Sin querer me quede dormida

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La verdad es que soy feliz, es de asombrarse; el panorama no pinta nada bien, mas sin embargo, cuando estoy junto a él, los problemas se minimizan, me siento segura a su lado, me siento fuerte, lista para enfrentar las adversidades de la vida. Esos brazos de acero siempre me protegerán; si solo fuera eso, pero no, mi amigo es inteligente, otro punto a su favor.

Habíamos llegado a una casa, estaba ¡sorprendida! es una preciosidad, él dijo que es nuestro nuevo hogar. Sonreí, pero no quise hacerme ilusiones.

¡Ya recordé! Albert me escribió una nota, tengo tantas ganas de leerla, hash... "¡qué tristeza!" No me la quiso dar y tuve que dar mi brazo a torcer para no incomodarlo; no quise hostigarlo, no quería darle el pretexto para irse de mi lado, así que lo dejé por la paz, por el momento, después... averiguaría, qué me escribió.

Albert siempre tan detallista, me preparó un emparedado y leche caliente. ¡Qué preocupación! Si él sigue así, terminaré enamorada de mi amigo,  el problema es que me ve como su hermanita pequeña.

No puedo creer lo que hice cuando me enseñó mi cuarto, lo abracé con fuerza y metí mi nariz en su pecho, ¡qué bien huele! parece que no le molesto mi atrevimiento hasta lo escuche reírse .

Sintiéndome más valiente, le di un beso rápido en la mejilla y le dije con sutileza── gracias.

Desconcertado, me preguntó── ¿gracias, de qué?

──Por traerme... por no dejarme sola.

Me vio con amor, sonriéndome melosamente acarició mi rostro con lentitud, mientras yo, disfruté del roce de sus manos sobre mi cara, quise y pedí a Dios más caricias de él, y que esas manos permanecieran por más tiempo en mis mejillas. Sin poderlo evitar cerré mis ojos para deleitarme del momento que me regaló la vida, mi dicha fue grande al estar junto a mi persona favorita. Mi corazón se derritió de amor cuando Albert me dio un beso en la cabeza, mi sorpresa fue aún mayor cuando me dio otro en la frente, otros en los ojos, más en las mejillas, y unos cuantos cerca de la boca. ¡De la boca! Esté pensamiento me desubicó e inmediatamente abrí los ojos con el corazón latiendo apresurado.

Pude ver como Albert estaba un poco apenado, pero se recuperó pronto para después decir──Duerme y descansa, ha sido un día difícil

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Pude ver como Albert estaba un poco apenado, pero se recuperó pronto para después decir──Duerme y descansa, ha sido un día difícil.

──Claro.

Me soltó, el se fue, mientras yo me quedé en mi habitación.

Acostada en la cama con mi pijama, no podía conciliar el sueño en esta habitación tan grande, fría y poco familiar. Sentí ansiedad, estaba indecisa; pero como no pude dormir, me paré, salí del cuarto para tomar un poco de aire y tranquilizarme. Al caminar por el pasillo vi la puerta abierta de la habitación de Albert. Entré sigilosamente y lo llamé, pero no contestó, observé el interior y lo vi acostado en la cama con la ropa que traía puesta, con una respiración acompasada. Me acerqué a él, sonreí al percatarme de que se veía como un bebé dormido, tranquilo, hasta tenía una ligera sonrisa en los labios.

Me senté en la cama cerca de su cabeza para poder acariciar su pelo, era tan suave que me dio ganas de tocarle toda la noche. Después de un rato me acosté juntó a él, acomodé mi cabeza en su pecho, no quería estar sola en mi cuarto; estaba tan acostumbrada a su presencia, que decidí estar con él un rato, en lo que me daba más sueño, le rodeé su cintura con mi brazo, disfruté de su compañía en silencio hasta que sin querer me quedé profundamente dormida.

 Después de un rato me acosté juntó a él, acomodé mi cabeza en su pecho, no quería estar sola en mi cuarto; estaba tan acostumbrada a su presencia, que decidí estar con él un rato, en lo que me daba más sueño, le rodeé su cintura con mi brazo, dis...

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Continuará...

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