Capitulo 24.

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Yallah

Parte dos.

Moscú, Rusia.

—Esto me gusta. —Veo por la ventana hacia la nieve recordando el beso. Sé que no debería importarme tanto un simple beso, pero... Estoy obsesionado, sanamente. —Siento algún tipo de emoción que jamás había sentido. Se siente bien.

Nunca pensé en sentirme de esta manera, es como una especie de triunfo meramente personal e interno que estoy tratando de no ponerle mucha mente, pero como todo, con Neyaisav se me imposible hacerlo.

Después de todo este era mi pánico, el sentirme empático con ella después de todo lo que planee. Sabía que, si mi empatía hacia ella salía a la luz, estás cosas iban a pasar. No me iba a fijar en ella tan solo, sino en muchas otras cosas más y me da miedo seguir diciéndome que sí, diciéndole que sí y que precisamente eso me condene.

Esa maldita Diosa tiene algo que me hace débil, y no quiero sentir eso.

—Yallah... —El sonido de mi celular interrumpe a Ayzha. Descuelgo sin saber quién es.

Su majestad —susurra con voz seductora y añeja. Suspiro y finjo una sonrisa.

Ayzha bufa, se pone cómoda y saca el celular. Es evidente que me quiere decir algo y sé lo que me va a decir, pero para que le preste atención tiene que esperar.

—Señorita... ¿Ha que se debe su llamada?

Ya todo está listo. Me llevé a uno de por medio porqué se había atravesado mucho y...

—¿Ya está contigo? —la interrumpo acomodándome en el asiento. No puede ser. Un escalofrío recorre mi cuerpo entero al imaginar la situación. —Lo quiero vivo.

Vivo está como Cristo. —Ríe escandalosamente. —Como amo a mi cucciolotto, gracias por darme está oportunid...

—Estamos a mano, de ahora en adelante no quiero que me llame o se sienta que está relacionada de alguna manera conmigo si no quiere consecuencias. —La interrumpo antes de colgar y me tomo la cabeza entre las manos soltando el celular. No pensé que esa vieja malcriada cumpliera con su palabra.

—¿Que sucedió? —pregunta Ayzha colocándose de una mejor manera en el asiento frente a mí.

—Secuestraron a Giancarlo. —Suelto. Mi hermana se cruza de brazos viéndome completamente seria.

—Ahora vas a tener a Antoni y toda la agencia encima de ti.

—No creo. No soltando lazos completos con Italia.

La agencia Ocaso es la farsa más grande que he presenciado en toda mi vida. Giancarlo es el dueño de todo lo que está ahí adentro, pero como todo poder es envidiado por el ser humano conformista, era obvio de que muchas personas ahí adentro iban a estar contra él.

No lo estoy defendiendo. Solo que me causa mucha curiosidad como se dejan cegar por algo que pueden conseguir con la diciplina necesaria y no asesinando personas.

Ayzha ríe.

—¿Sabes que es probable que ya Martin este enterada y que ahora quiera atentar contra ti y eso quiere decir que ahora la mafia canadiense este encima de ti también?

Me encojo de hombros, realmente ella no me preocupa, no es de mi interés. Mientras menos atención le preste y esquive sus amenazas estaré tranquilo.

—Ambos sabemos cómo fueron los negocios con Canadá y como salieron. Seguramente ya asesinó a su padre y ahora sea la jefa de la maldita mafia canadiense, Yallah.

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