Dolor

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Hola humanos, he vuelto con este momento sad. Nuevamente quise hacer el capítulo con las ideas algo dispersas a como la mente de Jaz y Yuzu estarían.
Disfruten del drama :)

1 mes después
No había sido fácil. Después del procedimiento permanecí hasta el martes por la tarde internada en el hospital, principalmente para vigilarme y asegurar mi descanso. Esto era porque había sido una cirugía mucho más invasiva que un aborto convencional, esta vez tuvieron que hacerme una pequeña incisión en el vientre, como una mini cesárea, ya que era complicado llegar hasta ahí.
Los Hanyu indiscutiblemente se enteraron, lo cual no me hacía sentir ni un poco mejor. Su lástima era palpable, y eso me hacía sentirme humillada.
Para el día siguiente no me sentía con muchos ánimos de ir a clases, y en teoría no debía ir por lo que restaba de la semana, pero era mucho más doloroso permanecer en casa con Yuzu que desplazarme a la universidad y fingir que todo estaba bien, aunque sintiera que me caía a pedazos.
Y Yuzu... Vaya... Me quedaría corta diciendo que estaba pasando un muy mal rato. No sé cómo poner en palabras el sentir que me inspiraba en ese punto. Yo me sentía miserable, él no se sentía tan diferente. Lo más doloroso era que sonreía a la fuerza para darme fortaleza, y yo era plenamente consciente de lo falsa que era esa máscara.
Estuvo conmigo en cada momento de esto, cuidando de mí y mimándome para alegrarme aunque fuese un poco, pero aún nos costaba sobrellevarlo y ni hablar de aceptarlo. Tuve que desahogarme con mi psicóloga, juro que la pobre Mildred debía pensar para ahora que yo estaba maldita.
Volviendo al tema de mis estudios, Satomi estaba algo preocupada por mi estado, porque claramente no le conté lo ocurrido y me la quité un poco diciendo que había tenido un choque, y también por mi rendimiento, por lo que de hecho me estaba presionando y tampoco me hacía sentir mejor.
En la uni rendí parciales al final del periodo, me fue más o menos bien, mejor de lo que esperaría con mi estado actual. Me cruzó por la mente renunciar, dejar pasar el parcial y cursar de nuevo, si tenía suficiente ánimo para ello. Pero no era factible, ya estaba a un paso de terminar y al menos quería saber que una parte de mis esfuerzos de esos meses no había terminado en la basura.
Y al terminar eso, estaba lista para tomar vacaciones. Sin embargo, estaba en un dilema muy fuerte. Día y noche no paraba de pensar en lo que me estaba haciendo física y mentalmente con todo esto.

Y no podía evitar pensar en mi esposo, la única persona en mi vida que compartía mi pena y quien resultaba incluso igual de herido que yo

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Y no podía evitar pensar en mi esposo, la única persona en mi vida que compartía mi pena y quien resultaba incluso igual de herido que yo. Por las malas noticias una tras otra, por verme en este estado. Pensaba también en lo frustrante que debía ser para él ver cesgada la esperanza de tener una familia. Con estos sucesos, sin duda lo veía cada vez más y más lejano. Y dolía saber que yo era ese factor que lo complicaba.
Con todo ello, también me sentía frustrada, rota, inútil en lo más básico de la naturaleza femenina, y me odié por ello. Cabe decir que había pasado algo totalmente extraño y sumamente horrible. El falso positivo de febrero no había sido tan falso como creíamos. Resulta que esa era la concepción que se implantara ectópica tubárica, lo cual supieron hasta la operación, por lo que al examinar el útero en esa ocasión no encontraron nada y pensaron que no existía un embarazo y probablemente se tratase de otro aborto espontáneo.
Así fue como durante todo ese tiempo estuve embarazada sin saber, teniendo mi periodo porque el tejido del útero no albergaba nada y se iba mes con mes. Al mismo tiempo, ese embrión realmente no estaba desarrollándose debido al rechazo de mi organismo. Y debido a que había creado nueva resistencia luego de esto, la incompatibilidad... Bueno, estaba en los cielos. Eso último no se lo había dicho a Yuzuru, aún no sabía cómo decírselo.
Necesitaba tiempo para pensar y poner en orden mis ideas. Y así fue como tuve la idea de ir un tiempo a Cavan. El asunto era que no estaba segura de querer pasar ese tiempo con Yuzu, y no sabía cómo decírselo de manera educada sin que fuese a sentirse herido. No lo dejaba fuera porque no lo quisiera cerca, lo único que quería era perderme en su abrazo amoroso y sincero y olvidarnos del mundo. Pero esa no era la forma en que me abrazaba, lo hacía como si fuese un animal herido y temiera lastimarme más. No le podía pedir que fuese como él era sabiendo que estaba devastado como yo y yo tampoco le correspondía el cariño a como lo haría en otro momento.
Y ver todo eso, me hacía saber que tenía que poner en orden mi mente, tomar fuerzas porque nadie más me las daría. Así y sólo así podría volver a ser el soporte de Yuzu si para después de ese punto seguía sintiéndose igual.
No tenía una manera sutil de plantearlo, en definitiva, así que tenía que cruzar los dedos de no meter la pata masivamente cuando decidiera planteárselo.
Y esa oportunidad, por suerte o desgracia, se presentó muy rápido.

Cygnus: El trazo del hielo --- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora