Nunca más

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Hola humanitos n.n he vuelto con el draaamaaa 🤭

Quiero aclarar que justo ahora hipotetizaré sobre la "separación" de Yuzu de sus entrenadores y esto es mera ficción, no asumiremos que hay un trasfondo en ello además de volver a Sendai por la pandemia

Sentí que el mundo se me caía encima. ¿Yuzuru... Quería dejarlos? Dejar a sus entrenadores, o sea... ¿O sea, qué?
Mi cara debió ser la peor de todas las caras de sorpresa cliché existentes. Esto iba más allá de lo que me hubiese imaginado cuando me llamara Orser, aunque de hecho me aliviaba que estuviera bien. Por el tono en que hablara, me cruzó por la mente que pudiese haberle pasado algo.
Brian se frotó la cara con fastidio. Ghislain no estaba de mejor humor.
-Jazmin, hazlo entrar en razón- bufó este último.
-Seguro, pero... Primero díganme qué ocurre- dije avanzando hasta estar en medio.
-Lo que pasa es que está hablando incoherencias de volver a vivir en Japón y...
-Eso no me suena como una incoherencia- interrumpí alzando la ceja -. Yuzuru es quien dejó todo por ir a Toronto a entrenar. ¿No estamos siendo injustos aquí? Seamos objetivos.
-¿Pero entrenar solo a partir de ahora sí suena como tal?- claramente Orser estaba molesto. Alcé las cejas y giré la cabeza hacia Yuzuru.
-¿Por qué?- pregunté muy suave.
-Esto se ha vuelto un circo donde únicamente importa que siga siendo el campeón- sus puños estaban apretados a tal punto que parecía que empezarían a crispar. Verlo tan molesto, usando el traje de Otoñal, que me daba vibras de ser todo calma y armonía, contrastaba de tal modo que generaba una dicotomía feroz.
-Pero eso es lo que siempre has querido, ¿no es cierto? Ganar, ser el campeón, inspirar a otros con tu patinaje de una forma que nadie más puede hacer- preguntó Ghislain hostil.
-¡Pero haciendo lo que amo! ¡Empecé a patinar porque me gustaba el patinaje, fui campeón muchas veces para llegar a este punto en que la gente voltea a verme porque lo amaba! ¡Ahora esto de competir sin pensar en lo que quiero sólo me hace odiarlo! ¡Y quiero que la gente me vea, me admire y me recuerde por ser fiel a mí, no por una ambición vacía de medallas sino de objetivos más intrínsecos!- gritó Yuzuru, había caminado un poco hacia los lados, dándome la vuelta. Los entrenadores iban a replicar, pero me paré a medio camino y alcé la mano para disuadirlos de hablar. Nada que dijeran podría calmarlo sino lo opuesto. Ni siquiera sabía si mi presencia o palabras podrían ayudar o... Empeorarlo quizá. Habiendo llegado a conocerlo, me era claro que su personalidad no era todo paz. Era fuego, a veces frío, a veces ardiente. Pero no era paz. Encaré a Yuzuru, estaba rojo del coraje. Tuve que ver hacia arriba, ese día llevaba tenis, sumado a la altura extra que le daban sus patines, me sacaba alrededor de media cabeza. Acerqué las manos hacia sus brazos, pero alzó las manos para evitar que lo tomara -. No, por favor no.
-Está bien, estás de mal humor- acepté mostrando las manos para bajarlas después -. ¿Por qué empezó esto?
-Let Me Entertain You, volvió a relucir el tema- suspiré y posé la mano en su brazo, no pareció molestarle, y froté la tela con firmeza.
-¿A esto te refieres con que quieres volver a hacer lo que te gusta? ¿Tanto deseas esa rutina?
-No hablo sólo de esa rutina, hay tantas cosas a las que he tenido que renunciar de presentar porque no son programas para ser ganador, dejándolas como galas si logro que me dejen hacerlas. Deseo seguir siendo el campeón pero no a costa de dejar de amar el patinaje. Amo el patinaje... Mi patinaje, ese que sólo yo puedo hacer.
Respiré hondo y asentí. Hablé en voz baja muy cerca de él.
-¿Qué harás sino entrenar con ellos, hay un plan B?
-Entrenaré yo mismo, y pediré consejos cuando los necesite.
-No seas soberbio. Aunque te quedes en Japón, necesitas entrenadores contigo.
-Ya lo he pensado mucho, Jaz. Y mucho tiempo he tenido miedo de tomar esa decisión pero quiero hacer algo más, lograr mis ambiciones, convencerme de que soy alguien además de un acumulador de medallas. He disfrutado ganar todo esto como no tienes idea, pero es hora de tomar otros desafíos.
-Te refieres a tu maldito 4A, ¿no es cierto?- nuestros ojos se cruzaron, me sentía sudar. Se inclinó ligeramente.
-Sabes lo mucho que lo deseo. Todo en mi carrera me ha estado llevando a esto. Lo sé. Dijiste que empezara pequeño. Creo que entrenar diferente es el primer paso para ello, no vencer a Nathan Chen- tragué en seco y bajé la mirada un momento, porque su voz reclamó mi atención nuevamente -. Por favor, Jazmin. Necesito saber que no estoy solo en esto. Es una locura y no hay manera de que lo pudiese negar. Y también tengo miedo de equivocarme. Dijiste que me creerías aunque hablara la locura más grande de todas, creeme ahora. Shinjite. Onegai- susurró.
Vi directo a sus ojos, esta vez en serio, y bajo esa furia, pude ver los ojos del chico tímido que me robara ese primer beso, con decisión total en su mirar pero también algo de miedo de no estar haciendo lo correcto y estar a punto de arruinar todo lo ya logrado o de ganar todo lo posible.
Llevé la mano a la cadena de la que colgara bajo la ropa el anillo, tomándola entre pulgar e índice y corrí los dedos sobre esta. Él se relajó visiblemente.
-Tú sabes todo lo que esto significa. Anata wa shinjite- su semblante cambió, la tensión de sus hombros redujo y su respiración se apaciguó -. También tengo miedo, pero no de que te equivoques. Si lo haces, habrá una manera de reivindicar. Temo por tu bienestar, ¿puedes prometerme que estarás bien, que no harás locuras con las que no puedes?
Me dio una sonrisa de lado.
-Tenshi- alcanzó mis manos y besó mis nudillos -. Te lo prometo... Yakusoku.
Di media vuelta, soltándome de él, y levanté el mentón.
-No hay manera de que convenza a Yuzu de no hacer algo que desea. O de seguir haciendo lo que no quiere. Ustedes fueron claros, no debo interferir en lo que hace. Y si confía en que está tomando la decisión correcta, yo le voy a creer. Sé que han trabajado duro por construir un campeón de ese talento innato de un niño con cabello de honguito. He aquí ese campeón. Sólo tienen que empezar a verlo. Darse cuenta de que ya lo lograron. No sean injustos- di la vuelta y caminé hacia Yuzuru. Se inclinó un poco cuando estiré la mano hacia él, la cual posé en su hombro y pegué mi mejilla a la suya porque no iba a dejarle mi labial pintado a apenas un rato de salir al hielo. Él colocó su mano en mi espalda con cariño, rodeando mis hombros. Nos mantuvimos ahí un momento.
-Gracias- susurró en mi oído.
-Ie. Sabes que te debo esto y más. Mucho cuidado en el hielo, te estaré observando.
-Wakatteru- suspiró mientras me iba de largo y nuestras manos resbalaron del cuerpo del otro.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora