Injusto

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Hola humanitos, cómo están? :)
Volviendo de mi letargo, creo que debo explicar porqué desaparecí y no porque deba sino porque de hecho es una ironía, nuevamente, relacionada al fic

Hace algunos capítulos, retraté la pérdida de Jaz de su mascota, Zuzu. Una vez más, veo mi vida reflejada en este fic pues dos días antes del capítulo previo, yo misma perdí a mi bebé peludo y quizá para algunas personas no sea tan doloroso pero para mí mi pequeño era mi mundo porque estuvo incondicionalmente conmigo en una época crucial de mi vida, tal cual toda mi transición de niñez tardía a adolescencia a adulta y estuvo en cada etapa y decisión importante que tuve; crecimos juntos y aún duele mucho pero sé que ahora está en un lugar feliz sin dolor y eso me reconforta al menos un poquito

Dicho un speech que nadie pidió, para ustedes el capítulo que espero disfruten 🖤

Los minutos que tardó en llegar Jaz conmigo fueron casi tortuosos. Al aparecer al fondo del pasillo donde estaba la bajada de las gradas, casi corrió hacia mí y al acercarse, se le notaba el pánico en los ojos. Supe que estaba aterrada de que algo malo me hubiese pasado y al verme se relajó al menos un poco.
Orser había ido a buscarla personalmente, cosa que me sorprendió ya que en otras ocasiones sólo la llamarían. Él siguió de largo en el pasillo mientras Jaz iba a mi encuentro.
-Yuzu, ¿qué ocurre?- se plantó delante mío y frotó mis brazos -. ¿Estás bien?
-¿Sonará ridículo si te digo que estoy teniendo un ataque de pánico?- me observó un momento como pensando y luego negó.
-No. Te creo. No es raro. ¿Qué ocurre?
-No lo sé, yo sólo... Me empecé a poner tenso y nervioso como nunca y no sé qué hacer, estoy sudando a mares y...
-Oye, no hables tan rápido. Tranquilo- se apartó y el cubrebocas y se acercó un paso más, dejando nuestros cuerpos prácticamente pegados -. Haz sumas mentales simples, eso te distraerá. Te ayudará a concentrarte en otra cosa que la competencia. Y respira lento, y profundo. Así- hice lo que me dijo, imitando su respiración y poco a poco sentí que se me aclaraba la mente. Notó el cambio en mi semblante y sonrió -. ¿Te sientes mejor?
-Un poco mejor. Gracias.
-Ahora dime, ¿qué pasa?- suspiré sintiéndome un poco cansado y me quité el cubrebocas. Noté que me había sangrado el labio por morderme de la ansiedad.
-No sé, sólo empecé a ponerme así. No sé cómo dejé de ser racional en un segundo.
-No le busques una razón, no la tienes. Escucha, no hay nada que pueda decirte que no lo sepas ya, eres el rey de aquí, tú y sólo tú, ¿ok? Sea lo que sea, al carajo los competidores, al carajo Orser y los jueces, y al carajo todos los de los equipos que miran en las gradas, o en la transmisión. Las gradas están casi vacías hoy, será como una práctica. Yo estaré ahí enfrente observándote, quiero que patines para mí, ¿de acuerdo? Sólo patina para mí como has hecho tantas veces y estará todo bien, ¿puedes hacerlo?- yo asentí.
-Sí, creo que puedo hacer eso.
-Ven aquí- murmuró y me dio un abrazo muy reconfortante en que acarició mi espalda con firmeza -. Si alguien de camino allá te habla, ignóralo y si alguien te desquicia, dile que se vaya a la mierda. Y si se quejan por ello, yo lo arreglo. Nada te va a arruinar hoy, ¿estamos?
-Ok- nos separamos y tomó mis manos para darme un suave apretón en ellas.
-Y recuerda, diviértete- se paró de puntillas porque los patines me daban una ventaja significativa sobre sus zapatos planos y me dio un discreto beso en el pómulo. Luego frotó ligeramente la piel, posiblemente para quitar el labial que pudiese haberme marcado -. Te veré pronto.
Le devolví el beso en la mejilla inclinándome mientras comenzaba a avanzar. Pasé de largo a Brian rumbo al área de espera.

PDV: Jazmin
Brian me dirigió una mirada y me encontró a mitad de camino cuando fui a su encuentro.
-¿Qué fue eso?
-No lo sé- murmuré -. Nunca lo vi así. Tiene mucho en mente justo ahora pero no sé qué de todo es lo que lo detonó.
-¿Puedo hablar sinceramente, Jazmin?
-Por supuesto.
-Yuzu siempre ha tenido mucho para masticar. Su mente siempre está llena de cosas, pero el patinaje siempre fue lo que predominaba. Hasta hace año y medio, más o menos- esa era una declaración directa y sin maquillaje.
-¿Quieres decir que yo soy culpable de que ahora sea así?
-De que haya más cosas en su mente, ahí dentro lo que ama y lo que lo obsesiona están peleando por el espacio en su cabeza. Pero no decido cuál de ambas eres.
-¿Y qué hago con ello?- pregunté irónica -. ¿Volvimos al momento de odio de todos ustedes hacia mí por aparecer en su vida?
-No me malentiendas. Lo que sea que pase con ustedes es asunto suyo, la situación es que ninguno de los dos está preparado para soltar uno u otro de los lados de este telón. El competidor y el hombre tras las medallas. No mentiré, en un inicio fui hipócrita, pensaba lo mismo que Yevguéniya que destruirías al rey del hielo... Tal vez el reinado ya hubiese llegado a su fin.
Respiré hondo guardando la compostura. Compartía su preocupación por Yuzuru, pero también me sentía atacada aunque sabía que no era su objetivo.
-Hanyu decidirá cuando llegue el final. Y hasta entonces y en tus palabras, voy a sostener con él el telón, no a torcer su mano para que lo deje ir. Y mucho menos lo obligaré a tomar el otro extremo- me giré para irme de vuelta a las gradas pero me detuve un momento -. Yuzu piensa que están contentos de que yo esté en la jugada. Si tenemos un problema ustedes y yo, que sea una guerra fría, no quiero una enemistad pública y mucho menos que Yuzu sepa su verdadera postura. Porque me temo que elegirá bandos.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora