La joven esposa de mi socio

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Después de la triste despedida llegue a Europa sin ningún contratiempo, George y yo trabajamos para resolver los problemas. Pasados unos meses me llegó carta de Candy, por el trabajo no pude contestarle enseguida solo pude informarle que viajaría a Sao Paulo.

Querida y encantadora Candy

Te escribo desde Sao Paulo, donde acabó de instalarme en mi habitación del hotel. Son las dos de la madrugada, y estoy al fin solo...

Todo va bien, yo estoy bien, no tienes nada de qué preocuparte.

Actualmente, estoy satisfecho con la vida que llevo, me agrada mi trabajo y el mundo de los negocios...

Finalmente soy el hijo de mi padre Williams.

Estoy feliz de que todos los pequeños obsequios de tu aniversario te hayan gustado. Antes de mi partida estabas tan sonriente compartiendo momentos con los niños de Pony... A pesar de todo sé que la pasaste bien igual que yo.

Perdón por haberme ido en medio de esa felicidad.

En mi vida no a gobernado solo el egoísmo también a sido esas ganas de probar la libertad. Tuve una vida fácil mientras que tanta gente me cuidaba y se preocupaba por mi bienestar. Los caprichos que me permitía, se lo debía al clan Andrew, y a la devolución de George, hay que decirlo.

Pero Candy... Yo no solo he hecho viajes de placer. Mi estancia en Inglaterra, por ejemplo. Yo estaba preparando el terreno para nuevos negocios. Si te encontré allá fue por pura casualidad, quiero creer que es por que nosotros estamos unidos por una especie de hilo milagroso, como tú dices. Cuando termine los negocios en Londres, y tú te restableciste, decidí dejar el zoo de Blue Riber.

Y me fui a África, lo que había sido siempre mi sueño.

Pero aún allá, si yo podía vivir y trabajar sin problemas sería gracias a la protección del clan Andrew.

"Es verdad... Sin duda no soy capaz de vivir por mi mismo". Esta idea dolorosa me ha perseguido siempre. En África, tuve que enfrentar esa realidad. Fui a ese continente cortando los lazos con todo el mundo, incluso con George, fue para obligarme a vivir sin ninguna ayuda, contando solo con mis propios medios.

La atmósfera de destrucción que precedió a la guerra era tan perceptible en África. Fue eso lo que me empujó allá de paso.

Los negocios del clan Andrew estaban florecientes, estaba convencido de que no preocuparía a nadie si desaparecía por un tiempo.

¿Qué egoísmo, verdad? ¡claro que mi partida iba causar malestar en las personas! Hoy en día me avergüenzan mis caprichos de juventud. Y puede ser que ese Tren que explotó en Italia que me hizo perder la memoria fue una especie de castigo muy bien merecido.

Parece ser que había un espía a bordo. Una persona sin identidad. Me convertí en sospechoso, yo, que también escondía mi identidad.

Chicago...

El nombre de esa ciudad permanecía pegada a las trizas de mi memoria, fue sin duda mi salvación. Se convirtió en un camino hacia ti.

Ya te habrás dado cuenta, ¡soy mucho más creyente y religioso que antes!

Si, cuando estaba interno en el campo de prisioneros, si una persona compasiva no me hubiera reenviado a Chicago... Si, a Chicago, yo no habría cruzado tu camino.

Candy...

Yo era un hombre sospechoso de un crimen, sin identidad, sin memoria. Pero tú no me has abandonado. Perdiste tu empleo por mi causa, y sin embargo, continuaste a mi lado dándome de tu coraje. Me sostuviste, prometiéndome que mi memoria volvería, tarde o temprano, estabas tan segura... Porque quizás un día, una vez yo te ayudé.

 Porque quizás un día, una vez yo te ayudé

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Jamás podré agradecerte lo suficiente.

A partir de ahora, quiero buscar donde está tu felicidad, y haré todo lo posible para llevártela.

Desde mi retorno, tomo vacaciones y voy a verte.

Bert...

Al día siguiente tuvimos una comida de negocios, todo salió bien. Los activos de las empresas seguían creciendo y pasados los meses mi socio nos invitó a George y a mí a una pequeña celebración en su casa, donde conocí a su joven esposa de origen francés cuyo nombre era Charlotte. Se veía claramente la diferencia de edades, mi socio Araújo descendiente de portugueses rondaba cerca de los sesenta años mientras que su esposa se veía como de unos veinticinco, Charlotte era su tercera esposa. Los dos se portaron muy amables con nosotros.

A altas horas de la noche estaba en la pequeña cantina de casa para pedir una bebida representativa de Brasil, y me dieron una caipiriña, el empleado me dijo que era a base de jugo de sandía, limón y azúcar servido con vino blanco, la experiencia al paladar me pareció disfrutable, fue una experiencia extravagante, mientras degustaba la bebida sentí una mano pasar sutilmente por mi espalda, al voltear ante el intruso me topé con la cara sonriente de Charlotte, su actuar impredecible me tomo por sorpresa y sin que la invitará se sentó junto a mí y le pidió al mesero lo mismo que yo estaba tomando, después me dijo —caballero ¿por qué tan serio?

—no es eso... Solo que estaba conociendo un poco de la bebida nacional

—haces bien... Brasil tiene mucha belleza

Termine mi bebida y cuando estaba a punto de marcharme ella me tomo de la mano y dijo con cierta coquetería — invítame a bailar

—hmmm no se bailar...

—jajaja ¿ cómo que no sabes bailar?

—quiero decir que esta música no se como se baila... es la primera vez que la escucho

—vamos yo te enseño

Me jaló a la pista de baile y nos topamos a mi socio de frente, él empezó a analizarnos mientras que Charlotte reía de forma divertida y le decía a su esposo —cariño... No creerás que tu socio el señor William Andrew no sabe bailar brega

El señor Araújo empezó a reír y habló con entusiasmo —¿ cómo es posible Andrew? Si visita Brasil y no aprende a bailar brega es como no haber venido a Brasil... —después volteó a ver a Charlotte y dijo — encárgate de enseñarle a mi socio a bailar correctamente

Ella sonriendo me guiñó un ojo y dijo —así lo haré querido

Ya en la pista ella puso mis manos en su cadera, depósito sus brazos alrededor de mi cuello y menciono —esta clase de música es una balada romántica pero al mismo tiempo es alegré, del cuerpo solo se mueven las caderas de un lado a otro de forma armoniosa... Ahora trata de imitarme

De noche Brasil se convierte en un lugar mágico y al mismo tiempo es misterioso como su música que tiene la combinación de sonidos Africanos mezclados con música originaria de este país, al golpeteo de los tambores late mi corazón y empiezo a danzar, cuando mi cuerpo se sincroniza con los sonidos musicales no prestó atención a mi hermosa acompañante, de escultural cuerpo, cabellos rubios y rizados, ojos azules y profundos con una boca cuidadosamente pintado de color rojo, que en definitiva no es la mujer de mi vida por eso prefiero prestar atención a lo que sucede a mi alrededor que son varias personas disfrutando de la fiesta.

Continuará...

Y si, te digo que siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora