Caricias

205 20 14
                                    

A la mañana siguiente desperté feliz y con mucha energía, lo primero de lo que me percaté fue de que Albert me abrazaba con fuerza y de que metía su nariz en mi cuello para olerme y darme pequeños besos. Al abrir los ojos lo primero que veo es su hermoso rostro y me gusta lo que veo, después mis manos se pasearon por su espalda que tanto me gusta mientras buscaba con ansias su boca para disfrutar de sus labios que me tienen loca de placer, pasado un tiempo me percaté de que tenía que ir a trabajar y con preocupación observe el reloj, me asombre al darme cuenta de que era todavía temprano y de que faltaban unas horas para entrar a mi jornada laboral.

Jajaja lo que dice mi rubio me causa gracia por que dice " que va a disfrutar de mis besos" si supiera que la que está en éxtasis con cada besó suyo , con cada caricia que el me regala soy yo. Albert hace que me olvidé de todo hasta de como hablar y concentrarme en él para admirar su perfecto cuerpo y sólo consigo mover la cabeza para decirle que " si ", dándole autorización para que él haga conmigo lo que se le dé su gana.

Después de bañarnos me arregle para ir al trabajo mientras que mi amor preparaba el desayuno, para después llevarme a la clínica feliz, se suponía que debía comer el emparedado que Albert me preparo pero no pude hacerlo porque él me distraía constantemente acariciando mis mejillas y cuando él utilizaba la palanca de cambios acercaba su mano a mis piernas para acariciarlas de manera casi imperceptible pero que a mí me aceleraba el corazón y él sabía perfectamente lo que causaba en mí, incluso pude ver su risa de satisfacción mientras que yo sólo podía cerrar los ojos disfrutando de sus caricias y en ocasiones susurraba su nombre como si fuera la única palabra que podía pronunciar, las caricias a mis piernas son cada vez más constantes y atrevidas que en verdad tengo la intención de arrojarme encima de mi amor y sentarme en sus piernas para estar lo más cerca de mi rubio y adueñarme de su boca para besarlo con gran entusiasmo como lo hice en la ducha. Cuando Albert me acaricia cerca de mi entrepierna detiene su mano como también detiene el coche y me acomoda la falda de forma correcta para después decir:

—hemos llegado

Estás palabras me dejan un sabor de insatisfacción en la boca, al abrir los ojos pude ver que efectivamente estábamos a solo una cuadra de la clínica feliz, él me ayudó a bajar del coche y me pasó el brazo por la espalda al mismo tiempo que me daba un beso inocente en la frente mientras que yo intentaba calmar los latidos furiosos de mi alocado corazón como también intentaba caminar de manera decente a lo que agradezco que Albert sea tan amable por llevarme del brazo y de esa forma poder tener equilibrio para desplazarme al mismo tiempo que le reprochaba con la mirada y haciendo pucheros por arrebatarme el placer que me producen sus caricias. Después Albert dijo:

—Candy... Linda voy a venir por ti en la tarde

—si, te estaré esperando... Hmmm te has portado tan mal que no podré dejar de pensar en ti en todo el día

—jajaja, oh! Vamos no seas rencorosa que te he preparado un saludable y sabroso desayuno que por lo visto no valoras lo suficiente —de manera juguetona me tomó la mano donde tenía el emparedado y le dio un mordisco al alimento mientras sonreía satisfactoriamente poniendo una cara inocente que se lo creería alguien que no lo conociera.

Al llegar a la clínica feliz me paré frente a él y le dije:

—tengo que entrar a trabajar

—si... Vez

Al momento de dirigirme a la puerta de la clínica Albert me jaló de la cintura y me dio un piquito, ese besito fugas en los labios conmovió mi corazón provocando que mis ojos se humedecieran porque me recuerda a nuestro primer beso, el beso accide...

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Al momento de dirigirme a la puerta de la clínica Albert me jaló de la cintura y me dio un piquito, ese besito fugas en los labios conmovió mi corazón provocando que mis ojos se humedecieran porque me recuerda a nuestro primer beso, el beso accidentado que yo misma provoque, Albert al percatarse de mi estado de conmoción dijo —Candy, cariño no es tiempo de llorar... El día de hoy es para reír— mis manos las llevé a mi boca para mandarle besos en el aire mientras me acercaba más a la clínica y asentir con la cabeza al mismo tiempo que pude leer en sus labios la palabra "te amo". Con todas estas emociones me adentré al pequeño recinto y pude ver al doctor tomando una taza de café al mismo tiempo que estaba jugando con un rompecabezas. Como todavía tenía unos minutos libres decidí hablarle de Paty y él me dijo que ocupar el tiempo en el trabajo ayuda a tener la mente ocupada aceptándola como aprendiz de enfermería, más tarde Paty hizo su aparición, mientras transcurría el día ella se esforzaba por aprender y por realizar las actividades de una enfermera lo más eficiente que podía.

En la salida cuando me estaba despidiendo de Paty llegó Albert saludando amablemente con su sonrisa de costumbre y mencionó:

—¿Candy ya estás lista?... Paty que gustó verte por estos lugares

Yo le contesté —si ya terminamos la jornada de trabajo— y Paty dijo —hola Albert, a mí también me da gusto verte

—chicas lindas las invitó a comer

Yo acepté con gusto pero veía la indecisión en el rostro de Paty por lo que decidí decir —vamos Paty a comer algo para recuperar fuerzas y después te llevamos a casa de Annie— en realidad quería decir Paty déjame a solas con ¡mi novio! Pero me contuve por que si bien quería estar a solas con Albert también es cierto que Paty tiene que salir de su duelo y ser feliz por que al final es lo que Stear habría deseado y nosotros como sus amigos debemos ayudarla a salir de su tristeza que se por experiencia propia que es difícil de superar. Pasados unos momentos en lo que Paty parecía evaluar su respuesta dijo por fin que "si" con una sonrisa tímida y obtuvo de nuestra parte la aprobación de que estaba haciendo lo correcto.

En el pequeño y modesto restaurante escogimos una mesa pegada a la pared que tenía una gran ventana en el que podíamos ver el paisaje de la naturaleza que está al otro lado de la calle, estábamos los tres sentados de modo que Albert podía ver el área verde, Paty se posicionó frente a él y yo no pude evitar sentarme cerca de la ventana para obligar de un modo a que Albert me viera a mí junto con el cielo azul y el verdor de los árboles y disimuladamente me acercaba a mi novio para tenerlo cerca mientras esperábamos a que tomaran nuestro pedido y después Albert mencionó:

—¿Candy cómo estuvo tu día?

—bien, con la ayuda de Paty el trabajo se hizo más ligero

— así, ¿y eso Paty, a qué se debe tu interés por la clínica?

—bueno... Es que Candy...— Paty estaba explicando al mismo tiempo que Albert le prestaba atención, yo no me pude contenerme para interrumpirla y continuar con la plática porque añoraba que esa mirada azul posara en mi rostro para que de vez en cuando cruzaran nuestras miradas y proseguí a decir —lo que pasa es que ¡yo! le dije que podía ayudarnos en la clínica porque su contribución es muy valiosa para hacer más rápido el trabajo...— yo hablaba con intención de hacer una buena plática y me sentía complacida por tener la atención de mí rubio que me veía con sumo cuidado como capturando cada gesto mío, él solo escuchaba con atención y daba su aprobación como si lo que estuviera diciendo fuera de suma importancia y Paty tenía una sonrisa discreta por ver como quiero destacar cuando estoy al lado de Albert cosa que pasé desapercibido por estar disfrutando de la presencia de mi amor. Hasta que se me ocurrió jugar un poco con él por lo que pasó en el coche así que empecé a acariciarle las piernas por debajo de la mesa...

Continuará ...

Y si, te digo que siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora