Amar y vivir

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Estaba pensando en lo infeliz de mi destino hasta que vi como Albert se arrojaba del tren, yo estaba impactada ante aquel acto de audacia, agilidad y valentía. No podía creer lo que estaba presenciando, me quedé congelada hasta que salí de mi estupor viéndolo acercarse a mí con una sonrisa arrolladora, yo empecé a correr con todas las fuerzas que pude reunir en tan poco tiempo, tenía la necesidad de cobijarme enredada en sus brazos. Mis lágrimas resbalaban caudalosas de tanta alegría y arrepentimiento que mi alma tenía, me conmovió tanto su actitud de quedarse conmigo , intenté recuperarme para decirle — tenía el alma vacía de tan solo pensar en que no te vería más, pero estás aquí conmigo, tu presencia me sana el corazón, mis miedos se ausentan, solo me haces feliz, perdón, por ser tan orgullosa, no sé si me alcancé la vida para demostrarte lo mucho que significas para mí — estaba en mi letanía hasta que él se apoderó de mí boca y supe que él ya me había perdonado desde antes de arrepentirme y desde antes de pedirle perdón. Lo abrazaba y lo besaba con tanta fuerza, no podía ser de otra manera sabía con certeza que por poco y lo pierdo por inseguridades mías.

Después del beso tan emotivo deje el llanto a un lado para sonreír y aceptar esta felicidad con agradecimiento al todo poderoso por esta oportunidad que me juraba no desperdiciarla. Estaba embelesada con sus ojos azules capaces de hacerme vibrar con tan solo mirarme, en ese preciso momento escuché un ruido a mis espaldas sacándome de mi sueño, era el crujir de una rama seca que era pisaba por alguien, al voltear vi como Archie intentaba escabullirse de nuestra presencia, tenía las mejillas sonrojadas con una sonrisa nerviosa, él estaba apenado de presenciar semejante encuentro tan emotivo, al caer en cuenta de que vio el beso, la palabra beso es una forma sutil de lo que en verdad presenció, en realidad yo estaba devorando a su tío con un placer indescriptible, con estos pensamientos no pude evitar ponerme roja, los tomates maduros eran pálidos a comparación con mi rostro, después Albert tomo mi mano temblorosa para besarla y se dirigió a su sobrino aparentemente con total calma pero lo vi ruborizarse ligeramente, suprimí un suspiro al verlo tímido, este hombre me derrite el corazón —Archie que grata sorpresa

Mi amigo se quedó en su lugar, carraspeo para aclararse la garganta y dijo —solo quería asegurarme de que Candy estuviera bien... ya que está en buenas manos me retiro

—espera Archie

—si Albert...

—espéranos nosotros también ya nos vamos

—el coche lo deje estacionado cerca de aquí

Albert y yo caminábamos junto a Archie, mi amor me abrazaba sutilmente frente a la gente que nos veía con curiosidad mientras murmuraban con risitas por presenciar semejante espectáculo. Al llegar al auto Archie le dio las llaves a su tío y dijo —quédate con el coche, después voy a recogerlo a la casa de Candy

—seguro... ¿No lo ocupas?

—seguro puedo tomar un carruaje

—gracias Archie, te debo una

—jajaja no hay de que... Me despido quedé de verme con Annie hace media hora, ya es muy tarde. Espero y no esté tan enojada conmigo

Le dije —ya verás que no... ella es muy comprensiva

—si Candy ella es muy amable— se dirigió a los dos y siguió hablando —ya me voy, tío que tenga un buen día ... Candy después voy por el coche

Nos despedimos de Archie con una sonrisa y nos subimos al carro, después mi rubio me llevo a un hermoso parque donde Albert y yo paseábamos como dos enamorados. Me regaló un algodón de azúcar, mientras me lo comía disfrutando de lo dulce de la golosina él me robaba uno que otro beso en la boca, eran tan inocentes sus besos más sin embargo las caricias de sus labios llegaban en lo más profundo de mi corazón quedándose grabados como tatuajes en mi alma.

Y si, te digo que siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora