este capítulo contiene fragmentos del manga
A la mañana siguiente desperté sin ganas de levantarme, me dolía la cabeza, los ojos y el corazón, por lo que me tape con la sábana hasta los cabellos para llorar un ratito más, no sabía que hora era pero parecía medio día por la posición del sol y por los ruidos de mi estómago que pedía comida. Sin pensarlo por más tiempo me paré de la cama para ir a la cocina, como no tenía ánimos de nada opté por prepararme un emparedado de verduras con un café bien cargado y sin azúcar para quitarme el sueño, comía con gran amargura sintiendo como gruesas lágrimas salían de mis ojos, tenía un nudo en la garganta que me impedía pasar los alimentos pero me obligue a terminar el sándwich sin poderme acabar el café, después deposité los trastes sucios en el fregadero sin lavarlos, el día de hoy no tengo ánimos de nada, al pasar por el comedor vi otra vez la mesa puesta a la perfección, realmente me enferma verlo así por lo que decidí quitarlo para no verlo más, mientras más me acercaba más me impacientaba, trataba de tener calma y de quitarlo lo más pacíficamente posible pero no pude al tocar los platos sentía odio hacia lo que estaba viviendo, quería destruir todo lo que había en la mesa como lo que había en mi corazón, cuando estaba decidida en romper la vajilla vi una cajita que llamó mi atención, la sostuve entre mis manos, la abrí y me di cuenta que era un hermoso anillo, sin duda era una exquisita joya, era un enorme diamante que tenía alrededor unas piedritas diminutas de color verde, la tomé para apreciar mejor su belleza, quería destruirla con solo cerrar la mano pero a mi mente llegó la imagen de Albert, su sonrisa, sus ojos, sus besos, sus caricias, la forma tan delicada de tratarme que no podía hacerle daño al anillo que de algún modo lo representa a él, sin poderlo evitar corrí hacia mí habitación dejando el anillo en la mesa, después tomé la caja donde guardo mis recuerdos y saqué la cadena que contenía el broche de mi príncipe y el crucifijo de la señorita Pony, me lo puse y lo sostuve cerca del pecho teniendo un poco de paz, salí al patio trasero para sentir el calor del sol en mis mejillas, subí el árbol pero al hacerlo solo cauce recordarlo con mayor intensidad, no sabiendo que hacer decidí regresar a la casa para llorar otra vez. No me di cuenta de como es que me quedé dormida y desperté al otro día ya más calmada, tomé un reconfortante baño, para continuar con quitar la mesa y tirar la comida echada a perder que estaba en la cocina. Al terminar escuché que tocaban la puerta al abrir dije con asombro:
—¿Archie, Annie, incluso tu Paty?— viendo las maletas pregunté —¿se van de viaje los tres?
Archie habló preocupado —¡pero, es que no te acuerdas!, ¡Has olvidado que día es hoy!. Veamos: ¡Neil!
Annie intervino —¡ rápido Candy! ¡tienes que huir!
De pronto recordé que hoy era la celebración de mi compromiso con Neil, después Archie dijo sosteniendo un sobre en sus manos —¡hay dinero suficiente para huir y vivir en otro lugar! También las maletas están hechas. ¡vamos, Candy!
Con una cara sonriente les dije —no vale la pena. Voy a negarme firmemente ante toda la familia
Los tres estaban sorprendidos ante mi decisión pero finalmente lo aceptaron y me dieron su apoyo, más tarde busqué entre mi guardarropa un vestido para la ocasión, encontrando uno adecuado, el pelo lo deje suelto para que cayera en mi espalda, poniéndome una diadema de flores para que mi cabello no se me pasará a la cara, salí de la casa con determinación. En la mansión había mucha gente y estaba decorado de una manera muy elegante, cuando entre al salón Neil se dirigió a mi de forma altanera:
—¡ah! ¡llegas tarde! ¡me has hecho perder el tiempo!
Para no seguir escuchando más desvaríos lo quité de mi camino con un manotazo, para después oponerme rotundamente a mi compromiso con él, la tía estaba enojada ante mi oposición pero de pronto se escuchó la dulce y al mismo tiempo poderosa vos del patriarca Andrew, Albert hizo su aparición con toda su magnificencia, se veía tan buen mozo con ese traje negro, cuánta elegancia podía tener ese hombre que me dejaba sorprendida de tan solo verlo y escucharlo decir que se oponía a este absurdo compromiso me hizo quererlo y respetarlo un poco más por darme su apoyo en estos momentos que lo necesito tanto.
ESTÁS LEYENDO
Y si, te digo que si
RomanceLa historia empieza cuando Albert intenta dejar sóla a Candy en el departamento Magnolia. En la historia original Albert se va sin despedirse de ella para cumplir con sus obligaciones , pero en este fic Candy no se va a quedar dormida y se va a afer...