye, tú eres ese sujeto. El patinador japonés, Hanyu- yo alcé la ceja y ambos lo miramos.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora