Vamos a ver las estrellas

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Estoy escondida en una esquina de la cocina en posición fetal. Estoy llorando de la emoción, mi corazón late como caballo desbocado, bese a mi amigo, no puedo creer que haya pasado, fue un momento hermoso y sorpresivo. Ahora no sé donde encontrar la fuerza de verlo a la cara, le tengo tanto miedo a la verdad, pero ya no puedo seguir engañandome por más tiempo, tengo que ser honesta aunque sea solo conmigo misma, Albert me gusta, sí, es muy lindo en todos los aspectos de la vida, siempre lo supe pero me gusta más de lo que debería, me gusta como hombre, como lo que es, un hombre con una personalidad arrolladora que destaca de las demás personas. El no se da cuenta de lo que provoca a su paso, siempre llamando la atención de las mujeres.

Me gusta todo de él, su cabello dorado que me recuerda al sol, sus ojos azules como el cielo en las mañanas soleadas y esa boca, pero que boca; sus labios son rosas y suaves que se me antoja comerlos a besos, se que no debo sólo somos amigos, que se le va hacer así es la vida.

Me obligó a tranquilizarme, me limpio la cara, me paro y acomodo mi ropa se que no tarda en venir a preguntar si me encuentro bien, no quiero mentirle pero lo tengo que hacer para ganar tiempo en lo que defino mis sentimientos hacia él, me gusta, se que me quiere pero que tal y no le gustó como mujer, y si lo intentamos pero no funciona solo perdería a un buen amigo, no quiero que ninguno de los dos sufra una decepción, como pasó con Antony o Terry, no es justo que intentemos una relación si no hay amor.

Lo dicho está entrando a la cocina con cautela, con su porté varonil y rostro sereno, se acerca a mí y mantiene una distancia prudente mientras dice —¿te encuentras bien?

Lo dicho está entrando a la cocina con cautela, con su porté varonil y rostro sereno, se acerca a mí y mantiene una distancia prudente mientras dice —¿te encuentras bien?

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No sé que hacer, así que forzó una sonrisa, trato de que mi cara este en dirección a la suya pero sin verlo directamente a los ojos y le contesto:

—si estoy bien, bueno un poco apenada, ya sabes por mi imprudencia, no debí...

—pero paso, nosotros...

El trata de acercarse, yo me alejo de él de manera cautelosa no quiero que se rompa nuestra amistad y le digo lo primero que me viene a la mente.

—por favor olvídalo, fue un accidente, no quiero que nos incomodemos por un pequeño error sin importancia, mejor hagamos como que no pasó nada y sigamos siendo tan buenos amigos como siempre.

Tiene una mirada triste, precisamente lo que no quería provocar en él, su lástima. Después de un momento menciona. — voy a empezar a bajar las cosas para acomodarlas en el coche

—buena idea yo te ayudo

Fue una noche pesada cambiando nuestras cosas a la nueva casa y los muebles los regalamos con los vecinos. De eso ya una semana y la relación con Albert está bien después del pequeño percance nuestra relación de amistad no sufrió grandes daños.

Hoy salí del trabajo un poco temprano y he decidido preparar una rica cena para mí bello amigo, mi lindo Albert, estoy sola en casa así que puedo permitirme suspirar por mi guapo vagabundo, soñar no cuesta nada. Pero si trae repercusiones con la comida que desprende un olor a quemado, con mi cara de tristeza me apresuró a apagar la estufa y a checar los alimentos para ver si la puedo salvar —¡oh por Dios! Se quemó— lo bueno que solo un poquito, todavía es comestible.

Y si, te digo que siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora