Este capítulo contiene gran parte de la cuarta carta del libro Candy Candy.
Al día siguiente con los ojos cerrados siento como se mueve mi dulce Candy por debajo de las sábanas, su cuerpo cálido y suave la tengo envuelta con el mío, suspiro y me impregnó del aroma que desprende su cabello dorado, cuando intenta pararse de la cama no se lo permito haciendo el agarre más fuerte mientras gruñó y le digo — no te muevas tanto
Se queda quieta por un instante, sé que mis palabras la confunden y no puedo evitar una sonrisa placentera al darme cuenta de que mi princesa sigue siendo ingenua e inocente. Solo puede contestar —¿ qué?
— que no te muevas tanto
Se aclara la garganta y pregunta —¿ por qué?
La pegué más a mi entré pierna y hablé —en verdad quieres que te lo explique
Pude ver como sus mejillas pasaron de blancas a un color carmesí y de manera ofendida expresó —¡Albert! Acaso tú... Pero si ayer... ¿ cómo es posible?
—jajaja... Sabes te vez adorable enojada
Me dio un manotazo en el pecho y prosiguió con su monólogo con cara de pocos amigos y con los ojos entrecerrados —hmmmm con que te gusta hacerme enojar a propósito... Ya verás —se acomodó de tal manera que me puso su trasero en mi entrepierna para estimularlo, por supuesto que obtuvo su cometido pero antes de sucumbir ante sus encantos tome la carta que tenía bajo la almohada para ponérselo frente a sus ojos, pude ver como su rostro se iluminó mostrando una sonrisa amplia y su mirada se dulcifico al percatarse del sobré. Con gran entusiasmo tomo la misiva y dijo —¿es para mí?
Gustoso me acerque a su hombro para besarlo y decirle a media voz —si
Ella tenía entre sus manos la carta, la sostenía con delicadeza como si se tratase de la porcelana más fina y frágil, la veía como si fuera la joya más cara del planeta tierra, la acarició solemnemente con la punta de sus dedos para después llevarla a su pecho mientras cerraba los ojos y daba un pequeño suspiro. Verla de esa manera me provoca que se me hinche en pecho de orgullo, esa carta yo la escribí con todo el amor que le tengo y saber que mi rubia lo aprecia me reconforta el alma. Para muchos es solo un pedazo de papel pero para nosotros representa lo sagrado que es nuestra relación. Después voltea a verme dulcemente, me acaricia la mejilla derecha al mismo tiempo que yo atrapó su mano para retener por más tiempo su tacto. Puedo ver como sus labios se mueven para decir —te amó —yo solo le sonrió complacido para animarla a que leyera la carta. Candy abrió el sobre para luego leer en voz alta.
Señorita Candy la hechicera
(Ella reía bajo por el sobrenombre que le puse)
Querida Candy, no vale la pena que me lances un embrujo, ¡como si yo pudiera olvidar el aniversario de esa persona!
Además, hace mucho tiempo que yo buscó un regalo para hacerle. Y bien, está vez tengo un regalo que le gustará a Candy, estoy seguro.
En cambio, tú no me resentirás demasiado si tus poderes mágicos no tienen exactamente el efecto deseado, ¿verdad? Yo estoy gustoso en tomar vacaciones contigo, lo sabes bien, pero George me miró con ojos recriminadores con ganas de decir "usted ya ha tomado suficientes vacaciones por toda su vida".
Hmmm... Y temo mucho que él tenga razón...
Bien, no pongas esa cara, querida Candy.
En está ocasión no podré asistir a tu aniversario pero podemos organizar una fiesta para celebrar tu cumpleaños el próximo año. Yo te pregunto si lo quieres en Chicago.
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Y si, te digo que si
RomanceLa historia empieza cuando Albert intenta dejar sóla a Candy en el departamento Magnolia. En la historia original Albert se va sin despedirse de ella para cumplir con sus obligaciones , pero en este fic Candy no se va a quedar dormida y se va a afer...