La hermosa colina de pony

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Ya transcurrió otro año. Navidad la pasé en el hogar de pony junto a
las señoritas maestras, Paty, el doctor Martín y los niños. En este
mes de mayo la primavera está en todo su esplendor. En la tarde,
después de trabajar en la clínica feliz, me lleve la grata sorpresa de encontrarme con Annie y Archie en el hogar de pony, luego de saludarlos con gran efusividad me fui a bañar y a cambiar de ropa, me puse un vestido sencillo, cómodo y de color rosa pálido. Cuando entre a la pequeña sala escuché que tocaron la puerta, la señorita Pony la abrió, al ver de que se trataba de mi príncipe me quedé inmóvil de la impresión, con el corazón latiendo apresuradamente. Quería correr hacia él, deseaba tanto abrazarlo con todas mis fuerzas y estrecharlo contra mi cuerpo, pero estaba tan sorprendida por su repentina llegada que mi cuerpo no podía reaccionar.

A pesar de que es mi prometido, a pesar de que es mi Albert en esta
ocasión se ve diferente, tiene un
aire más jovial. Después de saludar con amabilidad a los ahí presentes mi príncipe tuvo la gentileza de acercarse a mí luego de darse cuenta de mi aturdimiento. Me vió directo a los ojos mientras me regalaba su hermosa sonrisa, estaba embobada disfrutando de su presencia cuando de pronto escuche la voz de la señorita Pony gritándome
—Candy ... ¡Candy! ...

Sin perder mi buen humor volteé a ver a la dama y le contesté con
dulzura —dígame señorita ... ¿Qué se le ofrece?.

—Candy, hija ofrecerle una taza de té al joven Andrew por favor.

Vuelvo a posar mis ojos en el bello rostro de mi acompañante y le
pregunto de forma melosa mientras muevo las pestañas para coquetearle un poco —Albert gusta una taza de té.

Él me envolvió las manos con las suyas y me contestó con un tono muy serio —¡no! Agradezco tu amabilidad. Mi dulce Candy, mejor vamos a la colina de pony ¿Quieres?

Yo no pude responder a su propuesta porque se me fue la voz, solo pude asentir con la cabeza, él me cedió el paso como todo un caballero, me abrió la puerta para que saliera del recinto, al estar afuera escuché como se despedía amablemente. Cuando íbamos colina arriba entrelazó mi brazo con el de él mientras que yo posaba mi cabeza en su hombro. Él me comenzó a acariciar las manos con sutileza y me preguntó —¿ Cómo te la has pasado en este hermoso paraíso?.

—Eh sido muy feliz ... No te lo voy a negar, aunque me has hecho mucha
falta ... —la voz me salió llena de sentimiento al mismo tiempo que mis ojos se empañaban de lágrimas que me oblige a retener y seguí hablando —Te he extrañado horrores en todo este tiempo.

Al llegar a la cima Albert se paró frente a mí, me acaricio sutilmente las mejillas, me vió directo a los ojos, lo ví suspirar y contener las palabras, parecía que tenía algo que decir pero se contuvo, se separó un poco de mí, Después de observar a nuestro alrededor y con un poco de nerviosismo dijo —es muy bella está colina ahora puedo darme cuenta por que es tan especial para ti.

—Este lugar me trae gratos recuerdos, de niña solía correr colina arriba con Annie.

—Claro ... Aunque no lo parezca para mí también es muy importante este lugar —de pronto la voz de Albert tenía un ligero temblor cosa poco común en él, carraspeo la garganta, dejo de hablar por un instante como armándose de valor para tomar una decisión importante, volteó a verme para sostenerme las manos mientras me miraba directo a los ojos al mismo tiempo que intentaba hablar con una sonrisa forzada —Candy ... Puede que haya llegado el momento de que me de ...

Antes de que siguiera hablando lo interrumpí diciendo —ya se que eres mi príncipe de la colina... —no me di cuenta en que momento empecé a llorar pero al terminar de decir la frase tenía las lágrimas cubriendo mis mejillas mientras que Albert estaba sorprendido y solo pudo mencionar —¿Ya lo sabías?

Ver sus ojos azules como el cielo me hizo recordar de golpe todos los momentos vividos con él, terminé estallando en sollozos pero no podía ser de otra manera, sentía que no me cabía tanto amor y tanto agradecimiento hacia la persona que ha estado conmigo en todo momento , en las tristezas y en las alegrías, comprendiendo gracias a él que todo es mejor cuando se comparte. A como pude le contesté —yo sé, yo sé ... yo soy más bonita cuando sonrío ¿Verdad?

El príncipe de la colina también tenía los ojos húmedos y contestó —ahora eres incluso bonita cuando lloras

—Siempre he amado tu voz

Comprendo por que me pareció diferente cuando lo vi llegar a la casa Pony, por que él que a venido a visitarme no es William Andrew si no que es mi príncipe de la colina. Llore por largo tiempo, cuando me calme hablé con cierto reproche —De igual manera es usted chocante, ¡mi príncipe!. ¿Cuántas veces hemos hablado del príncipe de la colina cuando vivíamos en la residencia de las magnolias? ¿Cuántas veces le he mostrado el broche? ¡Y usted señor Albert que me a escuchado sin decir nada!

Mi enfado no tardó mucho en disiparse al momento de verlo al rostro y, poder percatarme de su pesar mientras se disculpaba con gran sinceridad y preocupación — Candy, linda no te enfades conmigo ... lo que pasa es que cuando me mencionaste al príncipe yo todavía no recuperaba la memoria, después pasaron infinidad de cosas, además me pareció imprudente revelarte la verdad en otro lugar que no sea la hermosa colina de pony

No podía estar mucho tiempo enojada con mi príncipe así que le sonreí, mi felicidad aumento cuando él me correspondió, tiene una sonrisa resplandeciente que ilumina todo a su alrededor, disfruto está perfecta felicidad. Después el príncipe se acercó a mí, luego me dió un cálido y breve beso en los labios dejándome con ganas de más, pero como nunca llegaron decidí abrir los ojos, percatandome de que mi príncipe me estaba viendo divertido mientras me decía en un murmullo —no estamos solos

Y efectivamente no estábamos solos. En realidad teníamos a nuestro alrededor a todos los niños del hogar de pony que nos veían con sus caritas curiosas e inocentes al mismo tiempo. Mi sonrojo se hizo presente cuando uno dijo escandalizado —se besaron en la boca

Y otro contestó —hmmm parece que son novios

Después todos exclamaron sorprendidos —¡Ooooh!

En ese preciso instante no sabía ni que decir mientras que Albert empezó a reír con ganas y después dijo — nos han descubierto pequeños traviesos ... efectivamente Candy y yo sí somos novios. Más que eso ¡estamos comprometidos!

Un niño hablo —se van a casar joven Andrew

—Dime solo Albert... y sí, muy pronto habrá boda ... Y lo mejor de todo es que ustedes están invitados

Todos los niños estaban felices por la noticia y una pequeña dijo con su rostro llena de ilusión —¿Es verdad lo que dice? Bueno ... Es que yo nunca he ido a una boda y me gustaría asistir a una

—Claro que es verdad ... Ustedes serán los invitados de honor. Pero por el momento, por que no mejor jugamos un rato a los encantados

Todos los niños sonrientes gritaban y saltaban felices por la propuesta de mi príncipe. Todos los niños y yo empezamos a correr para que Albert no nos atrapará. Yo se que él es veloz pero nos daba ventaja para no ser atrapados, sin darnos cuenta ya era de noche y tuvimos que ir a cenar.

Después de tomar los alimentos Paty y los niños mayores se encargaron de limpiar el comedor y la cocina, mientras que Albert y yo dormíamos a los más pequeños. Más tarde metimos a la cama a los niños más grandes. Luego nos dirigimos a la sala y ahí encontramos a los adultos listos para irse a dormir. Cuando yo estaba a punto de irme a la habitación compartida mi príncipe me jaló del brazo para estrecharme contra su cuerpo y me empezó a besar con gran lentitud dejándome sin aliento. Cuando terminó de besarme sonrío de manera traviesa como si tuviera una diablura en mente.

Continuará ..

Y si, te digo que siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora