Aunque no estemos juntos

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Me dirigí con pasos presurosos al lago en busca de mi princesa, al llegar pude ver el agua cristalina y apacible del manto acuífero que resguardaba bellos animales acuáticos pero a ella no la encontré, sintiendo el corazón desolado me obligue a gu...

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Me dirigí con pasos presurosos al lago en busca de mi princesa, al llegar pude ver el agua cristalina y apacible del manto acuífero que resguardaba bellos animales acuáticos pero a ella no la encontré, sintiendo el corazón desolado me obligue a guardar la calma y teniendo fe en que Candy no se encontraba lejos de allí empecé a gritar su nombre, para mi sorpresa y para mí buena fortuna escuché su melodiosa voz indicándome su ubicación, encontré a  mi hermosa revoltosa en el mejor lugar que era estar trepada en un árbol, no podía ser de otra manera por que ese es su habitad natural, no pude evitar sonreír de alegría por tenerla cerca de mí, sin pensarlo dos veces llegué hasta donde ella estaba, la pasamos tan bien juntos, tuvimos una plática amena, en esos momentos teníamos esa conexión que siempre nos a unido, sus ojos brujos tenían el mismo brillo que tanto amo, su risa era sincera, todo ella era esplendorosa, ver como el susurro del viento movía su melena dorada era como de ensueño, los rayos del sol iluminaban su rostro blanco destacado sus mejillas sonrojadas, ver sus labios suaves que me invitaban a besarlos y sabiendo que son dulces como su propio nombre , teniéndola tan cerca que puedo sentir la suavidad de su piel, puedo oler su verdadero perfume que me recuerda a la misma naturaleza, con estás sensaciones no pude contenerme y la besé entregando en ese acto mi vida misma, lo mejor de todo es que ella me correspondió con un beso lleno de amor, empecé a acariciar su rostro con las puntas de mis dedos sintiendo con cada milímetro de su piel el despertar de miles de terminaciones nerviosas de mi cuerpo, me dio la imprecisión de que el tiempo se detuvo, todo a nuestro alrededor desapareció, no escucho nada más que los latidos estruendosos de mi pecho, la respiración acompasada de mi musa y la música lejana de las aves multicolores que están revoloteando cerca de nosotros dos que nos hemos convertido en uno solo con esta muestra de amor. Todo era perfecto hasta que mi dulce dama acabo con el beso como también termino con este momento perfecto para después salir huyendo de mi lado, pero aún a pesar de sentir incertidumbre sobre mi futuro decidí alcanzarla, no puedo perderla, no debo dejarla ir porque si se va se lleva mi vida también, le di alcance para pedirle perdón por ocultarte mi verdadero nombre a lo que ella me dijo que ya me había perdonado y me preguntó por que calle tanto tiempo, con miedo y vergüenza le contesté con total sinceridad que me faltó valor, no quería perderla más sin embargo se me escapa como el agua de entre los dedos, cada que pasa el tiempo la pierdo mas y me siento impotente al no ser capaz de retenerla a mi lado. Como si el panorama no fuera lo suficiente desolador, mi mal fortuna incremento más cuando ella me entregó el anillo que perteneció a mi madre, no lo quiere por eso me lo devolvió, quizás en estos momentos estoy siendo extremadamente melodramático pero sentí su desprecio cuando depósito la exquisita joya sobre la palma de mi mano sintiendo el metal frío sobre mi piel como si el mismo corazón de Candy se hubiese endurecido a tal grado de no querer estar más conmigo. Esta despedida fue cruel, mientras más me esforzaba por calmar las asperezas con ella más se distanciaba de todo lo referente a los Andrew, principalmente de mí, la vi alejarse sin siquiera voltear a verme dejándome destrozado sin nada por que volver a sonreír, claro puedo fingir fortaleza, puedo poner una cara de indiferencia, pero no lo voy a hacer, no voy a fingir que no me duele por que en realidad estoy destrozado, me he quedado sin mi mayor motivo para ser feliz. La dejó ir por que no quiero obligarla a estar conmigo, jajaja jajaja río amargamente mientras pienso " como si pudiera obligarla a realizar algo en contra de su voluntad".

De regreso a la fiesta solo puedo ver a la gente disfrutando de la buena música, buena comida y parece que de buena compañía, convivo con los invitados y con mi familia, las señoritas casaderas se acercan a mí, con gran disimulo me dicen indirectas para que las invité a bailar cosa que prefiero ignorar, diciendo innumerables escusas para no realizar dicho acto que en estos momentos repudió por no poderlo hacer con la única mujer que realmente quisiera tener a mi lado. Con este dolor que llevo dentro de mí siento la garganta seca como si el olor del vino me invitará a probarlo para curar mi corazón herido, me acercó a un mesero tomó el contenido de cuatro copas para verterlo en uno solo, en vez de la copa quisiera tomar la botella entera pero no lo hago, después me tomó el líquido en un solo trago sintiendo el ardor en mi garganta, carraspeo para evitar toser frente a la gente, depósito la copa en la charola mientras veo más cantidad del líquido embriagante, se me hace agua la boca, mi cuerpo me pide más para mitigar mi sufrimiento más sin embargo yo no quiero más, no la quiero olvidar, prefiero recordarla con claridad a pesar de que eso signifique sentir este dolor que atraviesa todo mi cuerpo a sangre viva. Es preferible así no quiero que el alcohol me haga olvidar sus ojos brujos.

Me retiré de la fiesta temprano para seguir con mi sufrimiento a solas, trabajé a altas horas de la noche en el despacho con el pretexto de querer dejar todo en orden, en realidad lo que quería era cansarme para dormir sin contratiempos, al despertar por la mañana me arregle para ir a trabajar de manera mecánica, le dedicaba mi tiempo al trabajo, pero la hora de la comida era sagrada y yo sabía por que, en ese lapso de tiempo me dirigía a la colina que está cerca de la clínica feliz, me sentaba en un lugar donde podía apreciar a Candy sin que ella se diera cuenta de mi presencia, sacaba la comida y me la pasaba con gran esfuerzo mientras veía como se esforzaba para cumplir con su profesión de enfermera, sin duda es una profesión muy noble, al terminar de comer me dirijo a la oficina para seguir trabajando, por las noches voy a la casa de mi amada para cenar en su compañía, me quedo a unas cuadras de la casa, ingiero despacio los alimentos sintiendo un nudo en la garganta por no poder estar más cerca de ella como yo quisiera, veo cuando apaga las luces, tomó mi copa y brindo por ella deseándole que duerma bien, sé que yo no podré descansar tan fácilmente, ni hoy ni todas las noches que este lejos de ella, está noche fría y desolada me quedo por más tiempo viendo la casa que fue mi hogar, no me quiero ir, se que mañana no podré comer con mi bella rubia, ya no podré verla más y no se cuando me permita acercarme, está enojada y no la culpó, mi hermosa mujer no puede olvidar que le mentí, es mía se que me pertenece como yo soy de ella, podrían pasar mil años y seguiríamos perteneciéndonos aunque no estemos juntos, incluso si por azares destino ella hiciera su vida con otro hombre y si yo estuviera en otra relación con una mujer que no fuera ella, incluso en esos momentos nos perteneceríamos mutuamente por que estamos diseñados para amarnos a pesar de todo lo que pase en nuestras vidas.

Me retiré de la fiesta temprano para seguir con mi sufrimiento a solas, trabajé a altas horas de la noche en el despacho con el pretexto de querer dejar todo en orden, en realidad lo que quería era cansarme para dormir sin contratiempos, al desper...

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Continuará...

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