*Quienes ya han leído este capitulo, vayan al final*
Qatar, Doha.
Michaels ata mis manos mientras los gemidos de la habitación próxima solo hace que ese fuego en mi vientre crezca sin límite alguno. Besa mi cuello y los escalofríos no tardan en hacerse presente.
—No te pases... —susurro—. No tenemos tiempo para esto.
—Sh, disfrútalo.
Sus besos contra mi cuello suenan por toda la habitación, incomodándome.
—¿Quieres que nos piquen? —lo miro y al momento me arrepiento, ya que sus ojos claros minimizan mi poca seguridad. —O a mí, porqué no deberías de estar aquí.
Se aleja y suspira pesadamente sentándose en la cama con sábanas blancas que seguro tiene fluidos por alguna parte. De tan solo pensarlo me dan escalofríos.
Me alejo de la ventana y me siento frente a él
—¿Qué hago aquí, entonces?
Alzo una ceja. Buena pregunta.
—¿Ayudándome? Supongo.
—¿Excitándome y dejándome así es ayuda para ti? —señala su entrepierna. Hago un gesto despreocupado mientras me concentro en mis manos.
—No te dije que te pusieras exquisito. Estoy trabajando, no podemos hacerlo. —Deshago el amarre en mis muñecas y las muevo evitando su mirada.
—¿Un rapidito? —niego. —Anda...
—Te ves patético rogándome, Michaels.
—Uno rapidito. —Junta sus manos y se acerca a mí.
Odio que me haga hacer cosas que no quiero. No me siento bien haciéndolo y menos cuando me lo pide de esa manera, pero me da pensar y por esa misma razón acepto. Al levantarme y fijar mi atención en su cara feliz por lo que estaba a punto de pasar, escuchamos gritos que provienen de esa habitación.
Empuño mi arma y salgo con cuidado del lugar topándome con muchas personas asustadas saliendo de sus habitaciones. La puerta del lugar donde se habían escuchado los gritos está abierta. Me acerco cuidadosamente después de un momento y no encuentro a nadie, expulso el aire que estaba reteniendo en mis pulmones y corro escaleras abajo
Que maldita tensión de mierda.
—Se fue por la parte trasera. —Me informan por el auricular.
—¿Qué puede hacer con una prostituta? —respondo a través del micrófono haciendo una mueca. Cada día entiendo menos a los hombres.
—¿Yo qué hago?
Michaels entra en mi espacio audiovisual y se me hace imposible alejar la vista de sus pantalones al ver el bulto que está en ellos.
Quisiera recordar el momento exacto del por qué lo había llamado si sabía que de tan solo con su presencia me iba a estorbar. Él no es de estar en estas cosas y mucho menos de correr bajo presión.
Me siento mal de tan solo verlo de esa manera, pero no puedo hacer nada para remediarlo.
Lo ignoro y salgo por la puerta trasera del motel. Veo calle arriba buscando alguna señal del prófugo y solo diviso a un auto detenerse abruptamente. Mierda.
—¡Emboscada! —informo mientras corro en dirección al auto creyéndome inmortal. Empuño mi arma y le disparo a las ruedas.
—¡¿Enya que estás haciendo?! —grita Michaels poniéndome los pelos de punta.
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Inferno© [+21]
RomanceEnya Sullivan, miembro de una agencia secreta italiana de seguridad, decide renunciar después de un encuentro con uno de los objetivos mas buscados por su superior que desencadenará una ola de sucesos que la pondrán al límite física y psicológicamen...