Yo los declaro (no) esposos

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Hola humanitos :3 hoy vengo con las prisas porque anduve de vacaciones y apenas terminé el capítulo xD
Ya sé que esta foto es del JN 2021 peeero me gustó para poner aquí n.n

Entramos a la oficina civil y tomé un turno. Fui a sentarme junto a Jaz, quien observaba por doquier, nerviosa o curiosa. No podía saber cuál de ambas emociones era, sus ojos eran iguales pero sus labios cambiaban entre una y otra. Le tomé la mano y acaricié su dorso con el pulgar.
-Tranquila, sólo tienes que firmar unas cosas. Del resto se encarga Tomuya-san.
-¿Qué hacemos aquí, Yu? ¿Por qué no verlo con tu amigo directamente?
-Esss... Un registro de ciudadanía, sí. Así será más fácil para él.
-¿Como un control de población?
-Ajá. Como un bebé, deben saber que vivirás aquí.
-Ya veo, supongo que igual tendría que hacer esto cuando nos casáramos- no le sostuve la mirada, fingí distraerme con una persona pasando.
-Sí. Sí, más o menos- en mi otra mano, estaba girando un anillo que hacía tiempo no usaba porque me quedaba chico, pero para Jaz quedaba perfecto. Se lo mostré y alzó la ceja, interrogándome -. Me aprieta, ¿lo usas por mí?
-Seguro- lo coloqué en su anular izquierdo y sonreí de lado al ver que le ajustaba.
-Te va bien, consérvalo.
-¿Estás seguro?
-Sí, pensé que me quedaría de nuevo luego de bajar de peso pero parece que no. Tus dedos son más delgados, quiero que lo uses por mí- me sonrió con los ojos y acarició mi hombro luego de echarle un vistazo al anillo. Sí, era una representación del matrimonio que firmaríamos, pero no podía decírselo.
-Gracias.
-Y por cierto, el anillo de compromiso... Es tuyo, puedes volver a usarlo cuando quieras- dio una risita y apoyó el costado de su cabeza en mi hombro.
-Ya lo he considerado, pero no se sentiría bien. Tal vez quiero que me propongas de nuevo- la rodeé de los hombros y froté suavemente su brazo.
-Puedo hacerlo.
-Es que tienes un encanto para eso.
-Ok, lo planearé con la condición de que aceptes- susurré en su oído, enterrando el rostro en su cabellera ahora castaña que tanto me enloquecía -. Soy malo para planear esto y me toma mucho tiempo- tiró hacia abajo mi cubrebocas y me dio un beso.
-Tendrás que convencerme- antes de que le respondiera, nos llamaron a uno de los cubículos y noté que avanzaba ligeramente detrás y con recelo.
-Ey, estoy aquí, ¿sí? Deja que me encargue de todo- le tomé la mano con firmeza cuando asintió y caminamos juntos. La invité a sentarse primero y luego yo a su izquierda.
-Buenos días, Hanyu-senshu- claramente el hombre me había reconocido, y me pregunté qué tanto reconocería a Jaz mientras la saludaba e inclinaba la cabeza para nosotros -. Buenos días, señorita. Soy Tanaka Hon.
-Buenos días- respondí el saludo y Jaz me imitó.
-Ah, buenos días- dijo lentamente.
-Ah, ¿habla japonés?
-No realmente- me adelanté -. Sólo lo más simple.
-Ya veo, tendrá que traducir por mí, no hablo inglés- ahí encontré mi oportunidad. Sería mucho más fácil.
-Voy a traducirte, él no habla inglés- Jaz asintió y apretó mi mano.
-Ok, te confío esto- tragué en seco, esa confianza me dolía.
-Dígame, ¿qué trámite requiere, Hanyu-senshu?
-Matrimonio civil- el hombre se quedó helado y volvió en sí cuando Jaz aclaró su garganta momentos después, como dando pauta a que siguiera.
-Ok, de acuerdo... Hanyu-senshu, ese trámite tiene un costo de...
-Lo sé- lo interrumpí pasando sobre el escritorio un sobre con la suma dentro. El hombre lo tomó inclinando la cabeza.
-De acuerdo... Ah, tengo los formatos por aquí- buscó en su escritorio y me pasó una hoja -. Es una copia de los datos que necesitamos de la señorita, yo anotaré las respuestas. Eh, ¿su nombre?
-Jazmin O'Leary- Jaz volteó a verme.
-¿Mi nombre?
-Sí, solamente es así... ¿No?
-Mi segundo nombre es Agmena- murmuró apenada -. Perdón, nunca te dije.
-No, nunca se me ocurrió preguntarte si tenías otro nombre- me giré a Tanaka y repetí el nombre -. Jazmin Agmena O'Leary- volví mi atención a Jaz -. ¿Lo eligió tu papá?
-Sí, por la historia de Hércules. Cuando le pregunté me dijo que mi legado iba a ser fuerte, podía verlo en mí... No sé de qué legado hablaba, no hago nada de mi vida.
Le apreté la mano y la hice mirarme de vuelta.
-Yo creo lo mismo, harás algo increíble.
-¿Fecha y lugar de nacimiento?
-21 de octubre de 1999. Armagh, Irlanda del Norte- eso no lo dudaba, lo sabía casi desde que conocía a Jaz.
-¿Tipo de sangre?- pensé un momento, eso nunca lo mencionó, así que traduje para ella.
-Tipo A- cuando se lo traduje a Tanaka, frunció el ceño pero no dijo más.
Y así continuaron las preguntas en que temo aceptar que de hecho conocí muchas cosas que ignoraba sobre la chica que sería mi esposa en cuestión de minutos...
Mi esposa.
Jazmin, mi Jazmin.
Jaz sería mi esposa.
Me perdí en mis pensamientos, hasta que Tanaka nos pasó un papel. Era el certificado. Me sentí sudar, ahí debían estar nuestras firmas.
-Bien, aquí está el formato. En la parte de abajo irán las firmas. Esposo a la derecha, esposa a la izquierda. Como ambos son mayores de edad, desestimaremos el área de firmas de padres, tutores o testigos. Aquí arriba están las condiciones del matrimonio. Les daré tiempo para que lo discutan y establezcan los términos en caso de que aún no lo hagan, volveré en 10 minutos.
-¿A dónde va?- preguntó Jaz al verlo salir.
-Ah, no sé. A traer algún papel, supongo. Sólo se excusó- empecé a escribir unas cosas en las condiciones de matrimonio.
-¿Qué haces?
-Ahhh, es una descripción de dónde vivirás este tiempo, si aprenderás el idioma, si buscarás trabajar o estudiar. Me remito a lo que has dicho que quieres hacer.
-¿Eso les incumbe?- preguntó sorprendida -. Qué organizaditos. No los culpo, con toda esa gente muriéndose... Deben saber dónde están.
Seguí escribiendo e hice una pausa.
-¿Puedo hacerte una pregunta rara?- alzó la ceja y asintió -. Es súper raro que lo pregunte de repente pero... ¿Sabes si estás en el testamento de Han?
La cara que me puso podía hasta verla a través del cubrebocas, o tal vez era que ya me imaginaba esa reacción.
-¿Eso cómo viene a importar ahora?
-No es que importe... Bueno sí... No... Es... Ah, ya sé que no hace sentido.
-En absoluto. Y no creo que sea tema de conversación, y menos en un lugar público.
-Es verdad, pero sólo estaba pensando que cuando nos casemos, tendríamos que definir condiciones de matrimonio.
-¿Como acuerdos prenupciales?
-Algo así. Y se definen toda clase de requisiciones de los novios.
-Bueno, ¿qué requisiciones puedo tener? ¿Que saques la basura y tengamos sexo diario?- ambos nos reímos.
-Suena simple, me agrada. Claro salvo en época de competencia.
-Seguro, la abstinencia te la respeto- anoté unas cosas en el formato pero me interrumpió su voz -. No estoy en el testamento de Han.
-¿Te lo dijo?
-Yo le pedí que no me listara- fruncí el ceño y me giré totalmente para verla -. Cuando papá vivía, con el sueldo del observatorio y de la CIA no teníamos la gran vida de lujos que ahora pero estaba bien. Ya ves que hasta me pagaban una nana a falta de mi madre. Cuando nos fuimos a Dublín, temo aceptar que gran parte de los ahorros se fue a mi estúpida búsqueda de respuestas de a dónde había ido mi padre y cómo hacerlo volver... No puedo decir que Han nos salvó de morirnos de hambre pero hizo mucho bien a nuestra situación. Al inicio pensaba que mamá sólo se casó con él por el dinero, pero resultó que sí amaba al antipático ese. Dani siempre fue heredera universal, hasta que llegamos y le legó a mamá el 50%. Cuando cumplí 15, Han quiso modificar nuevamente el papel para incluírme pero lo rechacé frente al notario y el abogado cuando me llamó a su oficina a hacerlo de mi conocimiento, principalmente porque pensaba que era una especie de soborno para caerme bien. Pero creo que ha hecho suficiente con todo hasta ahora, y no quiero su herencia- hizo una pausa para suspirar y me miró -. No me gusta que me den las cosas sin mérito.
-Tampoco por mérito- dije divertido. Luego expliqué -. El cheque.
-Ah, ¿qué más da? Ser la niña rica me hizo ver el mundo diferente, me volví una niña mimada, lo único para lo que trabajaba y ahorraba era para comprar memorabilia tuya, aquellas cosas que no lograba chantajear a Han para que me las comprara, y para quizá un día ir a verte competir o en una exhibición... ¿Qué sentido tienen esas metas ahora? Sé que igual Han me anotó en ese papel algo lo quiera o no... Y no sé qué haré con ello. Nunca he querido ser millonaria y reconocida. Quiero ser ordinaria.
Le alcancé la mano y entrelacé los dedos.
-No eres ordinaria.
-Tampoco puedo volver a ser un fantasma de la sociedad, me pusiste en el mapa- me reí y me acerqué a pegar la frente a la suya.
-Jaz... Por lo que dijiste, sé que vas a querer golpearme o algo y quizá te enojes, pero no me importa. Voy a cambiar mi testamento para incluirte.
-Alto, ¿¡tienes una de esas cosas!?
-Sí, ¿por?
-Tienes 25.
-No soy inmortal- tiró de mi cubrebocas y del suyo, casi arrancándolos, y me besó. Un beso fijo y largo.
-Te prohibo morirte, Yuzuru Hanyu- le di una sonrisita y acaricié su mejilla. Sus ojos brillaban con lágrimas contenidas pero emanaban... Dolor.
-¿Me lo prohibes?
-Sí. No voy a perderte. Me muero antes de eso- llevó la mano a mi nuca y me atrajo para besarme nuevamente. Me adelanté en la silla para acercarme a su cuerpo y la abracé. Una vez paramos, permanecimos ahí, nuestros labios aún tocándose apenas y respirando el aliento del otro.
-Aunque me lo prohibas, te incluiré en mi papel- me volteé al formato y continué redactando todo lo que había decidido ya -. Ahora define un 60% del total y de futuras regalías para donarse a la pista de Sendai y otros programas deportivos, y el resto para mi familia. En cuanto seas mi esposa, será 30% para mi familia y el resto tuyo.
-¿Qué?- susurró.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora