Christmas Time II (I'm Mrs. Snow)

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Hola humanos preciosos :3 después de una semana de incertidumbre, por fin volví jijiji

La puerta se cerró detrás nuestro aunque no inmediatamente, tuvimos tiempo suficiente para sentarnos en uno de los sillones. Estábamos juntos aunque no precisamente, había un espacio del sillón entre ambos.
Ellos no se veían molestos pero tampoco se alegraron como el resto. Angela se paró junto al escritorio y Han se sentó tras el mueble con cara de pocos amigos.

 Angela se paró junto al escritorio y Han se sentó tras el mueble con cara de pocos amigos

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Jaz no parecía preocupada, hasta estaba tranquila. Supuse que era porque en realidad no sentía que fuesen a hacer un escándalo al respecto, o por las interminables veces que la regañaban por todo lo que había hecho alguna vez, pero yo estaba aterrado, a como no recordaba haberlo estado cuando quise confesarme a Jaz o cuando planeaba proponerle en el restaurante o cuando lo hiciera en el parque... No me asustaba que quisieran oponerse, esa parte más bien me preocupaba porque no quería asperezas con ellos y de hecho de cierta forma ya esperaba esta reacción y lo entendía. Jaz era muy joven y nuestra relación no había sido duradera. Posiblemente en Japón no sería raro hacer propuestas de matrimonio prematuras, pero ellos estaban a un mar de diferencias de mis connacionales. Estaba aterrado y no sabía por qué.
-Esto es...- empezó Angela -. Bueno, creo que...
-Lo que tu madre quiere decir, Jazmin, y yo mismo, es que la noticia nos tomó por sorpresa, es todo.
-¿Es esto porque se sorprendieron nada más?- preguntó Jaz pausadamente -. Porque esto tiene toda la pinta de ser como cuando me sermoneaban por algo.
-Y también porque es una locura. Eres una chica muy joven, ambos, aunque Yuzu ya está entrando a la edad casadera. Y han estado juntos muy poco tiempo. ¿Por qué tan pronto?- la mujer hizo una pausa -. Jazmin, ¿estás embarazada?
-¡No, no!- exclamamos ambos a la vez, alterados. Cruzamos miradas, y la insté a hablar.
-Sabemos que nuestra relación no ha sido muy larga, pero... Ah, ¿cómo decirlo? Ha pasado tanto que... Yu-chan, ayúdame aquí.
-Inicialmente quise proponerle a Jaz cuando estuvimos en Sendai, pero todo se puso muy raro.
-¿Antes o después del escándalo del motel?- sospecho que la cara de ambos era de total incomodidad.
-Ah, antes- respondí -. Pero hubo algo que me hizo recapacitar en el momento, supe que no estaba listo para asumir una responsabilidad tal como el compromiso, con la mira puesta hacia un matrimonio en algún momento.
-¿Y ahora lo estás? Porque del NHK para ahora han pasado unas semanas apenas.
-Lo estoy, Greene-san. Tengo que decir que conocer a Jaz me hizo madurar en formas que no sabía aún era un mocoso. Y no hablo del aspecto sexual. Después de conocerla, de hablarle, empecé a ver todo desde otra perspectiva, mi vida y carrera, mi yo interno. Descubrí aspiraciones que no sabía que tenía... Todo para mí siempre había sido patinar y ganar, me di cuenta que hay mucho más allá afuera que nunca quise ver. Y quiero todo eso, con ella.
-Y Yuzu para mí ha sido...- Jaz me alcanzó la mano y tuvo que pausar para respirar hondo, su voz estaba cortada por el llanto que trataba de evitar -. No tengo palabras para decirlo. Saben que en mis peores momentos me aferré tanto a lo que me inspiraba, ha sido mi salvavidas, mi ángel, tantas veces. Sólo sé que jamás querría perder eso, quiero mi vida con él, algún día. Sabemos que no sería adecuado ahora, y acordamos hacerlo cuando esté lista, incluso cuando él ya no sea competidor. No sabemos... Pero no hay ni habrá otra persona con quien querría esto.
Habló sin despegar sus ojos de mí, a lo que giré ligeramente hacia ella para tomarle las manos, aunque aún dirigiéndome a los adultos.
-No le propuse para presionar, sólo que ese ardor no me dejaría y mi alma reposó cuando al fin se lo dije. Antes quisiera que hiciéramos tantas cosas, cada uno, juntos. Hay muchísimo más pero...- bajé los ojos a nuestras manos y de vuelta a su rostro -. Amo con el alma a Jazmin. Quiero casarme con ella, que ustedes y mi familia estén presentes para vernos celebrar nuestro sentir, y esa es mi decisión final. Esperaré lo que deba y me ganaré su aprobación si así debo hacerlo, pero por favor, no quieran evitarlo. Odiaría ser egoísta y tener que robármela.
Jaz estaba ahora hecha una mar de lágrimas y en cuanto terminé de hablar, se inclinó a apoyar la frente en nuestras manos unidas, a lo que me incliné también a apoyar la frente en su cabeza y solté una mano para acariciar su cabello.
-Te amo, juro que te amo- la escuché murmurar. Alzó la cabeza y aparté unos cuántos mechones de su rostro y cerró los ojos al apoyar la mejilla contra mi mano que, aunque inicialmente no deseara tocarla, froté mi pulgar en su piel con suavidad cuando lo hiciera. Giró a verlos y susurró -. Por favor. Juro que lo haremos con calma. Pero por favor no me lo prohíban.
Sus miradas eran completamente diferentes a las que tuviesen antes. La mujer se acercó y nos tendió las manos para levantarnos.
-Jamás te prohibiría algo así, mi niña- respondió Angela -. Pero quiero pedirte algo, puedes llamarlo incluso una condicionante... No me gusta decirlo así, pero...
-No, no, está bien- dijo Jaz -. ¿Verdad, Yu?
-Hai, aceptaré sus condiciones en tanto pueda estar con Jaz-chan.
-¿Qué cosa es, mamá?
-Me gustaría mucho que antes de esto, fueses a la universidad- Jaz y yo nos reímos un poco, desconcertándolos.
-Díselos, babe.
-Estoy en trámites con 2 universidades de arquitectura en Toronto para iniciar en mayo en el segundo cuatrimestre del año. Ambos institutos me entrevistaron la semana pasada un día antes de irnos a Japón y estaré haciendo exámenes en cuanto vuelva.
-¿¡De verdad!?- exclamó la mujer emocionada antes de abrazarla -. ¡Oh Dios, gracias! Estoy muy feliz por ello. Sabía que muy pronto querrías seguir estudiando.
Después de eso, fuimos al comedor, donde por suerte las trufas no podían enfriarse. La visión del postre hizo llorar a Angela pero sonreía. Y yo me quedé sin palabras al ver el pudín. ¡Pudín! ¡La sorpresa de la que hablara!
-Jaz, se ve delicioso- dije cuando logré recuperar la conexión con mi cerebro.
-Entonces pruébalo. Espero que el sabor sea tan bueno como la vista, nunca lo había preparado- los otros se rieron y seguramente esperaron a que yo no muriera intoxicado. Al primer bocado, alcé las cejas y lo dejé en la mesa.
-Jaz, no puedes cocinarme, en especial esto... Te juro que engordaré 10 kilos en el primer mes viviendo contigo- sonrió y se hizo hacia adelante para pegar su frente a la mía. Subí las manos por sus brazos hasta sus hombros -. Muchas gracias por todo esto.
-Es un placer- murmuró.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora