Christmas Time I

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Hola hola humanos n.n ya volví con más de la Jaz súper cliché

-Señorita Jazmin, me alegra verla nuevamente.
-Hola, Oz. Lo mismo digo- dije rodeando el auto para acercarme -. Oigan, quiero presentarles a... ¡Ah!
-¡La hemos extrañado tanto, señorita Jazmin!- exclamó la mujer abrazándome con fuerza.
-Olga, me vas a tirar- reí. Oz también me abrazó -. Vaya, cuánto amor. Y sólo me fui menos de 4 meses. Oigan, les quiero presentar a mis acompañantes- dije separándome -. Él es Javier Fernández, el patinador español. Ellos son Oz y Olga, nos ayudan en casa.
-Encantado, mucho gusto- dijo el aludido inclinando un poco la cabeza. Yuzuru llegó a pararse a mi lado y posó la mano en mi espalda.
-Y él es...
-¡Señor Hanyu!- escuchamos a Han desde la puerta.
-¡Yuzuru! Qué alegría que pudieras unírtenos- fue lo que dijo mamá que antes que siquiera saludarme, abrazó al japonés.
-Sí, bueno, él es Yuzuru Hanyu, el patinador japonés con el que llevo obsesionada los últimos 11 años y creo que ahora quieren más al yerno que a la hija. Él es su mejor amigo Javi, el otro patinador que me obsesiona. ¡Ah, hola mamá, Han! También vine yo- ambos se rieron y me abrazaron.
-Ay cariño, estoy feliz de que llegaran. Hola Javier, mucho gusto.
-Javier, ¿qué tal?- saludó Han mientras me rodeaba con el brazo en un abrazo que no me era del todo cómodo pero me resignaba a que de repente Han me quisiera.
-Vengan adentro, van a congelarse- nos indicó mamá antes de comenzar la retirada -. Seguiremos con la decoración mientras tanto.
-Han, por cierto. Tu cacharro casi nos deja varados pasando la salida de Roscommon. ¡Juro que le voy a prender fuego!
-¡Recuerda quién ha pagado toda tu memorabilia!- me agaché por una bola de nieve y la lancé, pero esta chocó con la puerta cuando la cerró para cubrirse. Escuché su risa al otro lado. De acuerdo, no nos llevábamos como perros y gatos pero digamos que simplemente quería un lugar que no le correspondía. Nunca lo vería como mi padre, quizá como un similar pero jamás había estado abierta a ello. Además, Danielle siempre causó discordia y la implícita rivalidad lo envenenaba todo.
-Les mostraré el lugar. Oz, lleva las maletas al pasillo, después tomaremos nuestras habitaciones.
-Como diga, señorita.
-Olga, tengo compras en el asiento de atrás. A la cocina, y que Emi no toque el queso o la crema.
-Seguro, señorita.
Subimos las escaleras que nos separaban de la puerta y dejamos los abrigos y demás en un mueble del recibidor luego de sacudirles la nieve en el pórtico.
-En el primer nivel está la cocina, comedor, sala, la bajada a la cava y el garage- murmuré señalando los lugares, subimos al segundo nivel -. Habitaciones con baños privados y vestidores, un estudio y una disque sala de juntas que más tarde les mostraré- subimos al tercer nivel -. Y acá tenemos el paraíso deportivo que para ser honesta ni siquiera se usa como debería- corrí la puerta y entramos -. Gimnasio, carril de natación, área de nado a contracorriente, duela, un área de gimnasia, una pequeña cancha de squash/tenis, un ring de boxeo en el que nadie me quiere enfrentar. Le dije a Ghislain que no éramos incivilizados, ya ven- bajamos un piso y las maletas ya estaban esperando en el pasillo -. Bien, los dormitorios. Javi, tu habitación será esa, con la puerta verde. Yuzu, puedes quedarte conmigo o...
-Sí- dijo sin dejarme decir más, me sentí sonrojar.
-Ok, mi habitación es esta- señalé una con un grabado de la silueta de un cisne. Tomamos cada quien nuestras pertenencias y entramos a dejarlas.
-Ok, esto me asusta un poco- confesó Yuzuru al entrar y encontrarse con muchas cosas con su cara en ella -. Nunca vi tu habitación del departamento en una pieza, pero presiento que se quedaba corta comparado a esto.
-Y no has visto mi habitación en Dublín- dije entre dientes.
-Y no sé si quiera- se rió.
Salimos y los conduje a la sala de juntas que era un cuarto de juegos con mesa de billar, carril de boliche, hockey de mesa de aire, una canasta de básquet, diana de dardos, un ajedrez y damas chinas en una mesa...
-Esta es la sala de juntas donde Han tiene sus "reuniones muy importantes". Imaginarán que en realidad no son reuniones serias- me giré hacia ellos -. Por el tiempo que estén aquí y siempre que quieran venir así no estemos nosotros, son bienvenidos. Una llamada bastará para que esté a su disposición el lugar. Por favor siéntanse en casa, instálense, usen las áreas. Más tarde los veré para la cena, voy a... Iré a hacer algunas cosas.
-Podemos ayudarte- ofreció el español, ganándole la palabra a Yuzuru. Yo negué.
-No, en verdad está bien. Aquí son muy celosos con los preparativos. Además, son mis invitados.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora