Marry me, Julliet

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Hola humanitos n.n ya volví con más de la propuesta. El nombre lo saqué de Love Story de TayTay porque me gusta mucho esa línea y me pareció súper kawai y adecuado para el capítulo n.n Que lo disfruten :3

PDV: Jazmin
Me había dejado sin palabras. Nunca me cruzó por la mente que jurarle mi amor eterno le daría el empujoncito que esperaba para proponerme.
-Yu-chan- atiné a decir -. ¿Qué... Qué...?
-No tengo ningún derecho de hacer esto, lo sé. Mucho menos permiso de tu madre y padrastro para acercarme a ti así, pero aunque no me lo dieran, lo haría de igual manera. Te conozco hace 3 meses y hemos estado juntos sólo 2. Y aún así siento que te conozco de toda la vida. Y soy claro en que sólo ese tiempo hemos estado juntos porque me parece insuficiente, insignificante comparado al tiempo que anhelo pasar contigo. Lo dijiste, esta y todas las vidas en mi eternidad, quiero que sean tuyas... Quiero ser tuyo y esperaré el tiempo necesario hasta que estés lista, pero este ardor no me deja esperar un momento más para confesarme y no esperaré otra oportunidad... Déjame hacerte feliz, Jazmin. Por favor, hazme el hombre más feliz... Cásate conmigo.
Las rodillas me temblaban tal que no me sostuvieron y terminé arrodillada frente a él. Sentía las lágrimas resbalándome por las mejillas y sentí mi respiración cortándose. Le tomé la mano que sostenía el anillo entre las mías y posó su otra mano encima.
>>Jazmin- susurró.
En un movimiento casi demasiado brusco, tomé el anillo de su mano y me le fui encima en un abrazo que lo venció hacia atrás.
Me abrazó de la cintura y subió la otra mano por mi espalda hasta tomar mi nuca y acariciar con ternura la piel. Mi rostro estaba oculto en su cuello y las lágrimas humedecieron nuestra piel. Me repegué a él, la postura en que quedara él me dejó acunada entre sus piernas y nos permitía estar tan cerca.
>>Jaz- llamó suavemente.
-Hai- repliqué, tan bajo y tan cerca de su cuerpo que ni siquiera fui capaz de escuchar mi propia voz.
-¿Nani?
-Hai!- exclamé sosteniéndome a los costados y me hice hacia atrás permitiéndole sentarse.
-¿¡Hontō!? ¿¡De verdad te casarás conmigo!?
-¡Sí! ¿Acaso lo dudaste en algún momento?- apoyé las manos en sus hombros y me adelanté a besarlo. Posó sus manos en mi cintura y sentí la sonrisa contra mis labios -. ¡Me casaré contigo, Hanyu! Hoy, mañana, en 5 años... ¡Cuando la vida nos lo permita! ¡Seré tu esposa, Hanyu!
Terminamos tumbándonos de vuelta. Sus brazos se cirnieron a mi alrededor y reímos mientras depositábamos besos en el rostro del otro. Rodamos de lado y se quedó a horcajadas mío, apoyando las manos a los costados de mi cabeza, su respiración estaba tan agitada como la mía.
-Quisiera casarme contigo justo aquí, justo ahora, sin importar los invitados o la ropa que usemos. Sólo tú y yo.
-¿Como el día en el motel, con las pulseras?- pregunté divertida y él se rió.
-Sí, eso sería suficiente. Eso de la boda improvisada sonaba muy bien.
-Pero todavía tienes que ponerlo en mi dedo- murmuré sosteniendo el anillo al frente.
-Cierto- lo tomó y me dio la mano para ayudarme a ponerme de pie. Le ofrecí la mano izquierda, la cual parecía que apenas tocó por la delicadeza de sus propias manos en la mía -. Jazmin O'Leary, ¿serías mi esposa?
-Sí- susurré sonriendo. Alcé levemente el anular de modo que sobresaliera de los otros y deslizó el delgado aro en él. Suspiró casi aliviado.
-Justo a la medida- alcé la mano a la luz de la luna para apreciarlo realmente por primera vez ya que la emoción del momento me hizo pasarlo por alto. Era un aro plateado, probablemente plata u oro blanco, delgado y con un engarzado simple sosteniendo un diamante aparentemente azul cortado en forma de corazón pero con diamantes incrustados en el aro.
-Es muy hermoso.
-Lo es, ¿no es cierto? Y por cierto ten- me entregó otro anillo, el cual hacía tiempo no usaba justo porque no sabía dónde lo había puesto. Era de mala calidad, tanto que el usarlo con la piel mojada causaba que esta se pintara, así que perderlo no me había molestado realmente -. Lo dejaste en mi baño el día que te embriagaste.
-Ah, ya decía- reí tomándolo -. ¿Por qué lo conservaste todo el tiempo?
-Porque era tuyo, y quería tener algo tuyo pero no sabía cómo pedírtelo sin parecer... Extraño. Y después me fue de mucha ayuda para elegir la medida correcta. Pude saber que debía pedir una talla más grande porque el anillo te apretaba ligeramente ese dedo. Tuve tiempo de sobra para ver la mano con la que me abrazaste esa vez- no pude evitar sonrojarme -. Te lo devuelvo ahora.
Yo negué suavemente y se lo ofrecí.
-Puedes conservarlo, si quieres- negó enérgicamente.
-Lo tomé sin permiso, te lo quiero devolver- asentí y lo guardé en el bolsillo de mi chamarra -. Confesaré algo. Había anillos mucho más hermosos, más elaborados... Y claro más costosos... Lo lamento, este fue el que pude comprar en el momento y...
-Basta... Jūbun desu- murmuré -. Es hermoso. Y Yuzu, el costo del anillo no importa, es simbolismo nada más... Y tampoco me importa el apellido, no me interesa ser la esposa de Yuzuru Hanyu por el peso que ese nombre tenga, ni siquiera por lo mucho que te admiro... Quiero ser la esposa de ese chico que es humano como yo, que me ha hecho explotar de emociones, que me escucha, que me protege, que no quiere que alguien intente hacerme daño nunca más, que sin conocerme siquiera, sólo con verme un momento, supo que me amaba y me amaría siempre. Yo te amo por ser quien eres aquí- murmuré poniendo la mano en su pecho -. Ore wa... Quiero ser esposa de Yu-chan. Boku no Yu-chan.
Colocó su mano sobre la mía y la aferró mis dedos. Avanzó con decisión, haciéndome retroceder algo rápido hasta que mi espalda topó, no con fuerza, contra el tronco del árbol más cercano, donde se adelantó y por un momento creí que me besaría, pero simplemente se quedó a unos cuántos milímetros de distancia de mis labios. Corrí los dedos por su mejilla y labios, y él colocó la mano en mi cuello, rozando la mejilla con el pulgar.
-¿Hay una palabra más fuerte que "Te amo"? Porque la necesito justo ahora- lo tomé de la nuca y lo atraje.
Su beso fue muy suave, lento y casi hasta religioso. Nuestros cuerpos estaban pegados tanto como era posible, amoldándose uno con el otro, y sus manos me aferraron el torso, encogiendo los dedos sobre la tela. Al separarse, pude escuchar su respiración más pesada pero lenta, y acarició mi mejilla. Posé la mano sobre la suya y lentamente la conduje hasta mi cuello, haciendo parecer que me sujetaba de él. Entonces se rió.
-¿Ya entendiste a qué me refería con el collar?
-Eres terriblemente pervertida- dijo divertido, y bajó aún más la voz -. No es que me queje.
Le puse los brazos sobre los hombros y me atrajo rodeando mi cintura.
-Volvamos ya, quiero que te quedes conmigo hoy.
-Eso me encantaría. Quiero hacerle el amor a mi prometida- mis mejillas se enardecieron y pese a la poca luz, podría asegurar que él tuvo la misma reacción.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora